Febrero:




1967. FEBRERO 1



Se realiz� la primera etapa. La gente lleg� algo cansada, pero en general, se cumpli� bien. Antonio y el �ato subieron a convenir la contrase�a y arriaron con mi mochila y la de Moro que est� convaleciente de la pal�dica.
Se estableci� un sistema de alarma dentro de una botella, bajo una mata cercana al camino.
En la retaguardia, Joaqu�n se resisti� del peso y se retras� todo el grupo.



FEBRERO 2



D�a trabajoso y lento. El M�dico retrasa un poco la marcha pero el ritmo general es lento. A las 4 llegamos al �ltimo lugar con agua y acampamos. La vanguardia recibi� la orden de llegar al r�o (presumiblemente el Fr�as) pero tampoco llevaba un ritmo bueno.
Llovi� por la noche.



FEBRERO 3



El d�a amaneci� lluvioso, por lo que retardamos la salida hasta las 8. Cuando comenz�bamos a caminar, lleg� Aniceto con la soga para ayudarnos en los pasos dif�ciles, y poco despu�s se reiniciaba la lluvia. Llegamos al arroyo a las 10, empapados, y se resolvi� no seguir en el d�a de hoy. El arroyo no puede ser el r�o Fr�as; simplemente, no est� en el mapa.
Ma�ana, la vanguardia saldr� con Pacho en la punta y nos comunicaremos cada hora.



FEBRERO 4



Caminamos desde la ma�ana hasta las 4 de la tarde, con parada de 2 horas para tomar una sopa a mediod�a. El camino fue siguiendo el �ancahuazu; relativamente bueno pero fatal para los zapatos pues ya hay varios compa�eros casi descalzos.
La tropa est� fatigada pero todos han respondido bastante bien. Yo estoy liberado de casi 15 libras y puedo caminar con soltura aunque el dolor en los hombros se hace a ratos insoportable.
No se han encontrado se�ales recientes del paso de gente por el r�o pero debemos toparnos con zonas habitadas de un momento a otro, seg�n el mapa.



FEBRERO 5



Inesperadamente, luego de caminar 5 horas por la ma�ana (12-14 kms.) nos avisaron de la vanguardia que hab�an encontrado animales (result� una yegua y su potrillo). Nos detuvimos ordenando una exploraci�n para evitar el presunto lugar poblado. La discusi�n era si est�bamos en el Iripiti o en la confluencia con el Saladillo, marcada en el mapa. Pacho volvi� con la noticia de que hab�a un r�o grande varias veces mayor que el �ancahuazu y que no daba paso. Nos trasladamos all� y nos encontramos con el aut�ntico R�o Grande crecido adem�s. Hay se�ales de vida pero un poco viejas y los caminos que se siguieron mueren en yerbazales donde no hay se�ales de tr�nsito.
Acampamos en un lugar malo, cerca del �ancahuazu para aprovechar su agua y ma�ana haremos exploraciones de ambos lados del r�o (este y oeste) para conocer los parajes y otro grupo tratar� de cruzarlo.



FEBRERO 6



D�a de calma y reposici�n de fuerzas. Joaqu�n sale con Walter y el M�dico a explorar el R�o Grande siguiendo su cauce; caminan 8 kil�metros sin encontrar vado y s�lo un arroyo con agua salada. Marcos camina poco contra la corriente y no llega al Fr�as; lo acompa�an Aniceto y el Loro. Alejandro, Inti y Pacho tratan de atravesar el r�o a nado sin conseguirlo. Nosotros nos trasladamos cerca de un kil�metro hacia atr�s buscando mejor ubicaci�n. Pombo est� algo enfermo.
Ma�ana comenzaremos la balsa para intentar atravesarlo.



