LAS BASES DE LA FE POSTRIBULACIONAL

Por Adolfo Ricardo Ybarra

 

Copyright 2005, A. R. Y. y  J. J. Y.

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CAPÍTULO 13.

 

 Así vendrá

 

Una demostración de que la iglesia espera un solo regreso de Jesús que será visible a la tierra y no un inmediato regreso al cielo luego del arrebatamiento

 

 

13.1. EL DISCURSO FINAL EN EL MONTE DE LOS OLIVOS, LA DESPEDIDA DE CRISTO Y LA CONSOLACIÓN DE LOS ÁNGELES

 

Hechos 1:1-12

1  EN el primer tratado, oh Teófilo, he hablado de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,

2  Hasta el día en que, habiendo dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que escogió, fue recibido arriba;

3  A los cuales, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoles por cuarenta días, y hablándoles del reino de Dios.

4  Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalem, sino que esperasen la promesa del Padre, que oísteis, dijo, de mí.

5  Porque Juan a la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de estos.

6  Entonces los que se habían juntado le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restituirás el reino a Israel en este tiempo?

7  Y les dijo: No toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad;

8  Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalem, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.

9  Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos.

10  Y estando con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él iba, he aquí dos varones se pusieron junto a ellos en vestidos blancos;

11  Los cuales también les dijeron: Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

12  Entonces se volvieron a Jerusalem del monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalem camino de un sábado.

 

Nuevamente nos encontramos en el Monte de las Olivas (v.12), anteriormente estuvimos allí, cuando Cristo, antes de su crucifixión, instruía a su Iglesia acerca de su futuro y acerca de la Gran Tribulación que debería atravesar; así lo hicimos en la INTRODUCCIÓN y luego de ésta. Ahora de nuevo estamos en el Monte de las Olivas; pero esta vez Cristo está resucitado y a punto de ser llevado al cielo donde se sentará a la diestra de la majestad para ser el perfecto mediador de aquellos que crean en él.

 

Entonces Cristo da mandamientos a sus Apóstoles; no da mandamientos para un supuesto cuerpo distinto de la Iglesia, sus mandamientos son para sus apóstoles y no para otros (v.2), ellos son apóstoles de Cristo en la Iglesia y no fuera de ella (Efesios 4:11).  Son cosas  concernientes a la Iglesia de entonces, el Espiritu  Santo descendería a ella muy pronto en Jerusalén y aún así ya eran la Iglesia, como también se demostró independientemente  en la INTRODUCCIÓN:

Ellos aún no habían recibido el Espíritu Santo como lo recibirían en Pentecostés, aunque el Espíritu estaba con ellos no estaba en ellos como para siempre lo estaría a partir de Pentecostés (Juan 14:16-17); pero ya eran su Iglesia; la era del Antiguo Testamento solo alcanzó hasta Juan el Bautista (Lucas 16:16); Juan, como representante final de los santos profetas del Antiguo Testamento se llamó a sí mismo el amigo del esposo; mientras que los discípulos de Cristo ya eran considerados, espiritualmente hablando, como la esposa de Cristo (Juan 3:29), es decir como su Iglesia (Efesios 5:23-32). Y aunque el Señor dijo que edificaría su Iglesia, no dijo que en el futuro instauraría su Iglesia (Mateo 16:18) sino que la edificaría y ahora mismo el Señor consideraba a sus discípulos la Iglesia (Mateo 18:17), pues les dio consejos de cómo recurrir entonces mismo a la Iglesia.

Así que la Iglesia de entonces debía aguardar en Jerusalén el don del Padre, el Espíritu Santo (vs. 3, 4 y 8).

 

Finalmente, la Iglesia de entonces presencia la partida del Señor, no encuentro palabras para decir lo que hubiera sentido quizás si yo hubiera estado allí junto con los discípulos, como un discípulo más; ¿habría sentido tristeza por su partida? o quizás no, ¡si, tal vez no hubiera sentido tristeza! ¡Que maravilloso debe de ser  haber visto al Señor, después de tanto sufrir por mis pecados, subir majestuoso y triunfante a ocupar su altísimo trono! ¡Oh Señor Jesús, sube, sube Señor! ¡Reina oh Jesús para siempre a la diestra de la majestad! ¡No estaré solo! ¡Tu Espíritu y tu Palabra me consolarán! ¡Hasta el día que vuelvas! ¡O hasta que mi espíritu vuele a tu presencia!. ¡Oh maravillosa escena de triunfo divino muéstrate ante mí por la Palabra!:

 

