buitres

Buitres...

 

El enorme buitres planeaba buscando su presa...

Aleteos suaves, trankilos, dejandose llevar por el viento. Era uno de los mas grandes vistos en estas tierras.

Luego de planear en las alturas descendió suavemente, solo disminuyendo el ancho de sus alas. Luego de un suave aleteo desciende en el guante de grueso cuero de su amo. Un bárbaro no muy grande, mas bien de estatura media, pelo negro bastante corto, barba recortada. Su rostros ajado por la vida a la intemperie, como labrado en la roca.

El bárbaro le sopla en la cara al buitre y el buitre le responde con suaves silbidos...

Quien será la presa del buitre?

Ella era una guerrera.

Su cuerpo desnudo con cicatrices y coágulos de sangre se adentro suavemente en la bañera. Se enjuago suavemente la cara, como limpiándose la mente, como borrando con esa esponja todo lo malo que había sucedido hoy. Había sido una lucha tremenda, medio ejército estaba apilado en el campo de batallas. Su cuerpo adolorido y lleno de cortes empezaba a relajarse lentamente en el agua cálida y perfumada....

Poco a poco las huellas de la batalla se borraban dando paso a una hermosa mujer, pero algunas durezas en sus manos no dejaban de mostrar lo arduo de la vida que había elejido.

Con los ojos cerrados, totalmente relajada se sumergió en su bañera....

De pronto una sombra ocultó la luz, algo se movía en la habitación, enorme y negro, no podía distinguirlo bien con tanto jabón en sus ojos, la desesperación la lleno, mientras su mano diestra buscaba su daga entre las toallas. Mientras con la otra mano trataba de limpiar su vista.

- Ah, eres tú - dijo dejando la ddaga nuevamente en la toalla.

El enorme buitre aleteaba en la ventana. Traía un mensaje atado en sus garras....

 

El baño le hizo muy bien.

Necesitaba un descanso para su adolorido cuerpo, la renovó, su sempblante mas relajado y las ropas limpias de palacio, la mostraban como la bella dama cristiana que era.

Simplemente hermosay toda una dama. Nadie podría imaginarla en batalla, ni mucho menos matando como el mas fiero guerrero.

La vida había sido dura con ella...debió defender su reino sola, sin ayuda de nadie. Debío aprender a defenderse desde pequeña y a administrar su reino en un mundo gobernado por hombres de armas...Pero ella había logrado que nadie la mirara hacia abajo, y se había ganado un nombre entre guerreros...

Se acercó a la ventana y busco el mensaje en la garra del buitre. No traia buenas noticias...

" No he podido capturar a Gorko,
se dirije a tu castillo...
No se si mis tropas alcancen a llegar,
Manu también se dirige hacia alla...

Que sea lo que Odin quiera"

Al colocarse su armadura aún abollada de sus recientes batallas, su cuerpo sintió que no estaba lista para esta batalla...

Estaba muy cansada y aún sin recudar impuestos de un nuevo mes, no podría contratar nuevas tropas...deería usar los últimos refuerzos, sus últimas energías. Y si no eran las suficientes....las puertas de su reino estarían desguarnecidas ante todos sus enemigos...

Subió a su caballo con toda su energía y sintiendo los musculos tirantes y adoloridos, no estaba recuperada. Pero su pueblo la necesitaba.

Dió un golpe fuerte con la justa y se dirigió al frente se sus tropas.

El viaje fue corto, Gorko ya estaba en las cercanías de palacio, ya habá matado a los guardias fronterizos, se empezaba a adentrar en su territorio, debía atacarle enseguida! Ella sola...como siempre.

- Malditos! Me ven sola y creen que puedden aprovecharse de una mujer, no les daré en el gusto!

- AL ATAQUEEE!!-Gritó con toda suu alma, con las últimas energías que le quedaban, y respiraba agitada el aire fresco del atardecer.

Las tropas de Gorko eran mas, sus hombres caían como moscas, incluso uno de sus mejores cuerpos de arqueros, el mas numeroso fue aplastado por Gorko, nada era fácil. La pelea sería dura, mas aún con sus tropas sin descansar...

La noche traía un oscuro futuro, tal vez a la muerte...