FEBRERO 7



Se hizo la balsa bajo la direcci�n de Marcos; qued� muy grande y poco maniobrable. A la 1.30 comenzamos a trasladarnos hacia el lugar del cruce y a las 2.30 comenz� el mismo. En dos viajes cruz� la vanguardia y en el tercero la mitad de la gente del centro y mi ropa, pero no mi mochila; cuando lo cruzaban de nuevo para trasladar el resto del centro, el Rubio calcul� mal y el r�o se la llev� muy abajo, no pudiendo recuperarla. Se deshizo y Joaqu�n comenz� otra que estuvo lista a las 9 de la noche, pero no fue necesario cruzar de noche porque no llovi� y el r�o sigui� bajando. Del centro quedamos Tuma, Urbano, Inti, Alejandro y yo. Tuma y yo dormimos en el suelo.



FEBRERO 10



Convertido en ayudante de Inti fui a hablar con los campesinos. Creo que la comedia no fue muy efectiva debido a la cortedad de aqu�l.
El campesino est� dentro del tipo; incapaz de ayudarnos, pero incapaz de prever los peligros que acarrea y por ello potencialmente peligroso. Dio una serie de indicaciones sobre los campesinos pero no se pudo precisar por cierta inseguridad.
El M�dico cur� los hijos, engusanados y otro pateado por una yegua y nos despedimos.
La tarde y la noche la invertimos en preparar huminta1 (no est� buena). Por la noche hice algunas observaciones a todos los compa�eros reunidos, sobre los 10 d�as siguientes. En principio, pienso caminar 10 d�as m�s rumbo a Masicuri y hacer que todos los compa�eros vean f�sicamente los soldados, luego trataremos de llegar por el Fr�as para dejar otro camino explorado.
(El campesino se llama Rojas.)
1 Huminta: panecillo horneado preparado con harina de ma�z tierno. (N. del E.)



Cumplea�os del viejo; 67 FEBRERO 11



Seguimos una senda claramente marcada por la orilla del r�o, hasta que se hizo poco transitable y a ratos se perd�a, con la caracter�stica de que por all� no hab�a pasado nadie en mucho tiempo.
Al mediod�a llegamos a un punto en que se cerraba totalmente junto a un r�o grande, que, de pronto, nos hizo surgir la duda sobre si ser�a o no el Masicuri. Hicimos alto en un arroyo, mientras Marcos y Miguel iban de exploraci�n r�o arriba, el Inti, con Carlos y Pedro lo hac�an r�o abajo, tratando de localizar la desembocadura. As� fue y se confirm� que �ste es el Masicuri, cuyo primer vado parece estar m�s abajo y donde vieron de lejos a varios campesinos que cargaban unos caballos. Probablemente hayan visto nuestras huellas, de ahora en adelante hay que extremar las precauciones. Estamos una o dos leguas de Arenales, seg�n los informes del campesino.
h-760.



FEBRERO 12



Los dos kil�metros hechos ayer por la vanguardia se caminaron r�pidamente. A partir de ese momento las picadas se hicieron muy lentamente.
A las 4 de la tarde ca�mos en un camino real que luc�a ser el buscado. En frente, del otro lado del r�o, nos quedaba una casa que decidimos desechar y buscarnos otra de este lado que deb�a ser la de Monta�o, un recomendado de Rojas. Inti y el Loro fueron hasta all� pero no encontraron a nadie, aunque las caracter�sticas indicaban que �sa era.
A las 7.30 salimos en una marcha nocturna que sirvi� para demostrar lo mucho que queda por aprender. A las 10, aproximadamente, Inti y el Loro volvieron a ir a la casa trayendo noticias no muy buenas: el hombre estaba borracho y muy poco acogedor; no tiene m�s que ma�z. Se hab�a emborrachado en la casa de Caballero, del otro lado del r�o, cuyo vado pasa por all�. Decidimos quedarnos a dormir en un bosquecito cercano. Ten�a un cansancio atroz, pues las humintas me hab�an ca�do mal y llevaba un d�a sin comer.



