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Bickersteth - El Obrar del Papismo
El Romanismo En
Su Relación Con La Segunda Venida De Cristo
Rev.
Robert Bickersteth
Pero, también, el
apóstol declara, "Ya está obrando el misterio de
iniquidad: solamente sabéis lo que impide, para que a su
tiempo se manifieste, espera hasta que sea quitado de en
medio el que ahora impide." Según esta afirmación,
todos los elementos de la futura apostasía ya existían
entonces, solamente eran contenidos por la presencia de
alguna fuerza restrictiva. Esta descripción coincide muy
notablemente con los hechos del caso referidos al
Romanismo.
El germen de muchos
de los más prominentes errores del Papismo puede ser
detectado incluso en tiempos apostólicos. Era necesario
incluso para los apóstoles advertir a sus conversos que
huyeran de la idolatría, prevenir de una afectada
humildad y culto a los ángeles, de una vana distinción
de comidas, un duro trato del cuerpo, una observancia de
las tradiciones, doctrinas y mandamientos de hombres. El
mismo hecho de que un apóstol inspirado estimara
necesario prescribir que un obispo fuera el marido de una
mujer, implica que la doctrina Romanista del celibato del
clero no era totalmente desconocida; sobre todo, era
necesario advertir para no errar sobre la gran y
fundamental cuestión de la justificación de un pecador
ante Dios.
Al mismo tiempo es
evidente que el Romanismo nunca presentó todas sus
pretensiones, no se desarrolló completamente en su
oposición criminal a la verdad divina hasta que la sede
del imperio Romano fue transferida de Roma a
Constantinopla. "La grandeza del emperador y la
grandeza del anticristo no podían permanecer juntas."
Ni bien el emperador abandonó Roma, el anticristo comenzó
a ser revelado. Así la historia confirma la interpretación
que he dado, y aporta su cuota de evidencia para
establecer la aplicación de toda la profecía al sistema
del Romanismo.
Es tiempo de que le
recuerde brevemente el resultado de la investigación
precedente. Un apóstol inspirado había hablado a los
miembros de una Iglesia Cristiana de la segunda venida de
Cristo. Sus palabras fueron malinterpretadas, sus
declaraciones pervertidas. Para corregir el daño
resultante de ello, escribió nuevamente al mismo grupo
de Cristianos, y predijo, de la manera más clara, que
antes de la segunda venida habría una apostasía, de la
cual proporciona cinco detallados rasgos.
Él declaró que
los rudimentos de esta apostasía ya existían, pero que
su desarrollo no acontecería hasta la remoción de una
cierta causa restrictiva. Él declaró que esta apostasía
continuaría hasta el fin de los tiempos y solamente sería
destruida cuando el Señor mismo reaparezca.
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