Propuestas
para la Constituyente Universitaria.
Carlos
Lánz Rodríguez. Venezuela-Julio 1999.
La
transformación universitaria en un proceso constituyente, puede materializarse
en finalidades y objetivos que globalizan nuestra visión del problema, tomando en cuenta las funciones
esenciales (investigación, docencia y extensión) de estas casas de estudio.
Las transformaciones planteadas en estos ámbitos tendrán diversas concreciones
jurídicas en la nueva constitución (tomando en consideración la visión de país
y de sociedad que queremos construir, la promoción del desarrollo científico-técnico,
el derecho constitucional al estudio, etc). Veamos el alcance de nuestras
propuestas renovadoras.
En
la Investigación: Construir un modo de producción de conocimiento más democrático,
participativo e implicante, lo que requiere del desarrollo de variadas opciones
epistemológicas y no el monoismo metodológico. Se deben unificar los criterios
de investigación (básica y aplicada) con líneas, temas o áreas que permitan
innovar y crear conocimientos y tecnologías propias, del mismo modo adaptar y
transferir las tecnologías accesibles. En este ultimo aspecto debe existir una
articulación entre el desarrollo científico – técnico y un modelo de
desarrollo independiente e integral. Las actividades de investigación deben
tener una mayor carga crediticia (optativas, talleres, trabajo extarmuro)
igualmente asignándole un mayor apoyo financiero y logístico, reconocimiento y
fomento del trabajo investigativo entre los profesores.
En
la Docencia: promover el hecho educativo como un acto democrático y como
interacción constructiva entre docente y alumno.
Esto
implica emplear métodos y estrategias didácticas no estandarizadas, técnicas
y recursos instruccionales flexibles y contextuales.
Del
mismo modo implica superar el rol protagónico de la pedagogía dirigista y
autoritaria. La evaluación debe ser continua e integral, eliminando los exámenes
y las pruebas finales.
En
la Extensión: Superar las concepciones eventistas y simplemente difusoras de
las actividades de extensión y de igual manera no solo hacerlo con convenios,
pasantias y contratos buscando ingresos propios. Para ello debe construirse
puentes y relaciones entre universidad-comunidad.
Impulso
a iniciativas investigativas, debates y elaboración de propuestas colectivas en
áreas de interés social (tal como salud, educación, vivienda, transporte
entre otras), con sindicatos, asociaciones civiles, cooperativas, grupos
culturales. Socialización de la investigación y su concreción tecnológica en
sectores estratégicos para la nación (petróleo, metalurgia, industria
manufacturera), apoyo a la pequeña y mediana industria, desarrollo agrícola y
pecuario.
Desarrollo
de actividades culturales, reconociendo el dialogo de saberes y el acervo
comunitario: tradición oral, historia local y regional, construcción estética
artesanal, literatura, danza, música, teatro.
Promover
actividades deportivas no enajenadas, superando el enfoque que coloca el deporte
como mecanismo de control social (pan y circo, diversionismo ideológico,
competencia). Construcción de equipos deportivos, excursionistas, montañistas.
Defensa
del ambiente y entorno ecológico, reconocimiento del patrimonio arquitectónico
y natural de la comunidad.
Prácticas
de pasantias, bolsas de trabajo, proyectos de auto desarrollo, dirigidos a
prestar un servicio a la comunidad en la perspectiva autogestionaria y de
participación, autoconstrucción de viviendas, redes de abastecimiento, centros
de salud e higiene.
El
otro aspecto concreto donde el proceso constituyente en la universidad tiene
plena vigencia es el referido a la DEMOCRATIZACIÓN DE LA VIDA INTERNA. La
actual Ley de Universidades posee un conjunto de limitaciones, ya que consagra
una concepción y una estructura organizativa no democrática, pues las
autoridades universitarias son elegidas en elecciones de segundo grado y no
todos los miembros de la comunidad universitaria pueden elegir. Todo esto,
aunado al proceso de burocratización de los gremios, hace que en la vida
universitaria están presentes una serie de vicios clientelares que vacían de
contenido participativo a las elaboraciones de políticas y la toma de
decisiones.
En
consecuencia, LA CONSTITUYENTE UNIVERSITARIA debe regirse por las mismas
premisas de la democracia directa y el protagonismo de base como una parte de
una NUEVA CULTURA POLÍTICA (elección directa, rendición de cuentas,
revocatoria del mandato) tanto en las estructuras gremiales (APU, AEA,FCU) como
en el co-gobierno.
Todo
lo anterior hace inexcusable modificar el ordenamiento jurídico universitario,
recogiendo en un nuevo texto legal producto del poder constituyente, los cambios
y transformaciones planteadas.