 

Gorko

 

Al fin estaba llegando.

No faltaba nada y vería su cara sonriente. Un paraiso en medio de la guerra...

Lo raro era que no estaban los guardias, solo unos pocos reclutas de guardia en palacio. Raro.

Subí las escaleras corriendo y no había nadie. Ella no estaba!. Seguro había salido a defenderse a campo abierto con su espada en la mano y al frente de su caballería....

- Maldicion!!!, como no impiden que salgga de palacio! No ven que no ha descansado! No ven que puede morir!

- Tiene la armadura abollada, no resistiirá un solo golpe!!- los criados solo miraban el suelo, nunca la habían podido controlar, menos cuando de defender su castillo se trataba...

Las tropas de Willrow venían de un cansador viaje y debían preparar la defensa de castillo, por si es que algo resultaba mal...Si salía en su busca, debía ir solo con un pequeño destacamento...

No lo pensó mas, saltó sobre un caballo fresco, dió la señal a unos diez hombres y partieron. Debían correr a matacaballos por lo menos un días mas.

- Gorko...

Solo esa palabra se le escuchó murmurar al salir.

 

Luego de un viaje matador, realmente agotado de viajar todo el día a todo galope con los caballos realmente empapados de sudor. Divisamos el primer campamento de avanzada.

Eran un par de tiendas con algunas levas custodiando los pocos alimentos que llevaban y cuidando las fogatas.

- General Willrow!, sea bienvendo en el campamento!, Su tienda está preparada...

- Hacía donde se fue! Dame un cabballo descansado!

- Ella dejo este mensaje para Ud....
Se un tirón se lo quitó al pobre recluta, y rompío el lacre sin cuidado.

" Debes dirigirte a las colinas del suroeste, yo y mis tropas estaremos en las del sureste.

Las fuerzas están igualadas, Sir Dragon me ha prestado ayuda con los pocos refuerzos que tenía el maldito Gorko y venían de vuelta desde el Oeste...

No vengas en mi ayuda!, necesito que te ocupes de ese frente, pues traen tropas frescas y sin combatir, se dice que protegen al mismo Gorko en sus tiendas de campaña.

Suerte!"

- Está loca! Si cree que la dejarre sola contra esas tropas! ARRRGHHH!!!- él sabía que debía obedecerla, si no atacaba las tropas que ella le indicaba, si lograban el relevo estarían perdidos....

El problema era como atacar todo un ejercito con apenas una patrulla de caballeros que le seguían.

La solución era otra...

Debía ir directamente a Gorko.

-Muerta la perra se acaba la leva, no quuedaba otra solución...Debía dejarla sola.

Saltó al caballo aún sin ensillar, al verlo sus bárbaros hicieron lo mismo algunos agarrando algunos pedazos de carne a medio salar, quesos y algunos trozos de pan..

-HAA!-gritó haciendo partir a su caballo-

Y el sonido del caballo a todo galope fue lo unico que se escuchaba en ese atardecer...

Sus manos llenas de coágulos la espada enterrada en la tierra....

Pocos caballeros le quedaban divisaba dos o tres...mas algunos heridos seguro.

Maldito el día en que nació guerrera, si hubiera dejado que Gorko le quitase ese feudo a cambio de paz tal vez estaría en su mullida cama de palacio. Pero ahí estaba, sin ninguna energía extra, ganando pero sintiendose perdida. Si Gorko se acercaba con sus tropas de refuerzo no podría aguantar esa embestida.

Ojalá Willrow haya recibido mi mensaje. Tal vez pueda hacer algo contra ellas si va bien armado.

Ahora deberé ocuparme de la defensa por si ellos pasan y vienen por mí. Mañana veremos que pasa si llegan los impuestos...

Las sombras de la noche eran extrañas, felinos movimientos apenas se notaban en las cercanías del campamento de Gorko.

Eran como fantasmas que poco a poco se iban acercando entre las patrullas, no los esperaban. Se oían risas y palabras a medio pronunciar. La fiesta se escuchaba buena...

Era ua fiesta atacar a una mujer que mantenía tanto feudo con su alicaído presupuesto. Había que celebrar una vitoria segura mañana. Y si Yavé los acompañaba, llegarían hasta el mismo palacio.

