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EL PAIS VASCO E IRLANDA: DOS
NACIONALISMOS EN EUROPA OCCIDENTAL.
1. INTRODUCCIÓN.
El propósito de este trabajo es comparar dos formas
de nacionalismo que me son particularmente cercanas: el nacionalismo vasco
y el irlandés.
Como vasco nacido y educado en Euskadi en un período
de tiempo de relativa hegemonía nacionalista en lo político y lo cultural,
la experiencia de cuatro años de residencia en la República de Irlanda ha
supuesto una continua comparación de ambos fenómenos. En especial, de los
mecanismos por los que se legitiman, medios que utilizan y valores que
comparten.
Se trata de dos nacionalismos que coinciden en muchos
elementos, pero que a su vez difieren en otros muchos aspectos. Esto es
consecuencia de la particular historia de cada territorio y de cada uno de
los movimientos políticos. Intentaremos ver cuales son los puntos comunes
y aquellos en los que divergen
Para acotar el campo del objeto de análisis sigo a
Gellner en su definición de nacionalismo como “principio político según el
cual la semejanza cultural es el vínculo social básico”.
Si como dice Vallés, cuando el sentimiento de nación
precede al estado, el objetivo del nacionalismo debe ser “que cada nación
construya su propio estado”,
estamos hablando de un movimiento que no ha triunfado (nacionalismo vasco)
y de otro que sí ha sido exitoso, aunque con un problema pendiente
(nacionalismo irlandés e Irlanda del Norte).
Los fracasos de un nacionalismo tienen que ver con
los elementos constitutivos del Estado de la teoría clásica. El mayor
fracaso es no alcanzar la soberanía. Después no conseguir todo el
territorio que se reclama. Por último, no conseguir a todos los miembros
de la nación o tener que tolerar dentro de las propias fronteras a otros,
especialmente con poder. Irlanda y Euskadi están en situaciones
diferentes.
En lo que ambos han tenido éxito ha sido en conseguir
el apoyo de amplios grupos de interés. Como consecuencia de esta extensión
en su base social, los dos movimientos se encuentran divididos en
diferentes partidos, sindicatos, líneas de pensamiento, niveles de
radicalidad. Estas diferencias no van a aparecer siempre reflejadas en
estas líneas que muchas veces harán un planteamiento típico, en pos de la
claridad.
Ambos fenómenos son de una extensión tal que, en
ocasiones compararlos implica comparar las dos sociedades. Los criterios
que he utilizado para la comparación han sido de tipo subjetivo en cuanto
a la legitimación por el lado ideológico y la relación de las dos
sociedades e ideologías respecto a los elementos constitutivos del estado.
La comparación resulta especialmente valiosa porque
se trata de dos casos que se dan en la misma área geográfica (Europa
occidental), porque han supuesto un problema político de calado para dos
países que han sido potencias europeas y porque en ambos procesos se ha
dado la aparición del terrorismo como instrumento político, caso este
relativamente infrecuente en el mundo desarrollado.
Quisiera que esta reflexión trascendiera aspectos
teóricos, en el sentido de que muchas veces en el País Vasco se propone
como modelo de solución de los problemas al proceso que desembocó en el
acuerdo de Viernes Santo de 1998. En el pasado reciente, el Acuerdo de
Estella (o Lizarra) se fraguó en una estructura llamada Foro de Irlanda.
Ser consciente de las similaridades y diferencias ayudaría a mejor
comprender la validez de los análisis políticos.
2. ACTORES
2.1 Irlanda del Norte. Partidos políticos.
Los principales partidos políticos de la República de
Irlanda son el Fianna Fail y el Fine Gael, después de estos están el Sinn
Fein, el Labour Party. Todos ellos dicen recoger el legado del
nacionalismo irlandés, aunque dada la estructura social de la República de
Irlanda, bastante homogénea en lo cultural y especialmente en lo
religioso, este nacionalismo tiene en general pocas consecuencias
prácticas.
En Irlanda del Norte tenemos en el sector protestante
al Ulster Unionist Party, de David Trimble, y que es la cara moderada del
protestantismo político y al Democratic Unionist Party del Reverendo
Paisley, una versión más radical
Representan al sector católico de la población los
partidos nacionalistas irlandeses o republicanos: el SDLP (Social and
Democratic Labour Party) de David Hume, partido moderado y el Sinn Fein
(en gaélico, “nosotros solos”) de Gerry Adams, considerado el brazo
político del IRA. Es la misma estructura en la República, aunque allí es
menos importante.
A Irlanda del Norte la representan 17 escaños, de un
total de 650 en el Parlamento de Westminster. Los partidos británicos
mayoritarios en esta Cámara de los Comunes (laborista, conservador y
liberal) no se presentan a las elecciones en Irlanda del Norte. Esa es una
característica del sistema de partidos que lo diferencia del caso vasco.
2.3 Irlanda del Norte. El terrorismo.
Diversos grupos que han utilizado la violencia y el
terror como medio de reivindicación, en ambas comunidades. Se calcula en
3.600 el coste en vidas desde el inicio de esta fase del conflicto (“The
Troubles” ) en 1968.
De la comunidad católica surgieron el Ejercito
Republicano Irlandés provisional (IRA, provos) y el INLA.
Por el lado protestante existen diferentes
organizaciones paramilitares (UUF, UVF) cuyo objetivo principal han sido
civiles católicos.
2.2 País Vasco. Partidos políticos
El partido nacionalista tradicional, fundado por
Sabino Arana, es el Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV), desde 1895. Ha
sufrido diversas escisiones, de las cuales sólo sobrevive como partido
influyente Eusko Alkartasuna (EA, desde 1986). En principio, el PNV es un
partido de tradición democristiana y EA aparece como una versión
socialdemócrata del nacionalismo, aunque hoy en día están unidos en sus
reivindicaciones nacionales y se presentan a las elecciones en una misma
candidatura. Estos dos partidos han sido considerados el nacionalismo
moderado.