Hechos 1:9-11

9  Y habiendo dicho estas cosas, viéndo lo ellos, fue alzado; y una nube le recibió y le quitó de sus ojos.

10  Y estando con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él iba, he aquí dos varones se pusieron junto a ellos en vestidos blancos;

11  Los cuales también les dijeron: Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

 

¡Casi puedo imaginarme a mí mismo mirando hacia arriba! ¡Pero No! ¡Yo no estuve allí! Aún así Señor hace tiempo que tu Iglesia mira hacia arriba rogando que así como te fuiste, así vuelvas a nosotros y por nosotros. Ahora despierto de mi sueño y vuelvo a poner los pies sobre la tierra, recuerdo que estoy escribiendo un libro sobre la venida del Señor; la Iglesia ha abandonado la fe pos-tribulacional y debo ofrecer pruebas para que la verdadera enseñanza del Señor vuelva a reinar en la Iglesia. Debo ofrecer más pruebas; todas las que la Palabra me permita; todas las que sea capaz de descubrir; pienso entonces en los ángeles que vinieron a consolar a los discípulos; ellos dijeron algo importante que me ayudará; ellos dijeron a la Iglesia de entonces que el Señor volvería así como la Iglesia lo vio irse al cielo. No resisto el impulso de dibujar eso, cómo el Señor se fue al cielo, luego intentaré dibujar cómo volverá; primero cómo fue al cielo:

 

 

Luego que la nube lo ocultó Él entró al cielo; Él verdaderamente fue tomado arriba en el cielo (v. 11).

 

Pues bien, de acuerdo con los ángeles de Dios, así como la Iglesia de entonces lo vio irse al cielo, así será como Él volverá en el futuro, en un solo movimiento de salida del cielo para descender luego a la tierra.

 

De manera que para saber cómo vendrá Él, todo lo que tenemos que hacer es invertir el camino andado en su ascensión, lo vamos a dibujar:

 

 

De manera que como Cristo se ocultó en una nube, volverá en una nube, pero la nube ya no podrá ocultarlo pues su gloria se dejará ver de todos y descenderá en el Monte de las Olivas:

Mateo 24:30 

Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.

 

Mateo 26:64 

Jesús le dijo: Tú lo has dicho: y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo de los hombres sentado a la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo.

 

Marcos 13:26 

Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha potestad y gloria.

 

Marcos 14:62 

Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.

 

Zacarías 14:3-4

3  Después saldrá Jehová, y peleará con aquellas gentes, como peleó el día de la batalla.

4  Y afirmaránse sus pies en aquel día sobre el monte de las Olivas, que está en frente de Jerusalem a la parte de oriente: y el monte de las Olivas, se partirá por medio de sí hacia el oriente y hacia el occidente haciendo un muy grande valle; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el mediodía.

 

 

13.2. DESESTIMACIÓN DEL PRETRIBULACIONISMO Y AFIRMACIÓN DEL POSTRIBULACIONISMO

Ahora bien, si prestamos atención a cómo será el regreso de Cristo según los ángeles, podemos notar que hay un solo descenso relativamente continuo del cielo hasta el monte de las Olivas; precisamente como cabría esperar de una venida postribulacional. Mientras que el esquema pretribulacional es una transgresión del esquema verdadero trazado por los ángeles. Podemos observar ahora el esquema pretribulacional errado:

 

 

Este es un esquema muy bonito, pero obviamente esta no fue la forma que los ángeles dijeron que Cristo vendría; si aceptamos el esquema pretribulacional tendremos que llegar a la conclusión de que los ángeles mintieron a la Iglesia al decirle que Cristo vendría así como se le vio ir al cielo; pues tendrían que  haber dicho "Varones Galileos, ¿qué estáis mirando al cielo? este mismo Jesús que ha sido tomado desde vosotros arriba en el cielo, volverá del cielo una vez y quedará oculto en la nube, nadie le verá, excepto vosotros que seréis arrebatados en las nubes, luego regresará al cielo, y después de siete años, volverá del cielo otra vez para bajar a este monte, entonces todos le verán". Pero los ángeles no dijeron semejante cosa.

 

Es necesario que los hermanos entiendan que con su esquema pretribulacional están hablando de una segunda y una tercera venida de Cristo; y aquello en que me apoyo para afirmar eso es que  en el esquema pretribulacional Cristo sale del cielo dos veces; sale una vez, luego vuelve al cielo, luego sale otra vez. Claramente estas son dos venidas de Cristo. Los ángeles no hablaron a la Iglesia de dos venidas de Cristo sino que describieron una venida que sería igual a su partida; cuando Cristo partió él dejo la tierra una vez y entró al cielo una vez; cuando vuelva él dejará el cielo una vez y llegará a la tierra una vez, tal es el camino inverso a como el subió al cielo. ¿Es esto tan difícil de entender?