El gordo trasero de Gorko estaba en un grueso banquillo de marfíl. Su grueso cuerpo cubierto por una gran túnica, sus dedos llenos de anillos. Al judío le gustaba el oro tanto como la sangre. Estaba bebiendo trankilamente mientras su gente reía y veia bailarinas del oriente que adornaban la vista. El judío solo contaba su oro ganado en sus batallas. Y mentalmente contaba lo que ganaría mañana. Con cada moneda su sonrisa parecía mostrar un diente mas.

Luego una a una fue guardando en su cofre todo su oro. Malditas guerras, salen muy costosas!. Aunque algunas producen mas oro je, je...

Trastabillando se puso de pie dirigiéndose a su tienda. Su embriguez era bastante, mas de una vez tropezo con alguna alfombra a medio enrollar.

A tientas encontro su catre de campaña, era mucho trabajo encender una lámpara, y por que no decirlo, un gasto innecesario. Metió el cofre entre sus sábanas y luego se acomodó abrazándolo. Mañana sería un buen día.

Pero al acomodarse plácidamente sintió algo frío en su cuello. Al intentar moverse un pequeño dolor en su cuello le hizo abrir sus ojos.

- No te muevas grasoso! Mira que mis perrros aún no han cenado!

- Quie..quien eres?? Como has entrado?- dijo mirando al hombre semidesnudo que apretaba fuertemente una daga en su cuello. Parecía un bárbaro, no muy alto no muy fornido, pero se veía un cuerpo liviano y agíl. Sus brazos de serpiente lo tenían absolutamente inmóvil.

- Pónte de pie bastardo! Te has gganado un viaje con todo pagado a mis mazmorras! Al menos tendrás una cama mas limpia. Que tienes ahi??-dijo el bárbaro al ver parte del cofre cuando Gorko se movía.

- No lo toques! No pongas tus sucias mannos en mi oro!!- realmente lo irritaba que le quitaran su oro - deja eso ahí maldito!!!

- Ganas bastante arrendando tu culo puerrco! Gracias, por tu buen corazón para con este pobre bárbaro.

- No obtendrás nada de mi malditoo!!!! - Y dicho esto se empujó hacia la daga de Willrow para degollarse sin que el bárbaro pudiera evitarlo...

El maldito había preferido evitarse el ver caer sus feudos y requisar su oro...Willrow simplemente no lo comprendía y no salía de su asombro.

El charco de sangre contrastaba con un juguete que bailaba en la mesita del velador de Gorko, era como un pequeño muñeco que daba alegres volteretas, cayéndose en el charco que crecía y crecía desde el cuello de Gorko. Era como el espíritu de Gorko burlándose del bárbaro.

- Estúpido.

Sólo esto dijo cuando al salir pisaba el juguete, sintiendo un crujido de insecto aplastado.


Al llegar todo estaba resuelto, las tropas contaban heridos, muertos y prisioneros, muchas bajas pocas recompensas, pero todo había salido bien.

- Donde ha ido la Condesa?
- En cuanto supo la derrota de Gorko sallío al galope a su castillo sr.! Ha dejado esta carta para Ud....

Una carta!, solo me deja una carta??? Rompió con rabia ese sobre y leyó simplemente asombrado :

"Mi querido Bárbaro :

Tan silenciosamente como entré en tu vida saldré de ella, no deseo causarte ningún mal, no quiero que sientas que estás obligado a cuidarme, nunca debí abrir tanto mi corazón, nunca lo había hecho, te relevo de esa obligación.

Se muy bien que hay lujos que no están a mi alcance: dejarme vencer por el miedo, llorar, sentir...

La vida me lo ha enseñado muy bien, como te dije seguiré los designios de mi destino, con orgullo, con coraje, con todas mis fuerzas, pase lo que pase, como siempre he hecho, con toda mi alma, con honor, con la cabeza bien alta.

No te das cuenta de que soy un peligro para ti?, que por cuidarme a mi, te descuidas tú?

Sabes que mi alma es bárbara, sabes que la libertad también ha sido siempre mi compañera, sabes que no me queda más remedio que luchar y arriesgar, que soy temeraria hasta el extremo, que no puedo evitar ser así, por eso no quiero que sufras mas por mí, los guerreros no deben enamorarse....