En el nacionalismo radical (izquierda abertzale es el
nombre que se dan a sí mismos) Batasuna (antes HB, luego EH desde 1978)
ilegalizada en 2003 por formar parte de la estructura de ETA.
En el País Vasco, los partidos que no son
nacionalistas vascos son los mismos por los que también pueden optar los
demás ciudadanos españoles: El PSOE, el PP e IU. Una excepción es Unidad
Alavesa, que sólo participa en el territorio de Álava, aunque ocupa el
mismo espacio ideológico que el PP, con el que se ha presentado en listas
conjuntas a los últimos procesos electorales.
En las elecciones al Parlamento de la CAV de 2001 el
porcentaje de voto se distribuyo como sigue (PNV+EA 42’19%, PP+UA 22’83%,
PSOE 17’68%, Batasuna 10’00%, IU 5’51%). En elecciones al Parlamento
español, el bloque de partidos no nacionalistas (PP, PSOE, UA e IU) suele
ser mayoritario lo cual sugiere la idea de una sociedad no tan cerrada en
cuanto al sentimiento de pertenencia como la irlandesa, al haber un
porcentaje de electores que cambian su preferencia en función del tipo de
elección, lo suficientemente importante como para hacer cambiar el
resultado.
2.4 País Vasco. El terrorismo.
El único grupo terrorista existente es la
organización Euskadi ta Askatasuna (ETA), que desde 1968 ha matado a más
de 800 personas.
Durante la transición española a la democracia y
hasta 1987, operaron diferentes grupos paramilitares que pretendían acabar
con ETA utilizando sus mismas armas (BVE, GAL). Los aparatos de seguridad
del Estado Español estuvieron implicados en su creación y desarrollo.
Una diferencia fundamental con Irlanda del Norte es que no fueron producto
de la autoorganización de la comunidad.
3. EL NACIONALISMO COMO LENGUAJE: TERMINOLOGÍA.
He intentado que la propia ideología permaneciera al
margen y esto no siempre es sencillo. Los conflictos políticos son en gran
medida conflictos de lenguaje y en muchas ocasiones, simplemente tratar de
describir supone una toma de partido. Esto puede ser especialmente cuando
nos referimos al nacionalismo, por el especial modo en el que la política
se interrelaciona con la cultura, siendo el lenguaje una manifestación de
esta última. Más que precisar cuales son mis decisiones en cuanto a qué
términos utilizar desde una cierta neutralidad científica, quisiera que
este punto tuviera un cierto valor didáctico.
Cuando utilizo País Vasco o Euskadi, me refiero en
principio a la Comunidad Autónoma Vasca, aunque a veces pueda incluir a la
Comunidad Foral de Navarra (especialmente en el término País Vasco) e
incluso al País Vasco Francés, en el sentido de País Vasco cultural, que
se corresponde con la visión nacionalista de Euskal Herria.
Curiosamente en los últimos tiempos los nacionalistas
vascos parecen haber abandonado el término Euskadi (creación de Sabino
Arana, con la grafía “Euzkadi”) y preferir el de Euskalerria o, la mayor
parte de las veces Euskal Herria.
Normalmente para referirse a España, los
nacionalistas vascos, utilizan la expresión “el Estado” y para Francia “el
Estado francés”, excepto en los casos en los que de proseguir con esta
nomenclatura no se podría comprender nada. La fórmula ha tenido cierto
éxito y algunos políticos de izquierda no nacionalista la utilizan
también.
El País Vasco francés no existe como estructura
político-administrativa, es una noción cultural. Los nacionalistas se
refieren a él como Iparralde (lit. “el lado norte”), en
contraposición a Hegoalde (el lado sur), para el resto del País
Vasco, aunque de mucha menor utilización. La parte francesa del País Vasco
está compuesta por tres áreas: el Labourd, la Baja Navarra y la región de
Soule; a las que normalmente el nacionalismo se refiere por sus nombres en
vasco: Lapurdi, Behenafarroa y Zuberoa. La forma coloquial
que los nacionalistas utilizan es “el otro lado”. Para los no
nacionalistas es en cambio, “Francia”.
En general, para la mayoría de los nacionalistas
vascos un “no nacionalista” es un imposible. Los términos de su lenguaje
serían “español”, “nacionalista español” o “españolista”. También, en
algunos contextos “estatal” que muestra una menor carga despectiva. La
forma de denominarse a sí mismos es “abertzale” (lit. “patriota”),
aunque no soy muy partidario de la forma con la que ha entrado el vocablo
en la lengua española (aberzale).
Entre los no nacionalistas está muy en boga la
fórmula “constitucionalista” para la autodefinición. En otro tiempo
preferían “autonomista”. Suelen atribuir a “abertzale” un matiz de
radicalidad (próximo a ETA). A veces los nacionalistas también lo hacen.
La grafía no es un asunto baladí. Utilizo la fórmula
tradicional castellana para los topónimos. En general, los nacionalistas
vascos utilizan la grafía del vascuence o los topónimos eusquéricos de
lugares que poseen ambos, incluso escribiendo en español. Este es un rasgo
de ortodoxia de elevado valor simbólico. En principio un nacionalista
prefiere Gipuzkoa a Guipúzcoa, Donostia a San Sebastián y
Goikoetxea a Goicoechea.
En el otro caso que nos ocupa. Utilizo
indistintamente el nombre de Irlanda para la República de Irlanda (desde
1937), para el Estado Libre de Irlanda (1922-37) y para el conjunto de la
isla.
Un error muy habitual en los medios de comunicación
españoles es confundir el Ulster, la provincia tradicional de Irlanda
compuesta por nueve condados con Irlanda del Norte, la parte de la isla
bajo soberanía británica, compuesta por seis condados (Antrim, Armagh,
Down, Fermanagh, Londonderry y Tyrone), todos ellos parte a su vez del
Ulster.
