En el silencio de una noche triste,

te vi partir mas no quise llamarte,

me conforme tan solo con mirarte

mi corazón nada podía decirte.

En mis labios las palabras fallecían

no podía contenerme, mas trate,

y sin saberlo tu mirada encontre

en un lucero opacado en agonía.

De mis ojos una lagrima pendía

como gotas de rocío en la mañana;

no podía creer que esto pasara

que de este modo todo terminaría.

Lo nuestro fue fugaz, una tormenta

ahora la calma me confunde tristemente,

se que debo borrarte de mi mente

mas en mi alma la ilusión se encuentra.

Me verás sonreir, fingida calma,

no pienses que te veo como enemigo

permiteme tratarte como amigo

y sin fingir te entregare mi  alma.