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Bickersteth - Roma No Está Dormida
El Romanismo En
Su Relación Con La Segunda Venida De Cristo
Rev.
Robert Bickersteth
Roma no está
dormida. Jóvenes hombres de esta Asociación Cristiana,
nosotros tampoco debemos estar dormidos. Debemos examinar
al Papismo a la luz plena de la verdad revelada. Examinándola
así, no estoy sorprendido de su poder, su sutileza, su
progreso. Estamos preparados para esperar todo esto. Ella
debe ser confirmada como la predestinada apostasía, por
la extensión de su dominio y la grandeza de su culpa.
Que ella haya obtenido establecerse en cada nación, y
alzado sus altares sobre cada costa, es un eslabón en la
evidencia por la cual se prueba su identificación con la
apostasía predicha.
Todo el misterio
que flota alrededor de ella, y que ella tanto ama, es
otro eslabón en la cadena de testimonio. Que ella
estuviera en algún tiempo aparentemente aniquilada, y no
obstante exhiba un tan maravilloso poder para reavivarse;
que ella fuera al mismo tiempo impotente en el corazón
de su imperio, y no obstante exhiba en las naciones
Protestantes libres muestras de indemne vigor; que, a
pesar de toda la exposición de los "milagros
mentirosos" que ella ha practicado, y de las
contradicciones al sentido común en las cuales demanda
una fe incondicional, ella todavía fuera exitosa para
entrampar a muchos de los sabios e intelectuales; todo
esto, aunque sea misterioso, es explicable por la verdad
de la profecía, pero no de otra forma.
Esto constituye una
parte del misterio con el cual se predijo que la apostasía
se caracterizaría. Su maravillosa facilidad de acomodación
a los variables gustos y hábitos, los prejuicios o
predilecciones, de la humanidad - su prodigiosa
versatilidad, combinada con tan grande estabilidad - su
propósito invariable ejercido con tan diversos recursos
- su destreza inigualable para entrelazar la verdad con
el error - su facultad para disimular las armas más
mortales con la más atractiva cubierta - su poder para
atraer a un hombre dentro de la más espantosa esclavitud
presentando la carnada de una paz de mente que no puede
obtenerse en ninguna otra parte más que en su comunión
- sus recursos para adormecer la conciencia de una manera
práctica y hacer fácil el crimen - todo esto contribuye
para hacer del Romanismo, entre todas las apostasías, a
la vez la más inicua y la más peligrosa.
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