De Gonzalo Zaldumbide:
Usted nos lo presenta tan viviente que parece estar hablándonos
y llega a familiarizarse con nosotros; parece que todos lo
hubiéramos tratado a diario, como usted. Pone en sus biografías
usted un entusiasmo y otros sentimientos tan comunicativos, que nos
hacen convivir con usted la odisea que usted conduce con mano
experta en reproducir, hasta en sus meandros, periplos complicados.
De Isaac J. Barrera: Ha tardado en llegar a nuestras
manos el último libro de Alfonso Rumazo González, el escritor
ecuatoriano, quien, desde hace algunos años, ha dedicado sus
actividades literarias a estudiar temas de la epopeya bolivariana,
señalando de tan óptima manera su estadía en la Capital de
Venezuela. La biografía escrita por Rumazo es la prueba de cómo, la
vida de los hombres, cómo los acontecimientos de la historia, tienen
aspectos y guardan secretos que sólo se entregan a la investigación
paciente y al criterio personal de los biógrafos e historiadores que
analizan los hechos desde un punto de vista propio y, por lo mismo,
original. El libro de Rumazo ilustra magníficamente, lo observado.
Nuestro compatriota Rumazo, no descansa después de los
triunfos que obtiene con sus libros. Se ocupa en la actualidad en
escribir la vida de Sucre.
De Antonio Reyes: Daniel
Florencio O'Leary ha encontrado recientemente un intérprete
afortunado. Alfonso Rumazo González - escritor de firme
responsabilidad intelectual - ha revivido, en una admirable
biografía, al biógrafo de la más alta personalidad americana. Es
decir, al memorialista del Libertador y de una época convulsionada
por el sublime anhelo de ser libre.
En cierta forma, el
escritor Rumazo González ha intentado - y lo ha logrado con creces -
el llevar a la pública consideración la justa exaltación de un
curioso tipo de héroe de la fidelidad, la acción y el deber. Y lo ha
hecho por medio de un armonioso retrato iluminado donde se conjugan
los más puros elementos de la ponderación, la fe y la convicción
democrática. En el O'Leary de Rumazo González se encuentran grabados
con mano maestra desdibujados aspectos de una silueta de singular
envergadura moral. Los atisbos sutiles y penetrantes quedan
advertidos, precisados y si se quiere disecados con la prestancia de
una prosa excelente: la magia del estilo. Ese estilo, claro y
personal, capaz de alumbrar - como lo hizo en ocasión anterior - la
intimidad un tanto heroica y un tanto galante de la 'Manuelita
Sáenz' de los gloriosos designios. La misma forma expresiva,
utilizada por Rumazo González para confeccionar una interpretación
nueva y novedosa de la civilista y marcial figura del Libertador.
De esta forma, el alto rango de historiador que bulle en la
emocional manera de apreciar ambientes, personajes, épocas y
costumbres, se ratifica íntegramente en la última biografía del
escritor ecuatoriano.
En su O'Leary no existen veleidades de
conceptos ni evasiones habilidosas a los dictados inmutables de la
lógica. Bien sabe Rumazo González el viejo postulado de los 'sufíes'
árabes. Aquel que dice: 'A lo magistral se llega - cuando se llega -
por la angosta puerta del aprendizaje'. Y como se da el caso de que
el escritor ecuatoriano es ducho en estudios de filosofía superior -
conocimiento proveniente de la alta cultura que posee -, al retrato
animado del protagonista biografiado le aplicó igualmente la fina
sensibilidad del artista integral. Y entonces, conjugados
debidamente ciencia y sensibilidad, el marco del O'Leary se orla con
el nimbo de quien sabe trazar rasgos humanos y hacer ameno lo que en
mentes menos privilegiadas hubiera resultado árido o tedioso.
De Antonio Aparicio: Este libro que ahora aparece -
'O'Leary, Edecán del Libertador', por Alfonso Rumazo González -
recoge en sus páginas la vida y la sombra de aquella vida descritas
con amplio conocimiento, con clara comprensión, con palabra precisa.
Un libro que está haciendo falta en muchos sitios. Entre otros, en
la National Library y en la Royal Irish Academy de Dublin.
