DEFUNCIÓN DE UN PETIRROJO

 

            Día 14/12/03, 07´00 AM, en el santoral “San Juan de la Cruz, abro la puerta, el petirrojo yace en el suelo sobre el costado derecho, tieso, frío, no había nada que hacer. Su pequeño corazón había dejado de latir y su canto enmudecido para siempre. El otro pájaro, SADAN, tan buscado, recluido voluntariamente en un agujero lúgubre y con aspecto penoso era cazado en este día. “We got him” (Lo cogimos). Así lo adelantaba la COPE.

 

U

n día de la semana del calendario de diciembre y del año en curso, un petirrojo cruza el camino de la libertad, o el camino de la esclavitud, el camino de la subestación del “AVE”, de la depuradora de La Gavia, de las Barranquillas. El camino de los escombros, del barro, de los baches y del polvo. El camino de las trampas con vehículos volcados, abandonados o desvalijados en la orilla. El camino que nadie sabe donde esta. El petirrojo en su vuelo no calculó bien la distancia, la altura o el momento.

            ËL estaba en el campo, en su ambiente, comía semillas de cardo, picoteaba la hierba, la arena, bebía agua del manzanares, jugaba, cantaba y era libre. Dormía al abrigo de los arbustos y su plumaje le bastaba para protegerse del frío de la noche. No necesitaba más calor que el de su especie pues el calor humano a veces mata.

            No era consciente que por esta vía de tierra, paralela al AVE, también transitan vehículos que no ven y no tienen sentimientos. Solamente andan o se paran. El ave, como consecuencia del destino, se estampa contra el parabrisas de un vehículo. Inconsciente yace en el suelo cerca de un charco. ¡Que pena ....., pobrecillo.........¡ Un humano, no el que suscribe, lo intenta reanimar: lo recoge del suelo, le pasa la mano por el lomo y lo lleva a una habitación con aire acondicionado, temperatura ideal, 20º, solo le faltó hacerle la respiración artificial.

            Ese día 11, jueves, se libró de la muerte y ya por la noche, recuperado, revoloteaba por la habitación. Le coloco un poco de agua y unas migas de pan.

            Al día siguiente libro, él seguía allí calientito posado encima del aire acondicionado, pero encerrado. Sin duda echaría en falta la libertad, el campo, las semillas de cardo, el frío de la noche y el calor de sus amigos y sus compañeros o padres o hermanos.

            El sábado 13 le pongo agua, no tengo migas de pan, en un post-it anoto: - “Traer alpiste” . No revoloteaba commo el primer día pues a penas bajaba de allí arriba y no se le veía.

            El día “D” de su muerte, domingo, 07´00 AM, traigo alpiste, voy a ponérselo pero ya era tarde. El hambre, la soledad, la cárcel con calefacción, la falta de libertad, la pena de la ausencia de los suyos, les mato.

            La mala suerte le privo de poder celebrar la Noche Buena y comer el turrón con los suyos. Probablemente hace un año brindaron y quedaron para ello, pero días antes de la Noche Buena un vehículo se cruzó en su camino.

            Descanse en paz el petirrojo.

            Me llevo el alpiste.

 

Meses mas tarde llegaría el “11-M”, pájaros de traje negro y conciencia oscura siegan 192 vidas con mochilas bomba en Atocha. Hoy octubre de 2004, después de 3 años del “11.S”, el petirrojo esta en el cielo, ¿dónde si no?, SADAN entre rejas y su pueblo en el infierno.

            La mejor “alianza de civilizaciones” es poder comer el turrón en paz

                                   

 

                                                                                                                        Plácido

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