Los católicos, nacionalistas, republicanos o
irlandeses utilizan a veces la expresión “The Six Counties”. Los
protestantes, unionistas, lealistas o británicos prefieren la denominación
oficial, “Irlanda del Norte”.
Los católicos, nacionalistas, republicanos o
irlandeses suelen utilizar el término “unionista” para hablar de los
protestantes partidarios de la permanencia bajo soberanía británica y
“republicano” para hablar de sí mismos. Entre “nacionalista” y
“republicano” hay un matiz de intensidad con origen histórico, que se
remonta a la aparición anterior del nacionalismo político respecto del
republicanismo. En los años ochenta del siglo XIX la mayoría de los
nacionalistas eran partidarios del Home Rule (autonomistas). De
algún modo fue un accidente histórico que todos los nacionalistas acabaran
luchando por la independencia y que Irlanda no permaneciera siendo una
nación diferente dentro del Reino Unido (como Escocia). De ahí proviene el
matiz
Los protestantes prefieren utilizar el termino
“lealista” para hablar de sí mismos. Todos estos ejemplos que muestran una
dicotomía típica. Son posibles, y de hecho se dan mezclas atípicas,
especialmente los casos de católicos unionistas. Como en España la
diferencia de matiz implica prejuicio, por lo que la elección de uno u
otro término es meramente estilística.
La cuestión toponímica también es de cierta
importancia. El gran desconocimiento de la lengua irlandesa y la
consolidación de las adaptaciones fonéticas de topónimos gaélicos al
inglés hacen que apenas nadie utilice la lengua tradicional. Sin embargo,
hay casos especialmente simbólicos, como la ciudad oficialmente llamada
Londonderry, que la comunidad católica denomina Derry. Nadie en cambio
utiliza la fórmula gaélica Daire para la misma ciudad ni Baile
Atha Cliath para la ciudad de Dublín. La frontera del idioma es muy
nítida y no se suele cruzar.
Algo más frecuente es la utilización de la forma
irlandesa para los nombres y apellidos, Ceannt por Kent, Siobhan por Joan
o bien Ui Neill por O´Neil. La elección representa un cierto grado de
compromiso político.
En Irlanda del Norte, dos de cada tres protestantes y
sólo uno de cada 10 católicos se describen a sí mismos como “británicos”.
3/5 de los católicos y sólo uno de cada 50 protestantes se considera a sí
mismo “irlandés”.
Como se ve el juego de las palabras no es trivial. Estamos hablando un
fenómeno por el que dos ciudadanos iguales llaman “nación” a distinta
cosa.
4. LA ZONA 1 DE GELLNER: EL CONTEXTO COMÚN.
Ernest Gellner plantea en su obra
póstuma“Nacionalismo” (1995) una teoría según la cual, respecto de los
nacionalismos, Europa podría dividirse en 4 zonas que se corresponderían
con husos horarios.
Esta “teoría de los husos horarios” denomina “Zona 1”
a la franja más occidental del continente europeo, junto con las islas
Británicas.
Según Gellner, en esta zona 1, “la pareja formada por
Estado y cultura ha vivido unida bajo una especie de matrimonio
consuetudinario”.
Los estados fuertes que se formaron en Madrid, Paris,
Londres y Lisboa, a los que se puede llamar fundadores de la categoría
“Estado-Nación” determinaron el tipo de correlación a establecer entre el
Estado y la cultura.
Fueron ayudados por una serie de factores. Cuando
llegó la época del nacionalismo el mapa político quedo prácticamente
intacto (con la excepción del nacimiento en 1922 del Estado Libre de
Irlanda).
Para comprender la formación de estas Naciones-Estado
hay que atender más a factores dinásticos que a los factores políticos,
religiosos o culturales en los que nos fijamos para comprender las
sociedades actuales.
El nacionalismo como ideología aparece en un momento
en el que la política deja de ser la actividad propia de unas elites y
pasa a masificarse. Su principal éxito es ser un fenómeno movilizador de
masas, pero no alcanza sus objetivos en la zona 1, debido a la
preexistente disponibilidad de culturas superiores de tipo moderno y de
fuertes estados centralizados que se hallan más o menos en correlación con
áreas culturales.
Obviamente en la Zona 1 nos encontramos con otros
fenómenos de nacionalismo: Portugal carece de nacionalismos periféricos,
pero en España además del caso del País Vasco nos encontramos, por lo
menos, con Cataluña y Galicia. En Francia, tenemos la otra mitad del País
Vasco, Córcega y Bretaña. En Gran Bretaña, además de la pervivencia del
nacionalismo irlandés en seis condados del Ulster nos encontramos con la
existencia de Escocia y Gales como naciones separadas de Inglaterra.
Siguiendo a Gellner, la zona 1 ha sido una
privilegiada respecto a la Historia. La zona 2 queda caracterizada por el
surgimiento en el siglo XIX de las naciones alemana e italiana, y tampoco
sale malparada. En cambio las zonas 3 y 4 han tenido una Historia
turbulenta de guerras, imperios, conflictos étnicos, religiones y
genocidios: el imperio Austrohúngaro, los Balcanes, la presencia del Islam
a través del imperio Otomano, la Gran Madre Rusia.
Creo que los casos vasco e irlandés fueron el mayor
ejemplo de inestabilidad política por nacionalismo en Europa durante los
años 70 y 80 del siglo XX. Aunque según la teoría de los husos horarios,
por razones estructurales siempre han de ser más destructivos los
fenómenos nacionalistas que se den en, digamos, Sarajevo.
5. EL TERRORISMO NACIONALISTA.
Probablemente el punto en común más destacado y por
el que la realidad de Euskadi e Irlanda del Norte se suelen comparar es la
aparición y persistencia de fenómenos de naturaleza terrorista durante la
segunda mitad del siglo XX.
