Lo que nos rodeó esa noche

Parte 2

 

Yo

 

Y así lo dice el dicho, el que busca encuentra, y yo me decidí a buscar, mira que locuras de la vida, varias veces buscando tu cara, tratando de reconquistarte, haciendo el plan perfecto para volver a ser lo que pudimos ser....

El que busca encuentra, y aunque no empecé a buscarte pronto - tal vez de haberlo hecho no estaría escribiendo esta absurda y triste segunda parte- te encontré más pronto de lo que yo esperaba. Fue un mal día en el trabajo, en realidad no sé por qué fui, pero creo saber bien por qué debía regresarme por allá, por donde nadie me llama, es un poco mas retirado y doy muchas vueltas, pero por allá te encuentras con bellas imágenes y con bellos rostros, en una de esas aventuras podía encontrarte.

Una tarde antes, caí como loco en mi asiento y a la altura de la plaza donde solo dos veces estuvimos, dos pero muy fructíferas, la primera, cuando fuimos por aquel chocolate y ya no volvimos a casa, y la segunda, fue en esa del episodio del niño y el girasol, aquella vez que escribimos un inimaginable cadáver exquisito, aquella, la ultima vez que te vi, que te besé, que toqué tus manos.

Total, la tarde anterior, vi a una niña que me pareció espectacular, y a la vez no le fui indiferente, se sentó al lado mío, pero como estaba yo escuchando un disco de La Unión, no le presté la atención que se debía, también fue un poco de miedo a que la indiferencia se transformara en nada, pero la noche siguiente - Hoy - tenia que saber su nombre, su procedencia y dos o tres datos insuficientes pero a la vez importantes.

Ahora Andrés Calamaro, el infaltable Andrés, el Gran Andrés, volvía a enaltecer mi soledad al oído, pasé por la Unidad, por la Plaza, por todo el recorrido, solo iba yo en mi mundo, acompañado esta vez por 18 pasajeros y el chofer, baje antes del fin de recorrido, la misma prostituta de ayer me invitó a ir a un cuarto, ¿Para qué carajo ir a un cuarto a tener sexo solo por el simple hecho de tener sexo?
En fin, veré si hay algún disco bueno entre tantos puestos, he de mencionar que en mi selva urbana hay muchos puestos ambulantes, de todo, desde comida hasta ropa, parece que no hay nada, daré vuelta en Insurgentes para tomar el camión a casa.

Momento... yo la conozco... esos ojos café son conocidos, cada palmo de ese terreno me es conocido, no quiero imaginar... no quiero imaginar otra vez viéndome recorriendo ese cuerpo, el que una vez sintió estremecerse cada vez que visitaba un lugar nuevo, la misma boca que sintió mi boca, el mismo cabello que una vez fue rojizo ahora ve de nueva cuenta el color castaño claro que originalmente tiene, esa mano...

Mierda!!!

 Remierda!!!!

Esa mano que alguna vez paseó sin más por mi cabello...

No me puede estar pasando, esa mano esta unida a otra mano.

Me lo busqué, caminaré hacia Insurgentes, que me queda, ya me jodió, mejor irme, aunque me dan ganas de saludarla, digo, hace más de 4 meses que no nos vemos, porque sé que ella me vio, y que al menos le da curiosidad el ver mi cara al verlo a él, la reacción que puedo llegar a tener, aunque sabe que ella haría lo mismito que yo, dar espalda y largar como presa a la que le dan una nueva chance de vivir.

En fin, lo que pasó ya no existe dice Manolo, y yo no buscaba a nadie y te vi, viva Fito, alguna vez laureamos juntos el trabajo del maestro, también hicimos varias cosas que para el mundo cuerdo son nimias, pero que para este par de locos que fuimos nosotros fueron y serán para siempre grandiosas, como el cadáver exquisito, como lo del girasol, como muchas cosas mágicas que tornan trágicas al otro lado del visor.

 

Que mierda te pa....


Espera...


Hola... hola - este ese el instante que durante 4 meses esperé pero no en esta situación, ha recién terminado la temporada Navideña, esa época me pone da cabeza y me sacude una serie interminable de recuerdos de años pasados, de tristezas pasadas, de las mismas añoranzas, pudo ser diferente, pero al final terminé como empecé

- Claudia, ¿Cómo estas? - esta bien idiotta, ¿no ves?-

¿Y tu? ¿Cómo estas?

Mírame, yo estoy como al principio pero mas jodido, más solo, triste, solo, ansioso de besarte, solo, mordiéndome los labios y apretando los dientes para que no se me escape el te amo que debió haber fugado en su momento, solo...

