Ríe, y el mundo reirá contigo,
Llora, y llorarás tú solo.
Porque este viejo mundo cuyo regocijo es prestado,
tiene demasiados problemas en sí mismo.
Canta, y las colinas te responderán,
lanza un suspiro y se perderá en el aire.
Los ecos se enlazan a un sonido de gozo,
pero no se atreven clamar cuidados.
Alégrate, y la gente irá en pos
de ti;
gime, y te volverá la espalda.
Sólo desean ver los confines de tu placer,
y no necesitan de tu aflicción.
Disfruta, y tendrás muchos amigos,
entristécete, y los perderás todos.
Nadie rechazará la dulzura de tu vino,
pero beberás en soledad las amarguras
de la vida.
Da fiestas, y tus salones estarán abarrotados,
ayuna, y el mundo te pasará de largo.
Ten éxito y sé generoso, y tu vida
será fácil,
pero nadie podrá hacerte fácil
la muerte.
Siempre hay lugar de sobra en las salas del placer
para una larga y señorial comitiva,
pero todos tendremos que pasar solitarios
por los estrechos pasillos del dolor.
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