"A Dios lo que es de Dios, y al mundo lo que es del mundo".

 Pero hoy en día no es como dicho está. Queréis compartir y mezclar a Dios con el mundo, y Dios está por encima de todo eso.

   ¡Ay, hijo mío!, cuánta falsedad veo y cuánto odio. 

  ¡Cuánto me apena hijo mío...!  Cuando en este lugar comenzó mi Madre a dar el mensaje, a dar palabras de Luz viva, muchos empezaron a ver, y dijeron de ver cosas grandes. Ahora ya, que nuestras voces se van a apagar, aquéllos mismos dicen saber de que este lugar fué falso. 

  Queda mucho por ver  hijos míos. Yo os lo aseguro, queda mucho por ver. ¿De qué sirve venir a escucharme si no hay fé? 

   "Sin fé no podréis obtener el significado de mis palabras, las que Yo os brindo a vosotros, para que podáis comprender todo cuanto Yo quiero.  Si no abrís vuestros corazones y si no hay fé, no comprenderéis nada."

 Me apena mucho hijo mío.  ¡Ay...!, dijeron saber la verdad y ya abandonaron, estando tan cerca de Mí. Todo lo tuvieron y también abandonaron. Hijos míos, ya está funcionando la criba: La paja irá al fuego y el grano, el trigo, al granero. 

  ¡Ay hijos míos...!  ¿No os dáis cuenta?   Pues abrid bien vuestros ojos, porque todo se está cumpliendo. Y te diré una vez más hijo mío: ”Te verás muy sólo, y cuando digo muy sólo, digo muy sólo hijo mío.” 

 Ya hay quien sabe qué es lo que quiero decir. Mentes rápidas. ¡Ay hijos míos!  Pero hoy, hoy volveré a repetir lo que tan insistentemente he repetido: "Sobre este lugar el pié se cubra, sobre este lugar la mujer descúbrase".  

 Sobre este lugar habrá muchos más cambios y en especial el día cuatro de Abril, será el último día que oigáis mi voz,  y será el último día que haya agua sobre este lugar. Solamente os dejaré esa pequeña ermita;  y quiero que la oración se haga en familia.  

Ya podéis ir y contarle todo cuanto se ha dicho, ya podéis hacerlo. Pero hijos míos, me debéis mucho y no he obtenido nada de parte de mis hijos. Ofrecieron su ayuda diciendo sin cesar: "Estaremos a tu lado, ¡y no serás abandonado!" 

Hijo mío, solamente puedes confiar en Dios, solamente El es tu amigo, tu verdadero amigo. El no te fallará nunca, y El estará siempre ahí para tí. El hombre es un barco hijo mío, simplemente navega hacia donde le lleva la marea.  ¡Ay hijo mío, así son los hombres!

 Empezarán a decir y tú empezarás a oir. Pero no te apenes por ello, porque en verdad te digo, que muchos, muchos, váis a llorar amargamente, porque no volveréis a obtener consejos. 

 Lloraréis, porque os privaré de todo cuanto os dí,  y vendrán los recuerdos de años pasados en los que tanto nos necesitásteis, y siempre estuvimos a vuestro lado.¡Ay hijos míos...!

  No sois dignos de juzgar y ya lo habéis hecho. Buscaos así, hijos míos, un confesor espiritual; será siempre para vosotros. Su deber es de encaminar vuestras almas, hacedlo así; es su deber. 

   Recordadlo siempre. Y de noche, quiero que oréis en familia, y en día también hijos míos: La oración hace la unión. Volveré hijo mío, volveré.  
 Y quiero que recordéis, que os dejaré esa pequeña ermita, y la Imagen de mi Madre quedará allá para vosotros. Solamente eso os dejo, y recordando así, todo cuanto he dicho.

 Vuelvo a decir:  Ya, ya podéis contarle todo cuanto he dicho. Decidle también,  "de que hay muchas cosas por saber, y de que Dios va por delante."  ¡Decídselo!  Tú me entiendes hijo mío. Volveré. Adiós hijos.  

PUBLICO: Adiós Maestro.

Padre Eterno:  Adiós hijos.                 
PUBLICO: Adiós Padre.
                   
El Hermano:  
  Que la Paz del Señor Yahvé quede así con todos vosotros.

PUBLICO: Y con Tu Espíritu Hermano.
        
El Hermano:  Ave María Purísima.        
PUBLICO: Sin pecado Concebida.

El Hermano:  Adiós hermanos.         
PUBLICO:  Adiós Hermano. __