Mitos y Realidades de la Dieta en Obesidad
La obesidad es una enfermedad crónica, multifactorial,
que se refleja como un aumento de peso, provocado por un exceso de grasa. Con los
conocimientos actuales, no se puede asegurar cuáles son los factores que llevan a una
persona a ser obesa, si bien se han hallado algunos que están relacionados con la
obesidad: como por ejemplo, el factor ambiental: en este caso relacionar a una persona
delgada con la enfermedad y/o pobreza, y a una persona obesa con que sea sana y/o
adinerada representa una falta de información y de conocimientos; el sedentarismo,
ciertos medicamentos, enfermedades geneticas u otras tales como hipotiroidismo, entre
otras.
Podríamos hablar también que se conocen ciertas causas que con mayor frecuencia pueden
generar obesidad por ejemplo el abandono del tabaquismo, la supresión del ejercicio
físico, embarazo, la aparición de la primera menstruación, luego de una cirugía de
cierta magnitud, etc. Surge aquí un interrogante sobre la terapéutica a llevar a cabo
ante esta enfermedad que va en paulatino aumento a nivel mundial, y sabemos que desde
principio del siglo XX se mantiene con diferentes alternativas la importancia de las
dietas para el tratamiento de la obesidad. En este sentido, primero resulta primordial
hablar de los componentes del balance de energía que podríamos esquematizarlo de la
siguiente manera: en una mano: la selección de los alimentos y su consumo, y en la otra
mano, la energía que gastamos a través de la actividad física y de la utilización en
nuestro organismo del proceso conocido como termogénesis ( mantenimiento de la
temperatura de nuestro cuerpo a través del funcionamiento de varios de nuestros órganos
vitales.) Las discusiones apuntan al Valor Calórico Total y fundamentalmente a los
porcentajes de los macronutrientes (Hidratos de Carbono, Proteínas y Grasas) en la
composición de la alimentación de los obesos. Los hidratos de carbono han sido
históricamente los más imputados; las proteínas por la posibilidad de condicionar en
las dietas de bajas calorías, situaciones de carencia, sobre todo de algunos aminoácidos
( que son los bloques constituyentes de las proteínas) y últimamente las grasas, por su
capacidad de saciedad. Todos estos aspectos pueden ser estudiados y discutidos, pero lo
que generalmente es aceptado como eficiente para la curva de descenso es el Valor
Calórico Total y algunos resultados muy eficientes modificando o suprimiendo algunos de
los macronutrientes en la composición de las dietas, que se deberían en realidad a
mecanismos puestos en marcha por estas modificaciones que actuarían más sobre la
retención de sal (sodio) y agua que sobre la combustión de calorías y su real quema
(depleción) de las grasas del organismo. Otro aspecto importante a considerarse es el
fraccionamiento de la ingesta a lo largo del día, que también debe ser cuidadosamente
estudiado. En definitiva el criterio más aceptado por la mayoría de los investigadores
es el Valor Calórico Total de la dieta como elemento más importante, y no parece incidir
el mayor o menor fraccionamiento de las ingestas en la curva de descenso de peso. Pero si
existe un consenso generalizado entre quienes tratamos esta enfermedad que para que exista
un buen manejo del peso en la practica deberá existir una combinación de Dieta, Conducta
y Ejercicio, por supuesto adaptados a ese individuo y a su entorno más cercano la
familia.
CLINICA CORMILLOT MAR DEL PLATA
DIRECTOR: Dr. Abel MURGIO - MP 92191