Hay elementos en la ideología nacionalista que la
hacen favorecer la aparición de grupos violentos en defensa de sus
postulados, al potenciar una visión de la política en términos de la
dialéctica “nosotros-ellos” o “amigo-enemigo” y en defensa de la
comunidad.
Hoy en plena guerra global contra el terror, por
parte de los Estados Unidos y de sus aliados, existe una cierta confusión
conceptual en cuanto a qué es “terrorismo”. Por ejemplo, el Gobierno de
los Estados Unidos, lo define de un modo tan amplio que parece querer
incluir sus propias actividades.
“El uso calculado de la violencia o su
amenaza, con el propósito de inculcar temor y el objetivo de coaccionar o
intimidar a gobiernos o sociedades”. Gobierno de los EEUU.
Obviamente la
definición que hacen de las autoridades británicas está hecha a medida del
fenómeno norirlandés, aunque sólo sea porque la aparición del término
“religioso”:
“El uso o amenaza de violencia grave contra
cualquier persona o propiedad, con el propósito de avanzar en un el
consecución de un objetivo político, religioso o ideológico”. Gobierno
del RU.
Esta definición se adapta un poco mejor a lo que
tradicionalmente hemos denominado terrorismo en Europa (Brigadas Rojas,
Baader-Meinhof, ETA e IRA).
Si bien tanto en Euskadi como en Irlanda del Norte se
ha dado el terrorismo, una diferencia fundamental es que en Irlanda dichos
grupos han surgido de ambas comunidades. IRA, INLA del lado católico; UVF,
UFF del protestante y cada uno de los grupos mantiene un cierto nivel de
apoyo en la comunidad que dicen defender.
En cambio, en Euskadi no ha surgido de la parte de la
sociedad que mantiene un sentimiento de pertenencia a España un
movimiento de carácter violento que defienda a sangre y fuego la voluntad
de permanecer en el mismo estado. Es por ello que ETA sólo está enfrentada
a las fuerzas de seguridad del estado, mientras que en Irlanda del Norte,
en el periodo de mayor violencia había una lucha a 3 bandas entre
paramilitares republicanos, paramilitares unionistas y las fuerzas de
seguridad junto con el ejército.
El apoyo electoral a HB-EH-Batasuna osciló entre el
10 y el 20% desde 1978 hasta 2001. El grado de apoyo a ETA en las
encuestas realizadas en el mismo período era siempre algo más bajo. En
general ha sido mayor cada vez que se vislumbraban posibilidades de un fin
definitivo de la violencia. Tras retomar ETA las armas en 2000 y ante el
riesgo de que el nacionalismo moderado pudiera perder las elecciones de
2001 llegó a un mínimo 10%. Hoy día el brazo político se encuentra
ilegalizado y el “militar” más bien inoperante.
6. LA TRADICION FRANCESA Y LA TRADICION ALEMANA.
Existe una distinción entre nacionalismos que afecta
al mecanismo de justificación que adoptan. Así hemos venido hablando de
nacionalismos de tradición francesa y nacionalismos de tradición
germánica.
Para la tradición de origen francés, la nación es un
“plebiscito cotidiano” (Renan), que se manifiesta en el deseo colectivo de
vivir en común. Se trata de un nacionalismo de valores, más allá de
diferencias religiosas políticas culturales o étnicas.
Para la tradición germánica la nación tiene en cambio
un fundamento sustantivo. Precede a la voluntad o a la consciencia de
aquellos que comparten lengua, etnia, mitología, folclor e incluso
carácter. Herder y Fichte fueron los valedores en el siglo XIX de este
nacionalismo del Folkgeist, un nacionalismo identitario o étnico.
En general, los nacionalismos que han constituido
Estados y aquellos Estados que fueron constituidos con anterioridad a la
emergencia de un sentimiento nacional han adoptado los valores de la
tradición francesa, que hoy se encuentran próximos al concepto de
“patriotismo constitucional” (Habermas).
Tanto en el nacionalismo irlandés como en el vasco se
dan elementos de ambas tradiciones, si bien prevalece el germánico, y más
aún en el caso vasco. En el caso irlandés habría que distinguir el
nacionalismo que se da en la República de Irlanda, que en tanto que Estado
independiente se puede acercar más al modelo francés, del que se da en
Irlanda del Norte, en los que el hecho religioso determina la pertenencia
a la nación.
A lo largo del siglo XX estas “comunidades de
sentimientos” (Weber) han buscado además de argumentos políticos y de
derecho natural, otros que les permitieran lograr sus reivindicaciones de
modo efectivo. Así en la última mitad del siglo XX se ha venido invocando
el “principio de libre determinación de los pueblos” que recoge la Carta
de Naciones Unidas.
Las resoluciones de la 1514, 1541 y 2625 dan la pauta
sobre cómo se debe entender este principio y como se conjuga con la el
derecho a la integridad territorial de los estados. En cualquier caso,
podemos encontrar una diferencia curiosa en cuanto a como el nacionalismo
vasco y el irlandés lo entienden de diferente modo. El irlandés en el
sentido de que toda Irlanda se autodetermine unida y no sólo la parte en
conflicto. El vasco en el sentido de que sólo la parte (o incluso la parte
de la parte en la que puede resultar exitoso) se autodetermine
separadamente del Estado al que pertenece.
7. LOS CINCO DESCARTES DE RENAN.
“Qué es una nación” es el nombre de una famosa
conferencia que Ernest Renan dio en la Sorbona el 11 de mayo de 1882. De
esta conferencia surge la idea de plebiscito cotidiano. Antes de
determinar qué es la nación, (y para Renan supone la un pasado común que
recordar y que olvidar, así como una voluntad de continuar juntos) se
plantea 5 posibilidades que deshecha. Diferentes naciones han querido
encontrar su legitimación a partir de estos hechos. Es interesante
observar las diferencias entre el nacionalismo vasco e irlandés ante estos
cinco caracteres que para Renan no constituyen una nación.
