"De pronto el cielo
azul se oscureció y
un tubo de luz
enorme, bajaba de
una nube hasta la
Tierra. Era como
una escalera
resplandeciente, de
la cual bajaban dos
hombres: Uno el
Apóstol, y otro
Cristo Jesús
."
                               
                            
Jesus y Santiago

      Mensaje de la Santísima Virgen María, recibido a través de  
          José-Luis  Manzano García; el 12 de Mayo, de 1991.
 

La Madre:  La Paz del Señor es con vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.

La Madre:  Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.

La Madre:  
    Pero muy a pesar de aquello que ocurrirá, llegaba el momento en el cual, aquéllos que quedaron en España para seguir predicando y enseñando, debían de demostrar que todo aquéllo de lo que hablaban y que aquella misión encomendada era cierto, para así testimonio del hombre de entonces, y para asi prueba, una prueba de la que muchos no se olvidaron.

   También ellos, en el nombre de Jesús,  comenzaron a hablar de cosas de Dios que nunca habían oido los españoles de aquel entonces.

   Comenzaron a hacer grandes prodigios, sanaban enfermos, y lo más importante es que la palabra que el APÓSTOL sagrado había dejado, se iba expandiendo poco a poco por cada rincón de la  España antigua,  gracias a aquellos apóstoles y a aquella esposa, y a aquel pueblo que también quiso colaborar en aquella misión tan importante.

   Hubo burlas, también hubo odio, y también, hijo mío, la maldad se arrastró a que muchos de aquéllos que hablaban, incluida así la esposa del santo APOSTOL, fuesen golpeados sin piedad, por odio y por no saber comprender lo que ellos hablaban. 

    No se trataba de algo extraño. Era una palabra familiar, era amor, era paz y unión. Pero muchos no comprendían su significado y su único lenguaje era el golpear a quéllos que hacían tan gran misión.

     Dios seguía mirando a la España de entonces y se sentía muy triste y muy dolido, porque en muchos lugares aquellas almas eran rechazadas con mucha crueldad y con mucho odio.  Pero lo que ellos intentaron, consiguieron al final, demostraron que lo que ellos hablaban era verdad, no porque ellos pidieron que Dios le ayudase.

   El santo APOSTOL estaba pendiente de todo lo que hacían sus Apóstoles mandados, y de todo lo que hacía su esposa mandada.  Iban cumpliendo su palabra, y como bien he dicho, llegó el momento en el cual estaban rodeados de muchos soldados, los cuales iban a apresarles, tanto a aquellos apóstoles como a aquella mujer.

    "De pronto el cielo azul se oscureció y un tubo de luz enorme, bajaba de una nube hasta la Tierra. Era como una escalera resplandeciente, de la cual bajaban dos hombres: Uno el Apóstol, y otro Cristo Jesús."

   
Bajaron al lugar por mandato de Dios, y en aquel lugar, JESÚS y  el  SANTO APÓSTOL, hicieron oración permanente durante corto tiempo. Acabado el corto tiempo, aquellos soldados se arrodillaron y acompañaron en oración a aquellos dos hombres, a aquellos apóstoles y a aquella mujer.

     Eso fué un gran milagro:

     Fueron convertidos sin escuchar la oración, solamente con mirar la grandeza de aquello que podían ver, de aquellos hombres, de los que habían oido hablar, pero que ellos no estaban seguros de que vivieron. Estuvieron a su lado, oraron juntos y también formaron parte del gran pueblo.  

    Aquellos soldados dejaron sus armas para reunirse con el gran pueblo, y decidieron dedicar su vida a Dios, no al mundo. Y también caminaron por muchos rincones escondidos de este pais. Y la palabra se fué extendiendo hasta apoderar al pais entero, en el cual todo era oración, penitencia y sacrificio.  

 
Pero llegó el momento en el cual aquello terminó por mediación del hombre. Se olvidó de todo cuanto había visto y oido, y prefirió seguir el mundo de la materia, y ajeno a todo, abandonó a su Dios, al Apóstol y a aquellos apóstoles del Apóstol, y a aquella esposa del Apóstol, que ya no vivían en este mundo.