FEBRERO 13



En la madrugada se desat� una lluvia fuerte que dur� toda la ma�ana, creciendo el r�o. Las noticias mejoraron: Monta�o es el hijo del due�o, de unos 16 a�os. El padre no estaba y tardar�a una semana en volver. Dio bastante informaci�n precisa hasta los bajos, para el que falta una legua. Un pedazo de camino va por la margen izquierda, pero es peque�o. En esta banda s�lo vive un hermano de P�rez, un campesino medio cuya hija es novia de un miembro del ej�rcito.
Nos trasladamos hasta un nuevo campamento, al lado del arroyo y de un maizal �Marcos y Miguel hicieron una trocha hasta el camino real.
h-650 (tiempo tormentoso).



FEBRERO 14



D�a de tranquilidad, pasado en el mismo campamento. El muchacho de la casa vino 3 veces, una de ellas a avisar que alguna gente hab�a cruzado del otro lado del r�o a buscar unos puercos, pero no pas� de all�. Se le pag� m�s por el destrozo hecho al maizal.
Todo el d�a se lo pasaron los macheteros chapeando, sin encontrar casa; calculan haber preparado unos 6 kil�metros que ser� la mitad de la tarea de ma�ana.
Se descifra un largo mensaje de La Habana cuyo n�cleo es la noticia de la entrevista con Kolle. �ste dijo all� que no se le hab�a informado de la magnitud continental de la tarea, que en ese caso estar�an dispuestos a colaborar en un plano cuyas caracter�sticas pidieron discutir conmigo; vendr�an el mismo Kolle, Sim�n Rodr�guez y Ram�rez. Se me informa adem�s que Sim�n ha manifestado su decisi�n de ayudarnos independientemente de lo que resuelva el partido.
Informan adem�s, que el franc�s viajando con su pasaporte llega el 23 a La Paz y se alojar� en casa de Pareja o Rhea. Falta un pedazo indescifrable hasta ahora. Veremos c�mo afrontamos esta nueva ofensiva conciliadora. Otras noticias:
Merci apareci� sin plata, alegando robo, se sospecha malversaci�n aunque no se descarta algo m�s grave. Lech�n va a pedir dinero y entrenamiento.



Cumplea�os de Hildita (11) FEBRERO 15



D�a de marcha tranquila. A las 10 de la ma�ana hab�amos alcanzado el punto a donde llegaron los picadores. Luego todo fue marchando lentamente. A las 5 de la tarde informaron haber encontrado un sembrado y a las 6 se confirmaba. Mandamos a Inti, Loro y Aniceto para que hablaran con el campesino; �ste result� ser Miguel P�rez, hermano de Nicol�s, un campesino rico, pero �l es pobre y explotado por el hermano, de modo que se mostr� dispuesto a colaborar. No comimos debido a lo avanzado de la hora.



FEBRERO 16



Caminamos unos metros para ponernos a cubierto de la curiosidad del hermano y acampamos en un alto que da al r�o, 50 metros abajo. La posici�n es buena en cuanto a estar cubierto de sorpresas, pero un poco inc�moda. Comenzamos la tarea de preparar una buena cantidad de comida para la traves�a, que haremos cruzando la sierra hacia el Rosita.
Por la tarde, una lluvia violenta y pertinaz, que sigui� sin pausas toda la noche, entorpeci� nuestros planes, pero hizo crecer el r�o y nos dej� nuevamente aislados. Se le prestar� $1,000 al campesino para que compre y engorde puercos; tiene ambiciones capitalistas.



FEBRERO 17



La lluvia sigui� toda la ma�ana, 18 horas de lluvia. Todo est� mojado y el r�o muy crecido. Mand� a Marcos, con Miguel y Braulio a que busque un camino para ir al Rosita. Volvi� a la tarde luego de hacer 4 kil�metros de trocha. Inform� que se levanta un firme pelado similar a lo que llamamos la Pampa del Tigre. Inti se siente mal, producto del atrac�n.
h-720 (condiciones atmosf�ricas anormales).