Muy bien - obviamente por salud mental no le dije todo lo primero... solo dije

-"Muy bien"

- Te presento a mi novio

- Mucho gusto.... Bueno me voy...

Es tan redonda la ciudad que nos caemos los dos.

No tengo a dónde ir, ni que decir, ni ganas de nada... al final la nada se impuso y me puso de bruces.

Chau Claudia

 

 

Claudia

 



No sé a ciencia cierta qué pasa, nunca supe que pasó, somos tan iguales, de repente me dejó, simplemente no puedo tener otro carácter, y parece que gracias a ello se alejó de mi, he leído algunos de los mensajes que me ha mandado, pero no le tomo más importancia, el sabe donde vivo, aunque talvez el miedo de volverme a ver lo abruma, siempre se llega a tener ese miedo, yo misma tuve ese miedo para decirle que en algún momento lo quise, tanto o más de lo que él a mí, somos tan iguales.

Eso creo que fue una especie de laberinto lineal entre nosotros, ahora creo que él debe estar feliz con su música, con su escritura, yo por el momento lo tengo a Él, y parece que encuentro de a poco lo que por desidia perdí, por desidia mutua.

A veces me pongo a pensar en el mediocre hubiera, aunque no va conmigo pues es pasado y ya pasó, aunque de repente pienso que de haber seguido eso tan padre que nació aquella larga noche y el día siguiente, las cosas serían mucho mejor, porque aunque Él me quiere, tiene que estar jugando a la adivinanza sobre lo que necesito, Alex lo sabia de memoria, si, ya sé que de momento pudo haber sido nula la sorpresa entre Alex y yo, pero sé también que de muchos momentos mejores nadie nos iba a librar.

A pesar de que nadie dijo nada... sólo aquel tengo miedo con el que se marcó el principio de nuestro fin, de mi fin con el, de su fin conmigo.

Sí, lo reconozco, lloré, pero no por la perdida sino por el hecho de perder a mi versión masculina gracias a una cosa que los dos nos conocíamos, pero ya paso lo superé pronto, aunque me duele saber que el también lloró, porque se que lloró.

Fue un día normal en el trabajo, con la llegada del año yo también he cambiado, tanto de carácter como de expectativas, ahora con Él he vuelto a sentir lo que con Alex sentí, aunque como siempre sé que duele perder a alguien.

Ahora estoy contenta, hoy mismo tomo su mano, lo quiero, me acompaña a mi casa, no tengo miedo de encontrarme a Alex por mi camino, puesto que ya estoy en otra situación, antes si hubiera pesado, ya no más, no temo su reacción de encontrármelo, se que Yo haría lo mismo.

Me parece conocida esa cara, ese cuerpo, que no es ni ligeramente perfecto, pero fue también mi cuerpo, y lo recorrí, lo abracé, esa cara nada nueva para mí, solo que con un nuevo semblante, mi eterno despeinado, ahora se le alcanza a ver una incipiente barba, de azul, sus manos, de repente recuerdo todo, como si un golpe me hubiera devuelto la memoria perdida, pero ya es ayer.

Quiero hablarle... me importa un comino la reacción de Él, la de Alex no me preocupa, es tan tranquilo, a pesar de la ruda figura que le caracteriza, sé que será duro y más duro porque se que Navidad y estas fechas lo han marcado sobremanera, pero solo así podrá ver que al menos en este momento no volveré.

Aunque talvez me ahorre la aventura, no cedió un ápice de terreno, no me vio, imposible, me vio pero no hizo nada, de haberlo visto yo con alguien más hubiera hecho lo mismo, y con más indiferencia, aunque es incapaz de muchas cosas, entre tantas de lastimar.

No puedo más, lo veo mirando algunos discos, mientras desde mi escondite improvisado, lo miro, hace lo mismo, parece que no hará nada por acercase, parece que se va... solo tengo ganas de saludarlo, por los viejos tiempos.

Por los que pudieron venir.

Por los que ya no volverán.

 

Él
 


¿Qué mierda pasa?



 

Epilogo y Epitafio



Aunque pudiera interpretarse como "Comentario Ardido del escritor", he de confesar que en su momento me sacó de orbita el hecho de volverla a ver, pero desde la línea, como DT de cualquier equipo de fútbol, me afectó porque es bien sabido por mis conocedores y conocidos que la temporada navideña no me ha traído a la fecha algo plenamente satisfactorio, digamos mejor, me ha sido totalmente indiferente.

Ahora a la fecha en que publico esto en este espacio, confieso que ya no más, ya he terminado de sufrir, y ahora bien comienzo una nueva etapa de plenitud, de éxtasis y de etéreas y a la vez reales fantasías.
 


Claudia, donde estés, hasta siempre.
 

Febrero de 2003


 

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