 

A continuación veremos que la verdad postribulacional es acorde al esquema trazado por los ángeles para la venida de Cristo:

 

 

Este es el esquema que obligatoriamente debemos adoptar, ya que los ángeles nos dijeron de Cristo que vendría así como se le vio ir al cielo; el arrebatamiento sólo cabe así y no en una venida previa inexistente en el esquema de los ángeles. Obviamente, como el arrebatamiento sólo tiene una venida en la cual acontecer, la descripta por los ángeles, el arrebatamiento ocurre en la única venida que le queda, la descripta por los ángeles. Obviamente también, la Gran Tribulación no puede ocurrir después que Cristo haya descendido al monte de las Olivas, sino antes. De manera que el arrebatamiento queda naturalmente ubicado luego de la Gran Tribulación.

 

 

13.3. LA SECUENCIA DEL REGRESO DE CRISTO ARMONIZADA CON OTROS VERSÍCULOS

Ahora que hemos demostrado que el arrebatamiento ocurre luego de la Gran Tribulación, podemos armonizar la secuencia trazada por los ángeles con otros pasajes de la Biblia. Sabemos por los ángeles cómo será el camino de Cristo en su regreso, él saldrá del cielo una sola vez, vendrá con las nubes y su gloria será vista de todos, para luego descender al Monte de las Olivas. Ahora bien, las diferentes partes de esta secuencia se hallan dispersas en toda la Biblia, a continuación presentaremos la secuencia acompañada de versículos que la ilustran y amplían en detalles:

 

1) Cristo sale del cielo:

1 Tesalonicenses 4:16 a 

Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo ...

A pesar de que el Señor descenderá del cielo, no debemos pensar que Él ha quedado separado del cielo, ya que donde el Cristo glorificado esté esa es una extensión del cielo.

 

2) Cristo viene arriba en el aire en las nubes.

De acuerdo con 1 Tesalonicenses 4:16, aunque Cristo venga en las nubes no estará oculto de los ojos de los que queden en la tierra, pues habrá una clara señal de su regreso en la gran aclamación, voz de arcángel, y en la trompeta de Dios que sonarán durante su descenso a partir del mismo momento en que el Señor dejó el cielo, y Jesús mismo dijo que sería visto venir en las nubes, lo cual también fue dicho en Apocalipsis:

Mateo 24:30 

Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.

 

Mateo 26:64 

Jesús le dijo: Tú lo has dicho: y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo de los hombres sentado a la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo.

 

Marcos 13:26 

Y entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha potestad y gloria.

 

Marcos 14:62 

Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.

 

Apocalipsis 1:7 

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén.

 

Luego de que la gloria de Cristo se muestra a todos, sucede el arrebatamiento, porque según Mateo 24:31 los escogidos son juntados después de que todos vean a Cristo viniendo sobre las nubes del cielo según Mateo 24:30. El arrebatamiento de la Iglesia hará que ella se encuentre con Él en las nubes a la vista de los que estén abajo; luego de eso, cuando Cristo haya ordenado a su Iglesia glorificada según el galardón que cada uno haya recogido, lo cual sucederá casi instantáneamente, Cristo con su Iglesia ya glorificada descenderá al monte de las Olivas. Los pies de Cristo se posarán sobre el monte de las Olivas, y probablemente la mayoría de los santos glorificados de la Iglesia o todos ellos quedarán flotando en el aire alrededor de él en una gran extensión del cielo.

 

 

Los siguientes versículos dan lugar al hecho de que el arrebatamiento es un acontecimiento que a la vez implica que el resto de los hombres verán a Cristo mostrarse junto con su Iglesia recientemente glorificada, es decir que no es una venida ni un arrebatamiento invisibles:

 

1 Tesalonicenses 4:17

 Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

 

Colosenses 3:4

Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

 

2 Tesalonicenses 1:10

Cuando viniere para ser glorificado en sus santos, y a hacerse admirable en aquel día en todos los que creyeron: (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros.)

 

A pesar de que el Señor descenderá del cielo, no debemos pensar que Él ha quedado separado del cielo, ya que donde el Cristo glorificado esté esa es una extensión del cielo; así que tampoco debemos pensar que la Iglesia glorificada, mientras está con Él en las nubes del aire, está separada del cielo; ya que además, por la resurrección gloriosa de los creyentes dormidos, y por la transformación gloriosa de los creyentes vivos, ellos han alcanzado el estado celestial (1 Corintios 15:35-57) y no están separados del cielo, aún cuando estén en el aire con Cristo; aún flotando en el aire ellos ya estarán en sus moradas celestiales; porque se dice que cuando los creyentes sean revestidos del cuerpo glorioso ya estarán revestidos de su morada celestial, sin necesidad de estar en alguna otra casa en el cielo (2 Corintios 5:1-2).

