Manifestación
del día 21
de septiembre de 1993. Construcción
de una gruta y fuente de agua. El
día
21
de septiembre de
1993
era día de oración, de hora santa reglamentaria. Estuvieron presentes
las hermanas Clara, Clelia, Mary Carmen y Consuelo, de la comunidad de
Carrizal, a las que se había añadido la hermana Francisca de las
Siervas de Jesús de Ménda. También los miembros de la familia Padrón
acudieron como de costumbre. Al
terminar la hora santa, la hermana Francisca fue presentada a la familia
Padrón, ya que no se conocían. Luego todos los presentes estuvieron
conversando un corto espacio de tiempo, durante el cual la hermana
Francisca tuvo oportunidad de relatar alguna experiecia suya vivida en Mérida
con relación a la Santísima Virgen. Siendo ya las
7.10
p.m.
,
aproximadamente la hermana Mary Carmen invitó a todos a dirigirse hacia
el lugar de la primera aparición para rezar el santo rosario. Al
terminar la hermana Mary Carmen le comunicó en privado al Ing. Padrón
que ya hacía dos meses la Virgen le había pedido que se erigiese una
gruta en ese lugar de la primera aparición, pero que hasta el momento
no se había atrevido a comunicarlo a su superiora, porque sabia que en
su pobreza les era difícil acometer tal construcción No
obstante al llegar a conocimiento de la superiora lo que la Santísima
Virgen había solicitado, la hermana María Clara decidió de inmediato
dar curso a esa construcción. La hermana San Luis, superiora de la casa
religiosa de las Siervas de Jesús, del Colegio Belén, quien desde el
primer momento demostró creer ciegamente en las apariciones, informada
sobre el deseo de la Virgen sobre la gruta, colocó sus mejores
esfuerzos aunando el hombro con la hermana Clara para que esta
construcción estuviera lista cuanto antes. Hacia
las
8
de la noche las hermanas Clara y Consuelo tuvieron la idea de proseguir
en vigilia, rezando los
15
místenos completos del rosario. Entonces todos tomaron asiento en unos
bancos de cemento que para entonces estaban ubicados en un lugar frente
a la primera aparición. A
partir del segundo misterio y por espacio de una hora aparecieron luces
misteriosas que atravesaban el camino de barandas que hay en el
bosquecito y se dirigían secuencialmente hacia el lugar de la primera
aparición. Las
luces y su brillantez atrajeron la atención incluso de la señora
Josefina, la cocinera de la comunidad y de la señora Juanita, otra de
las que laboraban en el lugar. Tanto estas dos personas como las
5
Siervas de Jesús presentes, al igual que los
8 seglares
que se encontraban en la oración, tuvieron la oportunidad de observar
el fenómeno. Entonces
todos decidieron permanecer toda la noche en vigilia en agradecimiento
por el regalo recibido.
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