Lunes, 1 de Marzo de 2004
NEWELL'S 2 - RIVER 3
Banda ancha
Aplausos para Garcé y Fernández cuando asistieron en dos goles. En defensa quedaron en deuda...
Pase en
profundidad de Garcé, gol de Montenegro. Centro pasado de Juan
Fernández, gol de Salas.
No les tocó ser los protagonistas
principales, pero los laterales de River se la rebuscaron muy bien para ganarse
un buen papel en la primera parte de la obra, en esos interesantes 45 minutos
que jugó el equipo de Astrada. En la parte ofensiva fue donde más se destacaron.
Atrás, no fueron garantía absoluta de seguridad. ¿Que su principal función
debería ser la marca? Sí, es cierto. Tanto como que es complicado lograr todo en
el mismo envase. Si no, vayan a preguntarle a Pellegrini...
Una de las mayores preocupaciones del anterior
técnico fue conseguir laterales que se proyectaran bien al ataque y nunca los
encontró. Astrada parece haber
dado en la tecla con Fernández y con el regreso asistidor del Chino.
El ex Estudiantes debutó con dos centros ante Chicago que terminaron en gol. Y
en Rosario se repitió la historia cuando le dio de zurda (pierna que maneja tan
bien como la derecha) y le puso la pelota en la cabeza a Salas. Mientras que
Garcé repitió una buena: el miércoles le dio el pase gol a Cavenaghi y ayer
metió un tiro frontal y se la dejó picando de frente al arco a Montenegro para
que pusiera el 1-0.
Esas fueron las mejores perlitas de los laterales que de a poco van aceitando su
funcionamiento en el equipo. Astrada les pide que se proyecten constantemente,
pero de a uno por vez. Si va Fernández, enseguida se escuchan los gritos desde
el banco para que se quede Garcé, y viceversa. Sus subidas, en complicidad con
los carrileros, le permiten a River poblar con más gente el área rival. Por eso,
es importante que sean precisos en tres cuartos porque de eso depende la
productividad de su trabajo en lo ofensivo. Y aquí —sobre todo Garcé—, bajaron
el nivel en el segundo tiempo.
A la hora de mirar para atrás se encuentran algunos puntos oscuros. La falla más
grande en Rosario fue el penal que cometió Garcé al cortar con la mano un avance
de Steinert, pero se salvó porque Sánchez no lo vio. Después entre los grises
del Chino hay que marcarle las pelotas que perdió por no estar afinado con los
pases en las salidas desde el fondo. Y de Fernández, también algunas pelotas mal
jugadas y los huecos que dejó en algunas oportunidades por no volver rápido
cuando se iba al ataque.
Cuestiones para ilusionarse y para mejorar. Por el estilo de River y de Astrada,
lo ofensivo pesa mucho y eso vale. Pero por ahora, las bandas (anchas) siguen
buscando su equilibrio.
De los más parejitos
Si
jugás en River y sos lateral, lo primero que quiere el hincha es que tengas buen
manejo de pelota y que seas claro a la hora de jugar. Aunque a mi entender, es
fundamental que sepan defender. Y hoy en día, en el país no hay futbolistas que
se destaquen en ambas funciones. De hecho, River tuvo que ir a buscar a un
lateral a Europa y otro a México, cuando hacía sólo seis meses lo había vendido
y cuyo puesto natural es el de marcador central. Y hasta Boca, cuando necesitó
un lateral derecho, repatrió a Ibarra. Pero de lo que hay, me parece que tanto
Juan Fernández como Garcé (y yo le sumaría a Ferrari, de Central) son de lo
mejorcito.
A los laterales de River los vi muy bien, sobre todo en el primer tiempo.
Fernández sube mucho por vocación y atacó bastante más que Garcé, que se
proyectó lo justo. Y hay un detalle que no es menor: uno y otro asistieron a
compañeros en los dos primeros goles de River. Y eso es positivo, porque
aparecieron por sorpresa, aprovecharon los buenos relevos y se nota que tienen
la confianza del técnico como para proyectarse. A River lo veo muy equilibrado,
ordenado atrás, y encima es un equipo muy difícil de controlar cuando te ataca.
Newell's lo llegó a complicar en algún momento, pero sabía bien cómo pensaba
Astrada porque jugué seis años en River y estaba seguro de que armaría un equipo
que, más allá de los resultados, tendría orden y personalidad. Y los tiene.