 

3) Cristo desciende al Monte de las Olivas acompañado de su Iglesia ya glorificada:

 

Apocalipsis 19:11-16

11  Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual con justicia juzga y pelea.

12  Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno entendía sino él mismo.

13  Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.

14  Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.

15  Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes: y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.

16  Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

 

Zacarías 14:3-4

3  Después saldrá Jehová, y peleará con aquellas gentes, como peleó el día de la batalla.

4  Y afirmaránse sus pies en aquel día sobre el monte de las Olivas, que está en frente de Jerusalem a la parte de oriente: y el monte de las Olivas, se partirá por medio de sí hacia el oriente y hacia el occidente haciendo un muy grande valle; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el mediodía.

 

Ahora, a propósito de Apocalipsis 19:14, si es que el ejército mencionado no son los ángeles sino la Iglesia recientemente glorificada en las nubes, lo repetimos, a pesar de que el Señor descenderá del cielo, no debemos pensar que él ha quedado separado del cielo, ya que donde el Cristo glorificado esté esa es una extensión del cielo; así que tampoco debemos pensar que la Iglesia glorificada, mientras está con él en las nubes del aire, está separada del cielo, ya que por la resurrección gloriosa de los creyentes dormidos, y por la transformación gloriosa de los creyentes vivos, ellos han alcanzado el estado celestial (1 Corintios 15:35-57) y no están separados del cielo, aún cuando estén en el aire con Cristo; aún flotando en el aire ellos tendrán instantáneo acceso a sus moradas celestiales; porque se dice que cuando los creyentes sean revestidos del cuerpo glorioso ya estarán revestidos de su morada celestial, sin necesidad de estar permanentemente en alguna casa en el cielo (2 Corintios 5:1-2), así que la principal morada celestial de la Iglesia glorificada son los cuerpos glorificados de los creyentes que les permiten estar donde Cristo esté (Juan 14:2) y hasta les permitirá tener acceso instantáneo a otras moradas celestiales, y lo que es más importante, a la presencia del Padre, ya que los creyentes glorificados serán semejante a los ángeles (Mateo 22:30) y aunque sus lugares de servicio en el reino sea aquí abajo en el reinado milenial, sus moradas están en el cielo, a donde ellos subirán y desde donde ellos bajarán constantemente (Juan 1:51, Mateo 18:10) de la presencia del Padre (ver APÉNDICE 12).

 

 

 

13.4. EL SEÑOR VENDRÁ POR SUS SANTOS Y CON SUS SANTOS

Gracias a nuestra clara representación gráfica podemos ver también que su venida postribulacional será por sus santos y con sus santos, sin necesidad de intercalar un período de siete años entre el arrebatamiento de la Iglesia y el descenso de Cristo al Monte de las Olivas. Cristo vendrá una sola vez, viene por sus santos, así que los recogerá en las nubes; luego desciende acompañado de sus recientemente glorificados santos. De manera que la venida postribulacional de Cristo será tanto por sus santos como con sus santos. Como está escrito:

 

1 Tesalonicenses 3:13

Para que sean confirmados vuestros corazones en santidad, irreprensibles delante de Dios y nuestro Padre, para la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

 

Obviamente los corazones de los creyentes serán confirmados "en santidad, irreprensibles delante de Dios y nuestro Padre" en el mismísimo momento de la glorificación; es decir en el arrebatamiento (el griego dice "en" no "para"); y el Apóstol llama a este momento de la glorificación o arrebatamiento como "la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos ". ¿Cómo puede  el Apóstol Pablo llamar a la venida por sus santos  "la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos"?. Para el pretribulacionismo esto no tendría solución, ya que ellos separan con un lapso de siete años la venida por sus santos de la venida con sus santos. Pero para la verdad postribulacional no hay inconveniente, gracias a nuestra clara representación gráfica pudimos ver claramente que la venida postribulacional será por sus santos y con sus santos, sin necesidad de intercalar un período de siete años entre el arrebatamiento de la Iglesia y el descenso de Cristo al Monte de las Olivas; así hay una perfecta armonía con 1 Tesalonicenses 3:13  que indica que la glorificación es en la venida del Señor con todos sus santos.

 

 

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