Cumplea�os de Josefina (33) FEBRERO 18



Fracaso parcial. Caminamos lentamente siguiendo el ritmo de los macheteros, pero a las 2 �stos hab�an arribado al firme llano donde no se precisa machete; nosotros nos demoramos algo m�s y a las 3 llegamos a una aguada donde acampamos, esperando cruzar el firme por la ma�ana. Marcos y Tuma fueron de exploraci�n, pero volvieron con muy malas noticias; toda la loma es cortada por farallones cortados a pico, imposibles de bajar. No hay m�s remedio que retroceder.
h-980 m.



FEBRERO 19



D�a perdido. Bajamos la loma hasta encontrar el arroyo e intentamos subir por �l, pero fue imposible. Mand� a Miguel y Aniceto para que subieran por el nuevo estribo y trataran de pasar al otro lado, sin resultado. Consumimos el d�a esper�ndolos y retornaron anunciando que los farallones eran del mismo tipo: impasables. Ma�ana intentaremos subir por el �ltimo firme despu�s del arroyo que cae en direcci�n oeste (los otros lo hacen en direcci�n sur y all� se quiebra la loma).
h-760 m.



FEBRERO 20



D�a de lenta marcha, pero accidentado; Miguel y Braulio salieron por el viejo camino para llegar al arroyito del maizal; y all� perdieron el rumbo y volvieron al arroyo al anochecer. Al llegar al siguiente arroyo mand� a Rolando y Pombo a explorarlo hasta que se encontraron con el farall�n pero no volvieron hasta las 3, por lo que seguimos por el camino que Marcos iba haciendo, dejando a Pedro y el Rubio a esperarlos. Llegamos a las 4.30 al arroyo del ma�z, donde hicimos campamento.
No volvieron los exploradores.
h-720 m.



FEBRERO 21



Lenta caminata arroyo arriba. Pombo y Rolando volvieron con la noticia de que el otro arroyo daba paso, pero Marcos explor� �ste y luc�a lo mismo. A las 11 salimos, pero a las 13.30 nos encontramos con unos pozos de agua muy fr�a que no se pod�an vadear. Se mand� a Loro a explorar y tard� mucho por lo que envi� por la retaguardia a Braulio y Joaqu�n. Loro volvi� con la noticia de que el arroyo ensanchaba m�s arriba y era m�s practicable por lo que se resolvi� seguir sin esperar los resultados de Joaqu�n. A las 6 acampamos cuando aqu�l tra�a la noticia de que se pod�a subir el firme y hab�a bastante camino practicable. Inti est� mal; �aventado� por segunda vez en una semana.
h-860.



FEBRERO 22



Todo el d�a se invirti� en subir por firmes bastante dif�ciles y de mucha manigua. Tras un d�a agotador nos tom� la hora de acampar sin coronar, mand� a Joaqu�n y Pedro para que trataran de hacerlo solos y volvieron a las 7 con la noticia de que faltaban por lo menos tres horas de chaqueo. h- 1,180. Estamos en las cabezas del arroyo que desemboca en el Masicuri, pero con rumbo sur.



FEBRERO 23



D�a negro para m�; lo hice a pulm�n pues me sent�a muy agotado. Por la ma�ana salieron Marcos, Braulio y Tuma para preparar el camino, mientras nosotros esper�bamos en el campamento. All� desciframos un nuevo mensaje que anuncia el recibo del m�o al buz�n franc�s. A las 12 salimos, con un sol que rajaba piedras y poco despu�s me daba una especie de desmayo al coronar la loma m�s alta y a partir de ese momento camin� a fuerza de determinaci�n. La altura m�xima de la zona est� a 1,420 m.; de all� se domina una amplia zona incluido el R�o Grande, la desembocadura del �ancahuazu y una parte de Rosita. La topograf�a es distinta de la que marca el mapa: luego de una clara l�nea divisoria, se baja abruptamente a una especie de meseta arbolada de 8 a 10 kil�metros de ancho en cuyo extremo corre el Rosita; luego se eleva otro macizo con alturas equivalentes a la de esta cadena y a lo lejos se ve el llano.
Decidimos bajar por un lugar practicable, aunque muy pendiente, para tomar un arroyo que conduce a R�o Grande, y de all� al Rosita. Luce que no hay casas en la orilla, contra lo que marca el mapa. Acampamos a 900 m., luego de un camino infernal, sin agua y ya anocheciendo.
En la madrugada anterior o� a Marcos mandando a la mierda a un cro. y por el d�a a otro.
Hay que hablar con �l.



