LAS BASES DE LA FE POSTRIBULACIONAL

Por Adolfo Ricardo Ybarra

 

Copyright 2005, A. R. Y. y  J. J. Y.

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APÉNDICE 7.

 

LA CONFUSIÓN PRETRIBULACIONISTA ENTRE SANTOS QUE NO SON LA IGLESIA Y LA IGLESIA

 

 

 

Ap7.1.  UN ERROR NO ESPERADO DE PARTE DE HERMANOS DISPENSACIONALES

Uno de los grandes logros de muchos hermanos del siglo diecinueve fue su entendimiento de la interpretación literal de las profecías; esa hermenéutica sana trajo consigo el resurgimiento de la enseñanza bíblica milenialista; estos hermanos avanzaron un paso importante en la interpretación de las Escrituras cuando acertaron en interpretar literalmente lo que se decía en Apocalipsis 20:1-10 y Daniel 2:44 y 7:27. Daniel nos dice claramente que este reino futuro de Cristo y sus santos será sobre la tierra, "debajo de todo el cielo", una expresión reiteradamente usada en el Antiguo Testamento cuyo significado literal es "sobre la tierra"; y el Apocalipsis nos dice que será por mil años y, según Apocalipsis 20:9, puede deducirse otra vez, que será sobre la tierra, pues la ciudad amada se encontraba sobre la tierra  cuando es circundada. En fin, muchos hermanos del siglo diecinueve nos han dejado un rico legado de interpretación profética que superó la manera alegórica con que venían siendo erróneamente tratadas las profecías por los hermanos hasta entonces.

 

Otro logro de estos hermanos del siglo diecinueve fue su entendimiento de que la Iglesia es un cuerpo distinto de los santos del Antiguo Testamento; la era del Antiguo Testamento sólo alcanzó hasta Juan el Bautista (Lucas 16:16); y Juan, como representante final de los santos profetas del Antiguo Testamento se llamó a sí mismo el amigo del esposo; mientras que los discípulos de Cristo fueron considerados por Juan el Bautista, espiritualmente hablando, como la esposa de Cristo (Juan 3:29), es decir como su Iglesia (Efesios 5:23-32). De manera que Juan el Bautista, como santo del Antiguo Testamento tiene una posición como amigo del esposo (que es Cristo), mientras que los verdaderos discípulos, como santos del Nuevo Testamento, tienen posición de esposa espiritual de Cristo, es a saber LA IGLESIA, como distinta entonces de los santos del Antiguo Testamento. La Iglesia, según las Escrituras, es claramente considerada un cuerpo nuevo distinto de los santos del Antiguo Testamento. Juan el Bautista el último de los santos profetas del Antiguo Testamento sólo era el amigo del esposo, pero los verdaderos discípulos de Cristo, su Iglesia, eran la esposa del Cordero.

 

Pero curiosamente, tales logros quedaron empañados por un error que muchos hermanos dejaron entrar en su sistema, el error del pretribulacionismo. A causa de ese error, estos hermanos que eran campeones en no confundir la Iglesia con otro cuerpo distinto de santos, empezaron a fallar, su yerro pretribulacionista les llevo a decir que la esposa del Cordero, presentada a Cristo por Juan el Bautista, los discípulos verdaderos de Cristo, eran a veces la Iglesia y a veces no. Cuando un pasaje como Juan 14:1-3 habla del recogimiento de la Iglesia por parte de Cristo, estos hermanos admitían que los discípulos de Cristo estaban oyendo a Cristo como la Iglesia; pero cuando pasajes como Mateo 24:31 y Marcos 13:27 hablan de un recogimiento postribulacional de santos, estos hermanos decían que los discípulos de Cristo estaban oyendo a Cristo como santos de un cuerpo distinto de la Iglesia, a saber, santos de la Gran Tribulación que no son la Iglesia, según ellos. Y así, esta dualidad tiñe todo el sistema de estos hermanos. Claro está que Cristo a veces se dirige a sus discípulos como una compañía mixta de creyentes e inconversos (Marcos 9:43), pues entre ellos había un incrédulo que sería el traidor, Judas, y muchos incrédulos de la compañía más grande de discípulos, los cuales luego se apartaron de Cristo (Juan 6:64-66); pero era una compañía de inconversos mezclada con LA IGLESIA, como Juan el Bautista nos da a entender que los verdaderos creyentes que él condujo a Cristo eran "la esposa", es a saber, LA IGLESIA.

 

De manera que estos hermanos dispensacionales, con su error pretribulacional han desgraciadamente traído confusión sobre la verdad milenial y dispensacional; porque han indebidamente, a fin de defender su error pretribulacional, confundido a la Iglesia con un supuesto cuerpo distinto de santos de la Gran Tribulación; en el sentido de que palabras dirigidas a la Iglesia fueron supuestamente dirigidas a santos de otra dispensación; así, por ejemplo, todos los mandamientos para los discípulos a fin de ser cumplidos durante la Gran Tribulación, estos hermanos lo tomaron como para otros distintos de la Iglesia (ver CAPÍTULO 2).

 

Si se renunciara a tal confusión, eso llevaría a entender que los santos de la Gran Tribulación no es un cuerpo de santos distinto de la Iglesia, sino que son los santos de la Iglesia a quienes les tocará vivir en ese tiempo previo a la segunda venida de Cristo.

 

 

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