7.1 RAZA.
En el mismo año en que Renan dictaba su conferencia,
el fundador del nacionalismo vasco, Sabino Arana fue el primer vasco al
que se le ocurrió que ser vasco y español eran dos cosas diferentes e
incompatibles. El concepto de raza era lo que determinaba esta distinción.
El modo que Arana utiliza para conocer quién pertenece a cada raza es un
tanto absurdo, en tanto en cuanto para Arana, “la raza está en los
apellidos”. Identifica rasgos biológicos con convenciones del lenguaje
como son los nombres.
Hoy día se sigue descalificando al fundador por
racista, y es un hecho a destacar que los partidos nacionalistas vascos,
si bien no reniegan de su legado, tampoco hacen excesiva ostentación del
mismo.
Especialmente en el nivel de base del nacionalismo
estos criterios siguen teniendo una cierta importancia, yo diría que como
mito. El mito es un factor clave para comprender el nacionalismo. No es
infrecuente que algún dirigente del Partido Nacionalista Vasco aluda al
factor Rh en la sangre o a diferencias biológicas, especialmente en
mensajes para “consumo interno”.
De todos modos sería exagerado utilizar el adjetivo
racista para definir al nacionalismo vasco. Aunque el elemento racial ha
tenido más peso que en otros. El desarrollo durante el siglo XX de la
biología y la genética de poblaciones, así como la trágica Historia de
Europa a lo largo de la centuria han eliminado las referencias raciales
(que eran un lugar común en la política europea del siglo XIX, y no sólo
del nacionalismo vasco). Aunque el desconocimiento del origen de la lengua
y de la población vascas contribuyó a la aparición de esta idea racial.
Para la mitología política irlandesa, los irlandeses
provienen de los celtas. De hecho el término “celta” es habitual para
referirse a los mitos y tradiciones del país. Los celtas son la población
originaria de irlanda. Cierto es que la población de Irlanda está
constituida sobre la base genética de estos primeros pobladores (que
llegaron desde la actual Escocia en diferentes oleadas desde hace
aproximadamente 9.000 años), aunque la aportación de elementos
escandinavos entre el siglo VI y XI de nuestra Era, así como de otros
provenientes desde la gran isla británica ha sido muy importante.
A pesar de que existe un estereotipo racial del
irlandés (pelirrojo, ojos verdes) no se corresponde mucho con la realidad
de la población (menos del 5% son pelirrojos). Es difícil encontrar
referencias a la raza en los escritos nacionalistas. A pesar de la falta
de rigor de ambas, la expresión “raza irlandesa” resulta menos habitual
que la expresión “raza vasca”. Probablemente porque las características
que más han determinado a Irlanda, sus irlandeses y sus nacionalistas
sean las diferencias religiosas y la insularidad.
7.2 LENGUA.
Ciertamente ambos nacionalismos han estado muy
vinculados al fenómeno lingüístico. Para Renan la lengua no servía como
criterio para distinguir una nación, en el sentido de que España y la
América española hablan la misma lengua y no son la misma nación, mientras
que Suiza es una nación, con sus tres o cuatro lenguas.
7.2.1. El País Vasco: el eusquera como elemento de
identidad.
En la actualidad, a pesar de la oficialidad de la
lengua en la CAV y parte de la Comunidad Foral de Navarra y de un cierto
proceso de recuperación durante los últimos 25 años, el porcentaje de
hablantes de lengua vasca en el País Vasco español está alrededor del 30%.
Una vez que la ciencia progresó hasta hacer del
concepto raza un concepto inaplicable a las diferencias genéticas entre
seres humanos (y la trágica historia europea del siglo XX lo hizo además
indeseable). El nacionalismo vasco puso énfasis en el vascuence como hecho
fundamental que diferencia al pueblo vasco de los demás.
El vascuence o eusquera, es la única lengua de Europa
cuya filiación se desconoce. Hasta donde llegan nuestros conocimientos no
pertenece a ninguna otra familia de lenguas. Hay otras lenguas en Europa
que no forman parte de la familia Indoeuropea: el húngaro, El finés y el
estonio; pero están emparentadas con otras de los Urales y Siberia.
Se trata de una lengua muy diferente a cualquier otra
y en consecuencia difícil de aprender. Además, como no ha sido una lengua
literaria, no dispuso de una gramática y una ortografía estandarizadas
hasta 1968 y hasta la creación de un dialecto común: el batua (lit.
“unido”), la lengua ha estado dividida en diferentes dialectos de difícil
inteligibilidad.
En el período de desarrollo del nacionalismo el
eusquera era una lengua popular en retroceso, propia sólo de sectores
rurales y pesqueros. La mayor parte de los habitantes del País Vasco la
desconocían…
Hay una cierta correlación social entre el hecho
lingüístico y el nacionalismo. El nacionalismo es más fuerte en las zonas
con mayor porcentaje de hablantes de eusquera, aunque ni para el más
fundamentalista de los nacionalistas es el conocimiento de la lengua lo
que determina la pertenencia a la nación. Como ha sido señalado, es la
reivindicación de la lengua y no la lengua en sí lo que concede el derecho
a formar parte de la nación.
7.2.2 El inglés, lengua de Irlanda.
El gaélico irlandés fue una lengua de tradición
literaria. Comenzó a perder pujanza en el siglo XVI debido a la cada vez
mayor presencia anglófona en el Pale (la parte oriental de la isla) y las
ventajas asociadas al aprendizaje de la lengua colonial.
El declive se acentuó por los importantes cambios
demográficos del siglo XIX, la Gran Hambruna de la Patata (1846-48) y la
emigración masiva a Norte América.
Un dato importante es que Irlanda tiene hoy algo más de la mitad de
población que la que tuvo en 1801. Por su parte, el gaélico existe como
lengua viva en las Gaeltacht. Diferentes cálculos le conceden entre 30.000
y 80.000 hablantes.
