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Septima aparición de la Santísima Virgen.

(Comienza con la hermana Mary Carmen y hermana Clelia y luego se añaden los demás)

El día 21 de marzo de 1993 se encontraba la hermana Mary Carmen reunida con la hermana Clelia, hacia las 7:40 p.m., y después de haber finalizado la hora santa ante el Santísimo Sacramento expuesto cerca del portón de entrada de vehículos al recinto de Carrizal.

Ambas hermanas estaban entonándole a la Virgen un cántico con cariño y afecto, cuando de repente un relámpago cruzó por entre los árboles del bosque. 

Ambas, un poco acostumbradas ya a estos fenómenos permanecieron tranquilas cantando en el mismo lugar. Pero luego la hermana Mary Carmen sintió un intenso deseo de aproximarse al sitio por donde había cruzado el rayo. 

Al llegar entonó un nuevo cántico a la Virgen. Al cabo de unos cinco minutos dirigió la mirada hacia un lado y descubrió a la Santísima Virgen. Se dijo para sí misma: "Pero mírala donde está.. ¡Qué manera tan sencilla de dejarse ver".

En esta oportunidad la hermana apreciaba a la Virgen bajo la advocación de Fátima, con sus manos unidas ante el pecho. Se movía Fue entonces cuando llamó a la hermana Clelia y al llegar le dijo: "Mire donde está la Santísima Virgen. Vea hacia aquel sitio "

La hermana Clelia obedeció a la hermana Mary Carmen y dirigiendo la mirada hacia el punto indicado,

pudo apreciar la misma imagen, exclamando de inmediato: "¡Sí, ahí está!".

Las dos hermanas permanecieron como aleladas admirando lo que veían. Y es entonces cuando las otras hermanas de la comunidad y la familia Padrón en pleno, que no habían dejado de observarlas, se acercaron y les preguntaron:

"¿Qué ocurre?"

La hermana Mary Carmen les sugirió: "vean hacia aquel sitio". Y luego se dijo a si misma:

"No sé, madre querida, si ellos llegarán a verte". Por eso le suplicó a la Santísima Virgen:

"Déjate ver" .

Los de este segundo grupo recién llegados apuntaron sus miradas hacia el lugar indicado por la hermana Mary Carmen. Unos pudieron verla y otros no. Pero todos empezaron a rezar el santo rosario. 

Durante el rezo la Virgen se movía, miraba hacia el grupo de los presentes, movía sus manos.

Cuando rezaron la conocida oración "Dios te Salve, Rema y Madre" la Santísima Virgen llevó a cabo uno de los gestos más tiernos y conmovedores vistos hasta ahora. Abrió sus brazos y manos, como recogiendo la oración hecha y luego las llevó hacia su corazón, como depositando la oración en su pecho virginal.

Cinco minutos después de haber terminado el rosario la Virgen se desvaneció para todos.

  Mientras la hermana Mary Carmen estaba a solas, al inicio de esta manifestación de la Santísima Virgen, ésta le entregó el tercer mensaje, siendo aproximadamente entre las 9:00 y 9:10 p.m. He aquí el texto de este tercer mensaje:

Tercer Mensaje de la Santísima Virgen

"Mis hijitas consagradas: he dejado entre vosotras la prueba de mi presencia, correspondiendo a ese gran amor que habéis tenido con mi hijo Jesús.

Sabed que Dios ha derramado gracias especiales en vosotras, ya que tendréis la responsabilidad de llevar mis mensajes a todas mis almas consagradas. 

Dejad un pedacito de mi presencia en este lugar sagrado, de oración y de recogimiento, a cada una de mis hijas e hijos... veréis por esto la salvación de muchas almas sedientas de amor a Dios.

Hijitas: orad con el alma, orad con el corazón. Orad para combatir a la serpiente maligna; destruid sus diabólicas intenciones y permaneced firmes contra sus astutas enseñanzas.

Satanás ha tomado pequeños grupos, almas débiles, que rechazan el temor de Dios, almas llenas de soberbia y envidia, entregadas incondicionalmente a las llamas del infierno, muy dispuestas y preparadas para arremeter contra la Iglesia, contra mis almas consagradas y contra la unión de mis familias entregadas al amor de Dios.

Mis hijitos consagrados: recubrios con el amor de Cristo Jesús. No os dejéis engañar ni atraer por estos grupos, cuyo nombre ha sido escogido por el mismo Lucifer.

Vendrán nuevas formas de ataques, que el demonio tiene preparadas contra vosotros, mis hijitos, formas insospechadas y terribles. Estad muy alertas, ya que sois su principal molestia.

A mis almas escogidas: sed incansables en la oración, en la comunión diaria y en la participación del Sacrificio de la Cruz.

Así como se os ha pedido asi debéis dar. Así como se os ha dado, así se os pedirá.

Tomad en vuestras manos la cruz y no os quejéis. Si habéis aceptado con amor ser partícipes en mis planes divinos, aceptad también con amor los sacrificios.

Sed comedidos, prudentes al hablar. Sabed escuchar. Orad, manteneos firmes, obedientes y atentos a mi llamado.

Estáis en Mi Corazón.

 

A este punto la hermana Mary Carmen ha colocado una nota en sus apuntes, cuyo texto, adquiere una particular relevancia y que ofrece un consuelo no ordinario para todos los que dejen su alma abierta al Espíritu y crean en que los acontecimientos que se están narrando entran dentro del plan de salvación de Dios:

  "Hijita querida: todos los que vengan a este mi bosquecito recibirán mi presencia y me sentirán.

Habrá un cambio grande en cada uno de voso­tros, mis hijitos e hijitas y haré sentir mi presencia siempre con vosotros y vosotras.

Hijita: tú vas a sufrir mucho de parte de mis almas consagradas. Irán en contra de vosotras, mis escogidas. Sufrirán por su congregación, porque no os comprenderán. Pero mis gracias les bastan. Todas estáis muy dentro de mi corazón".

Estas palabras están escritas después de haber transmitido el tercer mensaje, pero colocadas totalmente aparte, por lo que no se considera como parte de él. 

Es muy factible que la hermana lo haya recibido en algún momento preciso y lo haya transcrito sin dejar fijada ni la fecha ni las circunstancias. 

En todo caso está escrito de su puño y letra. Desde el punto de vista gramatical y sintáctico contiene errores llamativos, pero la idea, el contenido se entiende muy bien.

 

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