   Lo dejaron todo y prefirieron vivir con el mundo, y el mundo quiso vivir con ellos y en poco tiempo, hijo mío, aquéllos que tú conoces, que hicieron todo lo que hicieron en poco tiempo, terminó para aquellos españoles. 

   Y aquello que hicieron aquellos apóstoles y esposa, tardó tiempo, pero se consiguió.  Pero la maldad solo tardó un día en entrar, y este pais se convirtió en vicio, en maldad, en odio, y en ejemplo de injuria para los demás paises. ¡Sí, hijo mío!, y os diré así, que aquellos apóstoles, cuando llegaron, y aquella esposa no sabían qué hacer.

   Estaban escondidos también por miedo, porque en este pais se comenzó a hablar de buscar a aquéllos que habían traido el cuerpo, que aún no se había encontrado. Ellos estaban escondidos, tenían miedo,  pero esta vez no sería Jesús quien viniera a ellos, vino el Apóstol, apareciendo a su esposa en aquel lugar que hoy se llama Santiago, diciendo así: 

     "Que siguiera su misión, que él estaba bien junto al Padre, y que no sufriera más. Que fuera ella predicando la palabra olvidada, y que fuera abriendo camino para que después el Señor fuera sembrando la semilla".

   "Estoy aquí, junto al Padre
, -dijo-, no tengas ningún miedo. Ahora tú debes de proseguir mi misión. No debes de esconderte.Debes de seguir y que solo se cumpla lo  que Dios quiera sobre tí. Sigue, sigue tú, y no te olvides de que Yo estaré a tu lado".

    Diciendo estas palabras se marchó, y aquella esposa dejó a sus dos hijos, y se encaminó por este pais, para hablar de algo, para hablaros de algo, así a vuestros antepasados.  

   Después, al poco tiempo, el Apóstol se dirigió así a sus apóstoles diciéndoles que ellos también debían de seguir aquella misión, que pusieran en práctica todo cuanto El les había enseñado, y que por amor a Dios, no tuvieran ningún miedo.  Que no temieran al hombre y no se escondieran del hombre. Ellos se armaron de gran valor y voluntad y emprendieron su misión.  

    Y Yo, hijo mío, acompañé a aquella esposa y aquellos apóstoles, y desde el Cielo cubría con mi manto a la nación española, hijo mío, que poco a poco se fué apartando de Mí, y que ya no tengo en mis brazos. España ya no es mía, hijo mío; España ahora es del enemigo. ¡Decídselo así! 

   Ya no es mía, hijo mío. Aquéllos que se creen poderosos han querido governar la Tierra que Dios les entregó, pero lo único poderoso es Dios, y lo que ellos intenten, solo empeorarán la maldad, y la maldad se lanzará hacia ellos confundiendo así.

   Es cierto hijo mío, que el hombre ha avanzado, pero también es cierto que lo que ha avanzado y lo que ha descubierto, nada ha sido para bien.

     Aquello que os rodea, está infectado de maldad hijos míos.  Aquello donde vivís está rodeado de maldad. Aquéllos que en un tiempo se dedicaron a crear un muro, que era una palabra. Los propios españoles han querido derribar ese muro que ahora de nuevo se está construyendo con amor y sin egoismo, hijo mío. No hay nadie que sepa dar ejemplo.

   Mujeres, sed como Dios os hizo. No queráis ser lo que Dios no quiere de vosotras.  Sed sólo mujeres, no busquéis más, porque más no encontraréis. 

   Sed mujeres, como en aquel tiempo lo eran aquéllas que vivían a mi lado, hijo mío.  No seáis lo que ahora muchas mujeres son. Son simplemente almas olvidadas que prefieren jugar con el mundo,  y ser del mundo, y no de Dios.  