Cumplea�os de Ernestico (2) FEBRERO 24



D�a trabajoso y desganado. Se avanz� muy poco, sin agua, pues el arroyo que llevamos est� seco. A las 12 se cambiaron los macheteros por el agotamiento; a las 2 de la tarde llov�a un poco y se cargaban las cantimploras; poco despu�s encontramos una poceta y a las 5 acamp�bamos en un rellano, al lado del agua. Marcos y Urbano siguieron la exploraci�n y Marcos volvi� con la noticia de que el r�o estaba a un par de kil�metros pero el camino por el arroyo era muy malo, pues se convert�a en una ci�naga.
h-680 m.



FEBRERO 25



D�a negro. Se avanz� muy poco, y, para colmo Marcos equivoc� la ruta y se perdi� la ma�ana; hab�a salido con Miguel y el Loro. A las 12 comunic� esto y pidi� relevo y la comunicaci�n; fueron Braulio, Tuma y Pacho. A las 2 horas retorn� Pacho diciendo que Marcos lo hab�a enviado porque ya no se escuchaba bien. A las 4.30 envi� a Benigno para que avisara a Marcos que si a las 6 no encontraba el r�o retornara; despu�s de la salida de Benigno, Pacho me llam� para decirme que Marcos y �l hab�an tenido una discusi�n y que Marcos le hab�a dado �rdenes perentorias amenaz�ndolo con un machete y d�ndole con el cabo en la cara; al volver Pacho y decirle que no segu�a m�s, lo volvi� a amenazar con el machete, zarande�ndolo y rompi�ndole la ropa.
Ante la gravedad del hecho, llam� a Inti y Rolando, quienes confirmaron el mal clima que exist�a en la vanguardia por el car�cter de Marcos, pero tambi�n informaron de algunos desplantes de Pacho.



FEBRERO 26



Por la ma�ana tuve una explicaci�n con Marcos y Pacho, de la que sal� convencido de que existi� por parte de Marcos la injuria y el maltrato y, quiz�s, la amenaza con el machete, pero no el golpe; de parte de Pacho, contestaciones injuriosas y una tendencia a la bravuconer�a innata en �l, con algunos antecedentes aqu�. Esper� que todo el mundo estuviera reunido y habl� entonces de lo que significaba este esfuerzo por llegar al Rosita, explicando c�mo este tipo de privaciones era una introducci�n a lo que sufrir�amos y explicando que, producto de la falta de adaptaci�n se produc�an incidentes vergonzosos, como �ste protagonizado entre dos cubanos; critiqu� a Marcos por sus actitudes y aclar� a Pacho que otro incidente como �ste provocar�a su baja deshonrosa de la guerrilla. Pacho, adem�s de negarse a seguir con el comunicador, volvi� sin avisarme nada del incidente, y luego, seg�n todas las probabilidades, me minti� sobre los golpes de Marcos.
Le ped� a los bolivianos que el que se sintiera flojo no apelara a m�todos torcidos, me lo dijera a m� y lo licenci�bamos en paz.
Seguimos caminando, tratando de alcanzar el R�o Grande, para seguir por �l; lo logramos y se pudo seguir durante un poco m�s de 1 km.) pero hubo que volver a subir pues el r�o no daba paso en un farall�n. Benjam�n se hab�a quedado atr�s, por dificultades en su mochila y agotamiento f�sico; cuando lleg� a nuestro lado le di �rdenes de que siguiera y as� lo hizo; camin� unos 50 ms. y perdi� el trillo de subida, poni�ndose a buscarlo arriba de una laja; cuando le ordenaba a Urbano que le advirtiera la p�rdida, hizo un movimiento brusco y cay� al agua.
No sab�a nadar. La corriente era intensa y lo fue arrastrando mientras hizo pie; corrimos a tratar de auxiliarlo y, cuando nos quit�bamos la ropa desapareci� en un remanso. Rolando nad� hacia all� y trat� de bucear, pero la corriente lo arrastr� lejos. A los 5 minutos renunciamos a toda esperanza. Era un muchacho d�bil y absolutamente inh�bil, pero con una gran voluntad de vencer; la prueba fue m�s fuerte que �l, el f�sico no lo acompa�� y tenemos ahora nuestro bautismo de muerte a orillas del R�o Grande, de una manera absurda. Acampamos sin llegar al Rosita a las 5 de la tarde. Nos comimos la �ltima raci�n de frijoles.



