A partir de Diciembre de 1994 comenzaron a ocurrirme una serie de cosas extrañas con las minas que conocía. Desde entonces no hubo excepción, todas tuvieron inmediata muerte después de tocar mi cuerpo desnudo. Recuerdo a la Polaca. La primera vez que estuvimos en la intimidad salió volando y no pasó ni una semana antes que se cayera el avión en que viajaba. Obviamente en un comienzo, no vi el fenómeno que se presentaba y no sospeché nada hasta  febrero, con lo de la Jackeline. Una noche mientras descansábamos le conté lo de la Polaca. Entonces Jackeline saltó de la cama y rápidamente comenzó a vestirse al mismo tiempo que me gritaba:  ¿No te das cuenta?, ¡Tienes la maldición!, ¡Me acabas de matar, idiota!. Yo sin entender nada, trataba de colocarme el pantalón rápidamente, pero era demasiado difícil con las piernas sudadas. Jackeline salió corriendo de la habitación, resbaló y cayó por las escaleras. Sin embargo no le pasó nada, rebotó con el culo, escalón por escalón, con las piernas abiertas, hasta el  primer piso. ¡Ni se quejó al pararse!. Sin decir nada salió de la casa, dejando un pequeño torbellino en su camino, cruzaba corriendo la calle, cuando se acercaba un autobús a gran velocidad. Al darse cuenta se quedó espantada e inmóvil en el medio de la calle. El chofer no tuvo alternativa: Se subió a la vereda, se echó los jardines del vecino y esparció la basura de las bolsas por todo el frente de mi casa. El autobús se detuvo unos segundos en un silencio tal que permitía escuchar los latidos del corazón de Jackeline. El silencio fue asesinado por unos: ¡Gueona imbécil!, ¡Fíjate por donde caminai!, ¡Chucha tu madre!; que salían de las ventanas del autobús. Jackeline se volteó hacia mí y solo me dijo ¿Ves?, ¡Estoy en peligro por tu culpa!. Entonces comprendí que Jackeline estaba absolutamente ¡chalada!. Comencé a reírme hasta quedar sin aliento, mientras ella cruzaba la calle para tomar el bus, al mismo tiempo que se ponía los zapatos. Me fui a dormir.

Dos días más tarde, caminando por el centro, Jackeline fue aplastada por un piano de cola que cayó de un doceavo piso cuando lo bajaban desde un departamento.

Me convencí después de lo de Andrea la bruja. Ella me buscó, me envolvió y llegamos al desnudo, me abrazó y me dijo: ¡Eres uno de ellos, lo vi en tu aura, ahora moriré!.

Efectivamente Andrea me buscó para escoger morir después de tocarme desnudo.. claro está que ella no murió de un accidente, se cortó las venas.

Después de lo de Andrea tomé conciencia de mi realidad y me costó mucho aceptar el hecho que murieran las minas por tocarme desnudo. Decidí ver especialistas. Primero fui donde un médico. El me envió donde una psicóloga. La psicóloga me dijo - son solamente coincidencias - . Terminamos haciendo el amor en la consulta, todo bien, pero me pidió que no me sacara los calcetines.
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