Perspectiva

Si bien el tratado "Los diez libros de Arquitectura" de Vitrubio, escrito hacia el a�o 27 a.C., ya contiene referencias a un procedimiento de dibujo, al que denomina "scenograf�a", conocido por los griegos y que define como "...el dibuxo sombreado de la frente y lados del edificio, que se alexan, concurriendo todas las l�neas a un punto."[1], este texto permaneci� desconocido hasta bien entrado el siglo XV, adem�s de no brindar demasiadas precisiones sobre el tema. A comienzos del Renacimiento el tema es redescubierto, consider�ndose al arquitecto Filippo Brunelleschi como el creador de la base geom�trica de la perspectiva como procedimiento de dibujo que permite representar ilusoriamente el espacio tridimensional sobre las dos dimensiones del papel o de la tela.

Te�ricamente el procedimiento consiste en proyectar la escena a dibujar, en un plano ideal, el "cuadro", seg�n l�neas que proceden del ojo del observador y son llamadas "visuales". Mediante una serie de procedimientos geom�tricos dicha proyecci�n es realizada sobre el soporte de la obra, resultando una escena en la que las l�neas del objeto paralelas al cuadro permanecen paralelas y las perpendiculares al cuadro, convergen a un punto sobre la l�nea de horizonte, cuya altura en el cuadro corresponde al punto de vista del observador.

Este tipo de perspectiva, llamada "CENTRAL" por tener un solo punto de fuga ubicado aproximadamente en el centro del cuadro, fue adoptada practicamente por toda la pintura renacentista. El cuadro se lo conceb�a como una ventana a trav�s de la cual el observador contemplaba la escena representada. La primera publicaci�n sobre el sistema fue de Le�n Battista Alberti en su tratado "De pictura"; luego le seguir�n Piero de la Francesca, Paolo Uccello, Leonardo da Vinci y muchos otros. En 1515 el pintor y grabador alem�n Alberto Durero demostr� el procedimiento materializando las "visuales" mediante hilos que unian un punto fijo (el punto de vista del observador) con los puntos importantes de la escena, vistos a trav�s de un cuadro transparente reticulado; las posiciones que resultaban sobre el cuadro eran pasadas al papel con la ayuda de un reticulado igual al del cuadro. Durero dej� registrada su demostraci�n en el grabado reproducido abajo.

La pintura moderna generalmente prescinde de la perspectiva, pero este sistema de representaci�n aun es utilizado en arquitectura para presentar im�genes de edificios proyectados y aun no constru�dos.


[1]Marco Vitrubio Poli�n, Los diez libros de Arquitectura, Libro I, Cap�tulo II; Editorial Alta Fulla, Barcelona, 1987; edici�n facsimilar de la traducci�n del lat�n e ilustraci�n del presb�tero Joseph Ort�z y Sanz, Madrid, Imprenta Real, 1787



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