Es la lengua oficial de Irlanda aunque es el inglés
(que la constitución de 1937 denomina “segunda lengua”) la que se utiliza
en todos los ámbitos de la vida. El gaélico es una asignatura obligatoria
en las escuelas y un 30% de la población dice dominarlo, aunque menos de
un 10% lo utiliza habitualmente. En Irlanda del Norte tampoco ha servido
de elemento diferenciador, y su uso y aprendizaje están al margen de la
política.
7.3 RELIGIÓN.
Cuando Luis Arana, hermano de Sabino diseñó la
bandera para la “Bizkaya” independiente, superpuso la cruz blanca de San
Andrés (que representaba a la Santa Madre Iglesia Católica) al aspa verde
(que representaba al poder civil, identificado con los fueros o leyes
viejas).
En el origen del nacionalismo vasco encontramos al
integrismo católico. En aquel tiempo en España, el nacionalismo español ya
era de por sí bastante integrista (40 años después daría nacimiento a la
Cruzada nacional-católica del General Franco). Pero los fundadores
entendieron que se estaba produciendo un relajo en las costumbres, debido
a la especialmente a la inmigración maketa, que amenazaba la
supervivencia de la raza vasca. Jon Juaristi ha visto en este fenómeno una
guerra religiosa de intensidad.
La teoría más clásica para explicar el nacimiento del
Nacionalismo Vasco menciona la respuesta a la industrialización por parte
de un mundo en crisis, se trataría de una respuesta a la amenaza planteada
por la modernización, la inmigración y las nuevas ideas liberales.
En este sentido la Iglesia vasca habría abrazado el nuevo ideal como un
medio para mantener su situación privilegiada.
Hoy en día el nacionalismo vasco se ha laicizado de
modo notable, aunque la lealtad del clero vasco al movimiento es también
notoria (es uno de los sectores en los que ejerce mayor hegemonía). Se ha
utilizado muchas veces el ejemplo de la participación de curas en el
nacimiento y desarrollo de la organización terrorista ETA.
En cambio en Irlanda, la religión ha sido
determinante en el proceso y lo sigue siendo en la parte del mismo que
continúa abierta en el Ulster. Este ha sido el elemento que ha permitido
distinguir a los “nuestros” de los “otros”. La visión de la política como
división “amigo-enemigo” de Carl Schmitt.
La conquista inglesa coincidió en el tiempo con el
cisma religioso. Las guerras jacobitas, el sitio de Derry, la plantación.
La cuestión de la tierra y The troubles, son diferentes fases de
una historia en la que la dicotomía católico-protestante resulta esencial
para comprender.
7.4 COMUNIDAD DE INTERESES.
Para Renan “la nación es algo espiritual”, es algo
más que una Zollverein (unión aduanera). La comunidad de intereses
puede ayudar a la formación de una nación, pero no sería suficiente.
Un problema en este sentido sería determinar cuales
son los intereses de una nación, cuando precisamente gran parte de las
ideologías modernas basan el desarrollo de la sociedad en teorías que
presuponen el conflicto entre intereses contrapuestos (de clases para el
marxismo, entre hombres y mujeres para el feminismo).
Lo que si que es cierto es que el nacionalismo vasco
siempre ha tenido dos almas, una más fundamentalista, devota de sus
principios y otra posibilista, que buscaba las ventajas de su aplicación.
En los orígenes del nacionalismo vasco, el fundador Sabino Arana y el
naviero Ramón de la Sota representan estas dos tendencias. Es la disputa
del fuero y el huevo.
Del mismo modo, el capital electoral del nacionalismo
irlandés en Irlanda del Norte, siempre ha estado por debajo del porcentaje
de población católica. Sociológicamente ha existido un tipo de elector
católico que prefería el mantenimiento del orden establecido, que suponía
permanecer en la órbita de la quinta economía mundial, en un período en el
que la República de Irlanda era uno de los países más pobres de Europa
Occidental.
7.5 GEOGRAFÍA.
Irlanda es una isla y aunque ninguna frontera
geográfica es determinante para la aparición de una nación, esto ha dotado
al país y a su nacionalismo de un argumento diferencial, ciertamente
valioso.
Una parte importante del País Vasco, son lugares
montañosos de difícil acceso donde la romanización no se llegó a
completar y donde sobrevivió una lengua o familia de lenguas que luego han
supuesto una diferencia cultural importante con los vecinos romanizados.
Cualquier frontera natural, si dificultosa, ha sido permeable y de hecho,
la influencia del latín del francés y del español en la lengua vasca desde
tiempo inmemorial son un hecho indiscutible.
Si bien es cierto que la geografía no es un hecho
determinante, sí que contribuye a configurar otros elementos más
importantes en la formación de un nacionalismo.
8. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE UN NUEVO ESTADO.
Una formulación clásica propia de la Teoría del
Estado es aquella que dice: Los elementos constitutivos del Estado son
tres: pueblo, territorio y soberanía.
También los casos de Irlanda y el País Vasco muestran
diferencias en lo relativo a estos tres aspectos.
8.1 PUEBLO.
Puesto que las visiones del nacionalismo que imperan
en ambos casos son más propias de la “escuela” germánica, tanto en irlanda
como en el País Vasco, los nacionalistas tienden a distinguir entre los
auténticos irlandeses y los auténticos vascos.
Las variaciones entre diversas visiones de cada
nacionalismo hacen que no se de un concepto universalmente válido del
“nacional”, pero siempre está dotado de algún carácter étnico, lingüístico
o cultural que lo hacen diferente del “ciudadano”.
En principio la adscripción al movimiento nacional
supera en importancia a cualquier otra consideración, aunque en el caso de
Irlanda del Norte los elementos objetivos tengan hoy por hoy más peso. De
todas formas no debemos aceptar sin más que estos elementos objetivos
(e.g., ser protestante) eliminan toda posibilidad de pertenecer a la
nación irlandesa, habida cuenta del 10% de protestantes ciudadanos de la
República que son ciudadanos de la misma desde su aparición como estado
independiente. Muchas veces no se trata tanto de pertenecer o no a la
nación, como de pertenecer como ciudadano de primera o de segunda clase.
