REALIDAD GEOGRÁFICA DE EXTREMADURA Extremadura es un espacio extenso y con enormes diferencias territoriales; desde el punto de vista: . Fisiográfico: - montañas - vegas - penillanuras . Socio-económico: - aprovechamiento extensivo - intensivo - cultivos de secano - regadio - hipertrofía burocrática - debilidad administrativa . Asentamientos humanos: - núcleos locales concentrados - dispersos - ciudades grandes - pequeñas - ciudades de distinto rango. Esta realidad geográfica condiciona la política: - agraria - industrial - ambiental - sanitaria/educativa El mundo rural extremeño manifiesta tres procesos: a) Las mujeres jóvenes, ante la falta de expectativas se han ido a trabajar en el servicio doméstico de las ciudades, provocando una disminución de la población femenina y un desequilibrio intersexo que dificulta el relevo generacional. b) Los municipios extremeños han envejecido y las familias extremeñas comienzan a estar desestructuradas, pues más de la mitad de la población es anciana, que además vive en soledad por la sangría emigratoria. c) La pobreza alcanza niveles alarmantes, con ingresos inferiores a la mitad de la media nacional, producto de unas tasas de actividad muy bajas y con elevadísimas tasas de paro. Dibujamos tres áreas diferentes en la Comunidad Autónoma Extremeña: - Extremadura que crece (Ciudades) - Extremadura que languidece (núcleos intermedios) - Extremadura que retrocede (núcleos rurales) La Extremadura rural conoce el abandono de su población por la falta de equipamientos y servicios sociales, que conduce a la pérdida de su patrimonio cultural y natural. El mundo rural extremeño, con municipios menores de diez mil habitantes, supone más de la mitad de la población regional. Extremadura muestra un sistema de archipiélago: - Grandes centros urbanos (ciudades de más de veinte mil habitantes, siete ciudades con un tercio de la población). - Islotes (núcleos intermedios de ciudades entre diez y veinte mil habitantes). - Resto del territorio (un mar de quercíneas, pastos y matorral), sin más signo de vida humana que las ruinas que los arqueólogos del futuro descubrirán. Amalio Venegas en Xeres Eqvitvm, año III