Poesía de Ramiro Rodríguez



RAMIRO RODRÍGUEZ nació el 10 de septiembre de 1966. Licenciado en Lengua y Literatura. Maestro en Letras Hispánicas por la Universidad de Texas en Brownsville. Declamador y poeta, escribe cuento, ensayo y teatro. Fue colaborador en el periódico El Bravo de Matamoros. Participó en los talleres Letras del Estío de Ciudad Victoria, organizados por el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes. Colaboró en la Revista Fronteras de CONACULTA, Ciudad de México y en la Revista de la Universidad de Ciudad Victoria. Es miembro del consejo editorial de la revista literaria Novosantanderino de la UTB/TSC. Aparece en la edición anual de Matamoros Literario que presenta el Ateneo Literario José Arrese al cual pertenece desde 1991 y del cual fue presidente en 1997. Es compilador de la antología Veinte Años de Poesía en Matamoros 1977-1997 (1998) y Matamoros Literario 2002, Visión Antológica (2003). Es autor de los libros de poemas Claustros Vedados al Penitente (2000), Alfalogías (Poesía Completa 1992-1996) (2001), Destiempo (2002), Desierto Azul (Obra Completa 1997-2002) (2005) y Defragmentación Poética (2007), este último mención honorífica en el Primer Concurso Estatal de Literatura (Poesía) convocado por el ITCA.



** Un Desierto Azul en las Raíces de la Palabra.


** Cosmogonía de la Palabra.



REINAUGURACIÓN

                 Vine a reconocerme aquí,
en altos ramajes del poema,
en letras dispersas sobre páginas blancas,
en raíces del álamo a la ribera del verso.

Aquí reencontré mi propio origen,
en cadenas sudorosas de la euritmia,
en espejos profundos de figuras libertarias,
en rayos luminosos de metáforas alucinantes.

Aquí, vine a reinaugurarme aquí.




LETRAS

El poeta suda letras,
huele a letras,
come letras,
se ducha por las mañanas con letras.

El poeta escupe letras,
duerme sobre letras,
eyacula letras,
se orgasma en laderas eróticas de letras.

Cuando muere el poeta, se lo comen las letras;
sólo queda una osamenta que fertiliza a la tierra.




ORIGEN

El regocijo del poeta
se confunde con el llanto del poema.
(Yo soy el origen.)

Llega al mundo la luz del experimento,
curva drástica de la experiencia,
(No veas más allá porque no existe más allá.)
mentira,
ficción del entorno,
fantasías aleteando en la conciencia,
                            (Soy el orgasmo literario.)
la voz orgásmica de la verdad
—prueba fehaciente del yo interior.




PAISAJE ÁRIDO

Mi voz es quebrantamiento, cansancio.
Soy el hijo bastardo de las bellas letras.

Pero mis bellas letras
ni letras
ni bellas.

Por lo tanto no soy hijo bastardo
ni tengo cansancio
ni quebrantamiento
ni voz.




VOCES INTERNAS

El mundo intravenoso se vacía
en vertiginosos acantilados del poema,
el mundo metafísico,
las horas perdidas,
los espacios terribles,
los instantes ah los instantes;
todo echa raíces profundas en el poema.

El poema desnuda al hombre,
recrea de la mujer la belleza incuestionable.
Ambos caminan por las calles
con el pecho abierto
mostrando la callosidad que sólo obsequia
el paso impostergable de los años.

El poema es el corazón palpitando
fuera del cuerpo,
el pez fuera del agua,
el motor que sostiene el aliento del mundo,
el fruto maduro,
exquisito,
listo para morderse.




BÚSQUEDA

Los pájaros bajan a la charca
para beber agua en tierra de naufragios.

La lluvia sucumbe a la fuerza del sol
y continúa el ciclo interminable.

Los pájaros vuelan hacia nuevos horizontes;
sólo quedan trinos dando tumbos en el monte.




PÁJAROS

Treinta y ocho pájaros en la parvada
se posan en conciencia de sauces,
en palabras tangibles de ébanos,
treinta y ocho trinos en mitad del camino
después de conocer zarzas,
después de sortear frondas y arbustos.

No son aves de rapiña ni de mal agüero;
más bien pájaros que semejan liras alígeras.




ROBERT PALMER

La música sangra esta tarde de septiembre.
Enmudeció la voz de Robert Palmer.

El tiempo se detuvo como en un lienzo de Dalí
y se escuchó “Addicted to love” en la radio.

Se acabó la voz del hombre de Inglaterra,
guardarán luto los escenarios,
los instrumentos.
Se vestirán de negro en algún triste cementerio.

In memoriam, el poeta arrojará versos grises
a las turbulentas aguas del río.




NOCTURNO

A León Felipe

Lápida de hojas y vientos otoñales
es mi corazón.
Insomnio prolongado por interminables horas
en mil novecientos sesenta y ocho.

Contrito corazón de melancólica distancia
no para de disipar arcaicas lágrimas.

Mausoleo de inadvertidos siglos
esconden la libertad irrepetible de los pájaros.

El poeta de la blasfemia ha muerto.




POESÍA Y ORGASMO

Las letras me corren por las venas,
el verso el verso el verso las letras el verso.

Soy el constructor de la barbarie literaria
en estos bosques que me hinchan los pulmones,
destructor de mundos increados
en guerra constante entre policías y ladrones.

Las palabras se me enredan en los testículos
como serpientes deseosas de morder el fruto,
las ideas son semen saliendo con furia
hasta encontrar el óvulo exquisito de la poesía.

Porque la poesía habita la poesía quema la poesía arde
en paredes dúctiles del sentimiento y la experiencia,
dualidad indivisible, defragmentación de lo disperso.
La poesía es aliento de vida que succiona mi vida
en consumación catártica de ebullición y orgasmo.




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