INDICE DE MENSAJES

18° Mensaje de la Santísima Virgen. Es el último.

 

Este mensaje, el último de la cadena oficial de mensajes, fue recibido por la hermana Mary Carmen a las 7:05 de la mañana y por el Ing. Padrón en otra hora no precisada, aunque ciertamente a diferente hora del día 2 de septiembre de 1994. Un mes largo y pasado ha transcurrido desde el último mensaje recibido para las almas consagradas. Se han unido ambos mensajes, el de los dos receptores, para construir uno solo, pues son complementarios.

 

El mensaje contiene una advertencia final de la Santísima Virgen, quien manifiesta que de ahora en adelante, en virtud del escaso acatamiento a lo expresado y solicitado por Ella misma en nombre del Padre y de su Hijo Jesús y a través de sus mensajes, guardará silencio para el futuro no enviando más mensajes ni manifestaciones desde el este bosquecito hasta el día en que ellos se conviertan en vida dentro de los corazones de sus almas consagradas.

 

Advierte igualmente la Santísima Virgen acerca de aquellas almas consagradas que han humillado a aquellas otras almas religiosas que fueron escogidas por Dios para hacer llegar estos mensajes, ignorándolas, rechazando lo que ellas hicieron circular con tanto sacrificio y amor para otras religiosas y sacerdotes y en ciertos casos tomándoselo todo casi como un invento de ellas o una alucinación a la que no había que prestar mayor atención.

 

Hubo superioras y superiores de cole­gios y casas religiosas que llegaron incluso a prohibir a sus miembros la asistencia o peregrinación a este lugar santo.

 

He aquí el texto:

 

Hijtos, hijitas:

 

Como Madre de Dios y Madre vuestra os hablo. Por este gesto de amor os exhorto a cambiar verdaderamente vuestras vidas y a ser obedientes a mis mensajes.

Debéis serenar vuestros espíritus en la paz del Señor.

 

Mi Hijo Jesús me ha enviado a este lugar sagrado de oración y recogimiento, como Madre de Mis Almas Consagradas; lugar donde mis apariciones son fuente de gracias para aquel que esté sediento de amor cristiano.

 

Sí, hijitas, debéis dar testimonio de mi presencia en este lugar donde he dejado entre vosotras una huella imborrable de amor.

 

Hijitos, hijitas: habéis tomado mis mensajes como algo que no necesitáis y así lo desecháis; habéis antepuesto el pensamiento humano en los planes que

sólo Dios conoce y que vosotros debéis cumplir sin disponer de ellos, pues no os corresponde.

 

No humilléis con vuestra soberbia a quienes por escogencia divina han obedecido para dar cumpli­miento a los planes de Dios Uno y Trino en mi bosquecito.

 

Hijitos hijitas: la verdadera humildad sólo se adquiere con sacrificio. Elevad vuestros corazones a Dios e id en busca de la misericordia del Dios único y verdadero.

 

Hijitos, hijitas: por no haber sido obedientes a mis mensajes permaneceré en silencio en este mi bosquecito hasta que mis mensajes sean hechos vida en vosotros, en todas mis almas consagradas. Según los frutos, os volveré a hablar de nuevo. Es mi Hijo Jesús quien lo ha dispuesto así. Pedidle que os conceda fidelidad y alegría en su servicio.

 

En estos tiempos difíciles que se acercan a vosotros: orad, orad. orad, orad.

Hijitas, no busquéis entre mis escogidas expli­cación alguna. Buscad en vuestros corazones buscad en vuestro interior y aferraos a la oración del santo rosario, aferraos a la verdadera vida de unión cristiana.

 

Os guardo en Mi Corazón.

 

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