Una diferencia fundamental es que el norirlandés no
puede elegir su pertenencia a uno de los grupos. Nace en una familia
protestante o católica y eso determina su identidad.
Así pues, el caso de una victoria de los
nacionalistas irlandeses en su objetivo de unificar Irlanda bajo una sola
soberanía, se darían dos escenarios: En el primero los
unionistas-protestantes se constituirían en minoría étnica, manteniéndose
la situación de conflicto aunque con las tornas cambiadas. En el segundo,
estos protestantes se irían desprendiendo progresivamente de su simbología
para convertirse en protestantes como los que hoy por hoy habitan en la
República. La disminución del papel de la religión en la vida pública que
viene dándose en Europa en las últimas décadas puede contribuir a este
fenómeno.
El ciudadano vasco, en cambio, una vez caídas en
desgracia (la mayor parte del tiempo) las concepciones de identidad
basadas en la raza, la sangre, los apellidos o el dominio de la lengua,
tiene la opción de elegir. El nacionalismo ya es en sí mismo el requisito
de la identidad vasca. A pesar de esto se da una mayor correlación de
nacionalistas entre vascos nacidos en el país vasco, que hablan vascuence,
que poseen apellidos etimológicamente vascos o cuyas familias llevan
arraigadas en el país varias generaciones.
Igualmente, en el caso de la creación de un estado
vasco habría que ver cual es la opción que los vascos no nacionalistas
toman. La diferencia de estos con los unionistas norirlandeses es sobre
todo su falta de apego a cualquier simbología. Constituyen básicamente una
masa nacionalmente desmovilizada que bien podría asumir la efectividad de
la nueva situación, adoptando un nuevo pasaporte y siguiendo el ritmo de
los valedores de la nueva independencia nacional. En otro supuesto,
dependiendo de las circunstancias en que se pudiera producir esta
independencia, la misma podría ser el acicate para la creación de un nuevo
sistema simbólico de lealtad a España o de creación de una nueva
comunidad, con unos partidos políticos propios que defiendan sus intereses
específicos.
Una tercera posibilidad para ambas comunidades sería
la opción de la minoría rusa en Estonia. No tomar el nuevo pasaporte, bien
porque como en el caso estonio los requisitos para acceder a la nueva
nacionalidad sean onerosos (conocimiento de la lengua estonia) o porque
manteniendo la nacionalidad rusa, no se ven en la necesidad de solicitar
un visado para viajar a Rusia.
8.2 TERRITORIO.
En este sentido ambos casos son muestran diferencias
muy notables, aunque también algunos parecidos. Yo he crecido junto a una
frontera que hoy ya no existe. Hace no tantos años, para pasar de Irún a
Hendaya había que atravesar un control de pasaportes. Hoy ya no hay
frontera. Tampoco existe entre Irlanda e Irlanda del Norte. No sólo la
soberanía, sino también el territorio es un elemento del estado-nación en
crisis.
El deseo del nacionalismo irlandés ha sido establecer
un Estado soberano sobre el conjunto de la isla. Esto no fue posible sobre
todo por condiciones demográficas y seis condados se separaron del
conjunto de Irlanda con los acuerdos de independencia de 1922.
La Constitución de 1937 reclama la soberanía sobre el
conjunto de la isla, aunque son pocos los pasos que se dan desde la
República de Irlanda en ese sentido. En general, la actitud de la
población de la República es de indiferencia, y de cierta simpatía hacia
los católicos.
La disyuntiva para los habitantes de Irlanda del
Norte es, permanecer en el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del
Norte, o bien pasar a formar parte de la República de Irlanda, jamás se
plantea la creación de un nuevo Estado.
En el País Vasco nos encontramos con dos estados
soberanos y tres tipos de territorios. Por un lado nos encontramos con la
Comunidad Autónoma Vasca, compuesta por 3 territorios históricos forales:
Guipúzcoa, Vizcaya y Álava. Ese es el País Vasco como tal, (donde en
conjunto la fuerza del nacionalismo vasco es ligeramente superior al 50%
en la mayoría de las elecciones)
Después está la Comunidad Foral de Navarra, No forma
parte del País Vasco y la fuerza del nacionalismo vasco está alrededor del
20%, pero muy concentrado en la zona montañosa; norte y noroeste. Hay una
previsión especial en la Constitución Española sobre su posible
integración en la Comunidad Autónoma Vasca, que parece poco probable,
habida cuenta de la situación política.
En la República Francesa el País Vasco ni siquiera
tiene un estatus jurídico diferenciado. Forma parte del departamento 64
(Pirineos Atlánticos) junto con la región del Bearn.
La capital bearnesa, Pau, es la sede de la
Prefectura, aunque hay una Subprefectura en la ciudad de Bayona, en el
País Vasco. El nacionalismo vasco es muy minoritario y su fuerza está
entre el 7 y el 10%. Su principal reivindicación a medio plazo es la
creación de un departamento propio para los territorios del Labourd, la
Baja Navarra y Soule.
Lo que el nacionalismo se plantea como objetivo
máximo es la creación de un nuevo Estado Soberano que incorpore los 7
territorios, en correspondencia con el lema “zazpiak bat” (las
siete [son] una). En principio y dada la estructura social de los
territorios, y considerando un proceso plebiscitario, esto sólo podría
tener éxito en la Comunidad Autónoma, por lo que en un improbable
escenario de relativo éxito para el nacionalismo la situación podría
aproximarse a la de Irlanda del Norte, con un Estado independiente en la
CAV y una minoría partidaria de la incorporación del 20% en Navarra y del
10% en el País Vasco francés.
8.3 SOBERANÍA.
En una definición que alude a los otros elementos del
Estado, “la soberanía es la capacidad exclusiva de tomar decisiones para
la población estatal en el marco del territorio del estado”.