De Julio Ramos: Alfonso Rumazo González, escritor
venezolano - que como compatriota lo reconocemos, porque en nuestro
concepto nacer en el Ecuador, como él, o en Bolivia, es exactamente
igual que haber visto la primera luz en el territorio nacional,
aunque en la letra de la legislación convencional no sea así -,
acaba de publicar, como culminación de una trilogía historiográfica
de la cual ya los lectores latinoamericanos conocen los volúmenes
consagrados a Manuelita Sáenz y a Bolívar, su biografía de Daniel
Florencio O'Leary, obra que por sí sola bastaría para franquearle a
su autor todas las puertas de las Academias de la Historia de
nuestra América.
Rumazo González nos relata admirablemente,
en estilo denso, diáfano y preciso, con gran acervo documental,
exultándola mediante juicios de profundo sentido psicológico, la
vida ejemplar de aquel ilustre irlandés que habiendo arribado a
Angostura cuando era apenas un mancebo acuciado por su sincero amor
a la libertad, muy presto se connaturalizó con el crudo ambiente de
la América batalladora, convirtiéndose en héroe, en diplomático, en
político, en escritor sagaz y, sobre todo, en fiel intérprete y en
leal amigo de Bolívar, a quien defendió hasta aún desaparecido el
Superhombre.
De suyo notable esta obra de Rumazo González,
quien hizo bien en dedicarla a sus discípulos de la Universidad
Central, porque 'O'Leary, Edecán del Libertador', es, en síntesis,
un panegírico de una de las virtudes más escasas en el guerrero y en
el político: la de la lealtad.
De Gloria Stolk: Es
justo, si bien lo pensamos, que el biógrafo del Libertador haya
encontrado también el suyo; y que éste sea un escritor tan ágil y
tan ameno como Rumazo, quien tiene la virtud, excelsa en la época
vertiginosa que vivimos, de contar hechos históricos de suma
trascendencia, con acopio de datos sabios y de detalles verídicos
sin por ello hacerse prolijo. La brevedad que es poder de síntesis y
define mejor que nada el verdadero calibre de un escritor, es don
que a Rumazo le ha sido largamente concedido por esa musa tutelar de
los historiadores que en épocas más dadas a lo mitológico llamaban
Clío. Sus libros de historia, plenos de exactitud, revelan un
conocimiento profundo de la materia, búsquedas exhaustivas, archivos
vueltos de revés en la paciente búsqueda de un dato, mas esta
revelación se hace al trasluz, como está la filigrana en un papel
muy fino, para que la busque y la encuentre el que se interesa por
tales cosas En la superficie tersa y pulida, nada de pedantes citas
ni de cansones apéndices: el lector lee como si fuera una novela la
historia que al autor le ha costado años desentrañar. El resultado
es espléndido para ambos: el lector se entera sin fatiga de una
serie de cosas interesantes mientras que el autor realiza un
imposible: escribir un libro de historia seria, de historia
fidedigna, que se deje leer como un romance.
De Ramón
González Paredes: El escritor ecuatoriano Alfonso Rumazo
González, ha tenido el acierto de escribir un conjunto de biografías
en ciclo, como acostumbran hacer los novelistas europeos a partir
del siglo XIX, obras que tienen un sentido bien determinado como ya
lo principiase a concebir Emilio Zola con sus Rougon Maquart, lo
llevase a cabo Balzac con su Comedia Humana, Proust con sus novelas
A la recherche du temps perdu y hoy en día, entre otros, Jules
Romains, Jean Paul Sartre y Martin du Gard.
Así, por
ejemplo, Alfonso Rumazo González, aunque en una ordenación distinta,
escribió la biografía del Libertador, la de su amante, doña Manuela
Sáenz y ahora la del edecán de Bolívar, Daniel Florencio O'Leary.
Solamente le falta realizar la biografía del amigo, del hombre que
estaba más cerca del corazón de Bolívar, o sea Antonio José de
Sucre, para que complete el ciclo íntimo bolivariano.
Con su
hermoso estilo, con su gracia narrativa, puesta de manifiesto en
'Manuela Sáenz, la Libertadora del Libertador' y en 'Bolívar',
realiza una biografía del edecán irlandés, sembrada de pensamientos,
con un estupendo enfoque de la circunstancia histórica.
La
biografía de Rumazo González es un nuevo acierto de este escritor
ecuatoriano, que desempeña una labor cultural tan valiosa en nuestro
medio, y una rica colaboración al estudio de las grandes figuras de
la Historia americana.
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