Debes pensar que Inés no existe, que todo ha sido un sueño del que has despertado.

Sigue tu camino, busca una bárbara guapa que llene tu corazón y se feliz, creo que sabes que te deseo lo mejor.

Inés"

Willrow, ya empezaba a odiar los caballos...

 

Inés

 

Al llegar al castillo los criados lo miraron con temor. Es que realmente no traía buena cara. Llevaba casi dos días a caballo, lleno de rasguños, pálido como un papel. No traía cara de muchos amigos. Sabíamente los criados se iban alejando de su camino..

Inés no estaría en sus aposentos, Inés debía estar en los jardines junto a su arból preferido...

Se quitó su capa y sus armas, no le quedaban energías para seguir cargando cosas, siempre le gustó viajar liviano. Willrow no era muy alto, ni muy grueso de físico, mas bien delgado. Solo lo cubría su taparrabos de piel de oso y su grueso cinturón. Quedando su torso desnudo. Su cuerpo era ágil y potente, las cicatrices y los marcados músculos daban la impresión de una piel de corteza...Su paso liviano se hizo mas lento al divisar a Inés bajo el árbol...Ella estaba de espaldas, lo presentía pero no quería mirarlo. Su mirada estaba fija en el suelo como intentando perforarlo.

- Inés...De que huyes? - la mirabba con ojos brillantes, ella estaba más hermosa de lo que su memoria podía grabar, su vestido claro y su pelo suelto que le caía sobre los hombros...Ella se estremeció al oir su voz, fue como si su aliento acariciara su cuello suevemente. - Que haces aquí?, no deber&iacutte;as estar aquí...No debemos estar juntos. - Es tarde Inés, ya lo estamos....y como guerrero vengo a dar esta pelea, te amo y voy a luchar por ti. Te necesito y no tengo descanso si no estas a mi lado, mi vida no será igual desde ahora, nunca más. - ....Que dices? - Inés temblaba,, la habían pillado sin guardia, sin defensas - Calla....No debes estar conmigo, seré tu debilidad, estarás preocupado por mí en tus batallas, el miedo se verá en tu cara, te hago mal, que no entiendes!! Debes quitarme de tu vida! -Quitarte de mi vida? Si desde que peleoo junto a ti tu eres mi vida, vida...- diciendo esto le tomó la cintura y la abrazo suavemente - Inés, casate conmigo, me haría cristiano por ti...- esto lo dijo susurrandole al oído, él mismo se avergonzaba de lo que decía, pero era verdad.

Inés temblaba, no sabía que decir, la llenaba una energía tremenda, su voz no salía, sus manos dalgadísimas temblaban. De pronto se dio vuelta. Tenía hermosos ojos verdes que resaltaban con su pelo moreno, más aún por el brillo que los inundaba.

- No harás eso! Tu eres bá;rbaro hasta la médula, Tú no renunciaras a Odín, ni yo renunciaré a mi Dios......Tampoco renunciaré a tu amor.

- Sus delgados labios tiritaban al hablaar - Te amo Willrow, me siento una loca diciéndolo, pero quiero estar junto a ti y siendo los dos guerreros que no se detienen ante nada ni ante nadie, no debemos de renunciar ninguno a nuestros principios, sólo unirnos sin importarnos lo que digan, para nosotros será un compromiso eterno.- Lo decía con una fuerza enorme, incontenible en ese pequeño y delgado cuerpo.- Yo Inés de Gándara, guerrera cristiana, te quiero a ti Willrow por esposo, ante Dios y ante Odín, ante los hombres y mujeres de la Tierra, ante todas las razas y culturas, en contra de todas las reglas establecidas, por nuestro amor.

Yo Willrow, por la libertad que me ha dado Odin te juro lealtad y fidelidad eterna, te tomo por esposa y compañera hasta que la muerte se atreva a mirarnos....- Diciéndo esto, Willrow la besó. Fue un beso eterno, dulce y hermoso.

Y desde ese día cabalgan juntos la dama y el bárbaro, buscando a la muerte para ver si se atreve a matar su amor.

 

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