Actualmente, aunque ya desde hace algún tiempo, el
concepto de soberanía de los estados atraviesa una crisis en dos sentidos.
Por un lado son demasiado grandes para resolver los problemas pequeños, y
por ello la mayoría de Estados-Nación han desarrollado procesos de
descentralización (política y administrativa). Por otro son demasiado
pequeños para resolver los grandes problemas y en diferentes áreas del
mundo se han creado Organizaciones de Integración (UE, MERCOSUR, Pacto
Andino).
Se clasifica tanto a España (desde 1978) como a Gran
Bretaña (desde 1996) en una categoría intermedia entre el Estado Unitario
y el Federal.
Se dice que el País Vasco es la región con mayor
autonomía de Europa. La Constitución Española de 1978 le concede una serie
de privilegios especiales, entre los que destaca el régimen económico
mediante el sistema del concierto y el cupo. Algunas de las competencias
(autonomía fiscal, policía propia) no tienen parangón en ninguna otra
entidad infraestatal europea. El nacionalismo político ha gestionado esta
estructura de poder desde su inicio en 1980 y ha sido capaz de trasladar
gran parte de sus símbolos y valores al conjunto de la sociedad. No
obstante, no ha sido capaz de acabar con el nacionalismo violento.
Gran Bretaña inició el proceso de devolution
en 1996 y se establecieron parlamentos en Escocia y Gales, con
competencias relativamente bajas en comparación con las de las comunidades
autónomas, en especial con el País Vasco. Desde 1998 existe una nueva
asamblea de Irlanda del Norte. David Trimble fue elegido primer ministro
de una especie de gobierno de concentración nacional. La autonomía ha sido
suspendida varias veces, a la espera del desarme definitivo del IRA. Sigue
existiendo un Ministerio para Irlanda del Norte con poderes especiales
para la provincia.
9. A MODO DE CONCLUSIÓN.
El caso irlandés y el caso vasco son dos modelos de
nacionalismos que emergieron en la Europa del siglo XIX, una vez que sobre
el territorio de su influencia cultural, territorio ya se habían
consolidado Gran Bretaña, en el primer caso y Francia y España, en el
segundo, como
potencias.
Como nacionalismos sin estado, han propugnado valores
identitarios de tipo étnico, cultural, lingüístico o religioso como hecho
diferencial que justificaba una comunidad diferente, con la que se debería
corresponder una nueva estructura estatal. Estos valores los encuadran
dentro de la tradición germánica del nacionalismo.
El grado en que el nacionalismo irlandés y el
nacionalismo vasco han utilizado estos valores como mecanismo de
legitimación ha diferido notablemente. A grandes rasgos se puede decir
que en el nacionalismo vasco predominan los valores de tipo lingüístico y
racial, mientras que en el irlandés los de tipo geográfico y religioso. En
ambos movimientos el nivel de adhesión a los ideales o de pragmatismo
depende muy notablemente de las estructuras de intereses, existiendo una
mayor flexibilidad en el caso vasco.
Estas diferencias están motivadas en parte por la
diferente situación del nacionalismo vasco e irlandés respecto de los
Estados de los que forman parte. El nacionalismo vasco pretende emerger
como nuevo Estado, liberándose de dos realidades estatales distintas
(España y Francia), mientras que el nacionalismo irlandés en Irlanda del
Norte no pretende la creación de un nuevo Estado sino su fusión en una
única entidad con la República del sur de la isla. El nacionalismo
irlandés en la República de Irlanda posee el mismo origen histórico que el
que se da en Irlanda del norte, pero la existencia de una estructura
estatal influye para que haya perdido elementos identitarios y sus valores
se aproximen más a los de la tradición francesa.
El elemento más atípico que las sociedades vasca e
irlandesa, en tanto que sociedades desarrolladas, han tenido en común es
el terrorismo, y especialmente un terrorismo dotado de apoyo social. Son
los dos únicos casos en los que grupos terroristas han obtenido apoyo de
sectores sociales amplios en la Europa posterior a la segunda guerra
mundial. El fenómeno se manifiesta a través de la asimetría que detectamos
en la comparación de ambas sociedades. En Irlanda del Norte, dividida en
dos comunidades, surgen grupos violentos de ambas. En el País Vasco, sólo
surge de la comunidad nacionalista, ya que el resto de la población
percibe una doble pertenencia al País Vasco y a España y está
relativamente desmovilizada. En cualquier caso el fenómeno ha entró en
letargo en Irlanda en 1998, mientras que en el País Vasco ha reducido su
actividad notablemente en 2002 y 2003.
10. BIBLIOGRAFÍA.
Al tratarse de un trabajo de corta extensión no he
manejado una gran cantidad de bibliografía. Para los conceptos generales
he utilizado el manual de Vallès:
“Ciencia Política: una introducción”, Josep M. Vallès
2003, Ariel.
En lo referente a los nacionalismos, varios libros
clásicos:
“Nacionalismo”, Ernest Gellner 1997, Editorial
Destino.
“Naciones y nacionalismo”, Ernest Gellner 1983,
Alianza Universidad.
“Nacionalismo”, Elie Kedourie 1960, Centro de
Estudios constitucionales.
“¿Qué es una nación?, Ernest Renan 1882, Alianza
Editorial.
Sobre Irlanda y el nacionalismo irlandés:
“Modern Ireland: A very short
introduction”, Senia Pašeta 2003, Oxford University Press.
“Northern Ireland: A very short
introduction”, Marc Mulholland 2002, Oxford University Press.
Sobre Euskadi y el nacionalismo vasco:
“Cómo hemos llegado a esto. La crisis vasca”. José
Luis Barbería y Patxo Unzueta 2003, Taurus.
Las definiciones de terrorismo que aparecen están
tomadas de:
“Terrorism”, Charles Towsend 2002, OUP.
[Principal - Homepage]
©Ahmed al-Faqi, 2004. |