FEBRERO 27



Tras otro d�a fatigoso, marchando por la ribera y subiendo farallas, llegamos al r�o Rosita. �ste es m�s grande que el �ancahuazu y menor que el Masicuri y tiene las aguas rojizas.
Nos comimos la �ltima raci�n de reserva y no se encontraron se�ales de vida pr�xima, a pesar de lo cerca que estamos de lugares poblados y carreteras.
h-600.



FEBRERO 28



D�a de semidescanso. Despu�s del desayuno (t�) di una corta charla, analizando la muerte de Benjam�n y contando algunas an�cdotas de la Sierra Maestra. A continuaci�n salieron las exploraciones, Miguel, Inti y el Loro Rosita arriba, con la instrucci�n de caminar 3<^>1/2 horas, lo que yo cre�a fuera necesario para alcanzar el r�o Abaposito, pero no fue as� por la falta de senda; no encontraron se�ales de vida reciente. Joaqu�n y Pedro subieron a los montes de enfrente, pero no vieron nada ni encontraron senda alguna o restos de ella. Alejandro y Rubio cruzaron el r�o pero no encontraron senda, aunque la exploraci�n fue superficial. Marcos dirigi� la construcci�n de la balsa y se inici� el cruce apenas terminada, en un recodo del r�o donde desemboca el Rosita. Pasaron las mochilas de 5 hombres, pero pas� la de Miguel y qued� la de Benigno, mientras que suced�a al rev�s con ellos, y para colmo, Benigno dej� los zapatos.
La balsa no pudo ser recuperada y la segunda no estaba terminada, de modo que suspendimos el cruce hasta ma�ana.



An�lisis del mes



Aunque no tengo noticias de lo ocurrido en el campamento, todo marcha aproximadamente bien, con las debidas excepciones, fatales en estos casos.
En lo externo, no hay noticias de los dos hombres que deb�an mandarme para completar el conjunto; el franc�s ya debe estar en la Paz y cualquier d�a en el campamento; no tengo noticias de los argentinos ni del Chino; los mensajes se reciben bien en ambas direcciones; la actitud del partido sigue siendo vacilante y doble, lo menos que se puede decir de ella, aunque queda una aclaraci�n, que puede ser definitiva, cuando hable con la nueva delegaci�n.
La marcha se cumpli� bastante bien, pero fue empa�ada por el accidente que cost� la vida a Benjam�n; la gente est� d�bil todav�a y no todos los bolivianos resistir�n. Los �ltimos d�as de hambre han mostrado una debilitaci�n del entusiasmo, ca�da que se hace m�s patente al quedar divididos.
De los cubanos, dos de los de poca experiencia, Pacho y el Rubio no han respondido todav�a, Alejandro lo ha hecho a plenitud; de los viejos, Marcos da continuos dolores de cabeza y Ricardo no est� cumpliendo cabalmente. Los dem�s bien. La pr�xima etapa ser� de combate y decisiva.

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