Ezequiel
Iturrieta |
Sepan los cuervos y los árboles arrastrar las sombras. Funcionen de relojes derretidos cortando luz y haciendo que baldosas y pasto se vean en blanco y negro
Cuervos y árboles en su morir metódico. Ocupen distancias en el aire desplomen sus vidas en el suelo Y se reconozcan inútiles
Que mueran descarnados, solitarios, violentos
Nosotros no.
Todo conmueve con su parábola en el tiempo Los muebles se pudren El amor La música atraviesa El cuerpo lleno de finales continúa su transitar ambiguo
Las treguas que tardan Usan música para confundir El amor parece que todo explota Que el alma hierve en sí misma
Ahí están La existencia La razón El poder La conciencia
Frágiles… frágiles…
El arte que nada ha salvado Que nada salva y nada salvará se nos ejecuta en frente Dejando ese ardor Parecido al beso Al aire El amor
Llegarán canciones Versos Misiles Hijos Madres Borges Nocturnos
Y no estaremos o estaremos por llegar O lo viviremos Pero ¿dónde se juntan los días, el aprendizaje, los nocturnos? Los besos. ¿En el alma? ¿En el cuerpo? En los hijos misiles libros madres ¿Dónde pondremos lo aprendido En cajas de madera En el paredón en los sueños Para quién Hasta quién?
Cuándo vendrán a decirnos basta Cuándo podremos decir basta de sol de tardes de padres
Basta de muerte Única. eterna. Responsable.
eficaz.
Te haré recordar aquella paliza inundando Tus manos de piel y latex buscando fuerza en el cemento En su último movimiento
¡Saca ya las manos! Que esas bolsas de basura son pulmones vivos son niños creciendo
Preferiría un atardecer rosado A un montón de ojos ciegos Raspados por el miedo De ver lo que los ha cegado.
© Ezequiel Iturrieta
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Ezequiel Iturrieta. Tengo 30 años y vivo en vicente lopez, soy pianista y compositor, tengo un trio de piano, contrabajo y percusion en el que canto canciones mias, publiqué poemas en dos antologias y el año pasado el libro de poemas "el individual manchado" con dibujos de carolina morano, en este momento doy clases de piano en un instituto y estoy escribiendo mi segundo libro |
Revista Literaria Remolinos