   Sois vosotras las que hais de dar ejemplo, para que así, las demás mujeres puedan ver y darse cuenta de que todo, todo lo que ocurre es simplemente maldad.  Vestid como mujeres y no escuchéis a aquéllos que dicen que pueden vestir como hombres, porque escrito está desde hace mucho tiempo y dicho fué en Jerusalen:  

    "Llegará un tiempo, un tiempo muy lejano a éste, en el cual la mujer querrá ser hombre, y el hombre querrá ser mujer; entonces, amados discípulos, tened en cuenta que el fin estará cercano".

   Y así se dijo, hijo mío, y escrito quedó en aquel libro que aún se conserva en nuestro pais, hijo mío, el tuyo y el mío.  Por eso hijos míos, sed como Dios quiere que seáis, y no busquéis nada más, porque nada encontraréis.  Dejad que sea Dios el que encamine vuestra vida, porque sólos no podéis.

   Y que el hombre sea hombre, y que no quiera encontrar lo que aún no busca, y lo que aún no encontrará. Que solo sea hombre, como Adán lo fué. Y que la mujer sea mujer, como Eva lo fué.  

  
Y que la mujer vista como mujer, y el hombre como hombre. Aquél que incumpliera lo que hoy se dice, a partir de hoy, hasta que Dios llamare a aquellas almas, tendrían por seguro un error que no podrían borrar.

   Decidlo así hijos míos, porque vuestra Madre así os lo ha dicho a vosotros. Volveré. Adiós hijos.

PUBLICO: Adiós Madre.

Padre Eterno:  Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.

El Hermano Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.

El Hermano  Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.

El Maestro:   
   Aquéllos que buscaron un camino, que aún no estaba creado, nunca encontraron el camino, pero aquéllos que no buscaron el camino, le encontraron y ya estaba hecho, por el cual se encaminaron y llegaron hasta Mí. Lo que en un tiempo se hizo en esta nación, fué apartar el mal del bien, pero ahora no hay bien ya, solo hay mal.

   Aquello que mi Madre os dice, ocurrió así como Ella os cuenta.  Algo que nunca supísteis y que es el momento de que sepáis, para que veáis lo que sufrieron aquéllos que se entregaron en cuerpo y alma por Dios. Ellos se sacrificaron, ellos salvaron caminos y veredas, hierbas de malos arbustos y sus pies iban descalzos. Ellos sufrieron.

   Aquél que dice que sufre más, que camine como ellos y que predique como ellos. Verán que así, ellos llegaron junto a Mí sin esfuerzo, porque se sacrificaron y cumplieron su palabra. Adiós hijos míos.

PUBLICO: Adiós Maestro.

El Hermano Que la Paz del Señor Yahvé, y todo aquello que  proviene del Padre, quede con todos vosotros.
 
PUBLICO: Y con tu Espíritu, Hermano.
 
El Hermano  Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.

El Hermano 
   Todo aquello que se dice, dicho está y escrito está. Alguien lo quiso ocultar, porque aquello que se hizo, fué algo muy grande que ahora el hombre no quiere que se vuelva a repetir. Como bien dijo el Apóstol su esposa y sus apóstoles, hay algo muy dentro que no se puede parar porque la vida de aquél que guarda eso dentro se acabare.  

   Eso que está muy dentro saldrá con el tiempo, aunque mucho tarde pero saldrá;  será un gran destello de Luz que iluminará cada parte de la Tierra y podrán comprobar que lo que dijimos no fué engañar, sino ayudar a lo que ellos no ayudaron.  Adiós hermanos.

PUBLICO: Adiós Hermano.

      
        Ver también:
    -   
Otros mensajes de Talavera

    -   
Extractos de los mensajes más importantes de Talavera -  (Cuadro sinóptico.)   
  


                              
http://es.geocities.com/aparicionesymensajes2002
 

 
     «
Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y con mentira digan contra vosotros todo género de mal, por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque grande será vuestra recompensa en los Cielos  s. Mt. 5, 11-12
     

  


 
        Apariciones Mensajes Profecías  devociones, oraciones
             
      
Recibir el "
Boletín Materdolorosa",  envíe el correo a  [email protected]
        y cuando le pidan la confirmación,  respondan con el reply.
  -gatis-
 
 

Hosted by www.Geocities.ws

1