Entrenamiento con pesas para las personas mayores
Existe en la actualidad un estudio que se realiza a nivel de todos los Estados Unidos para
determinar hasta qué punto es capaz el culturismo de ayudar a las personas mayores a que
puedan abandonar las residencias asistidas. Con el rápido incremento de la población de
más de 65 años en todo el mundo occidental, el envejecimiento se ha convertido en un
problema importante dentro del área de la salud pública. El nivel de enfermedades
degenerativas crece entre la población madura, y la carga social referida al cuidado de
salud para las personas ancianas se ha hecho crítica.
Los fallos físicos y la pérdida de función biológica en los ancianos se están
haciendo más recuperables. Nuevos estudios han demostrado que las personas que entrenan
envejecen más lentamente que la mayoría de la población. Tienen más resistencia,
trabajan más deprisa. Poseen mayor movilidad. Sus huesos son más fuertes, y se reduce
así el riesgo de fracturas debilitantes.
Con un gasto de tiempo muy reducido, la persona mayor de ambos sexos, puede mejorar
enormemente su calidad de vida, manteniendo una pérdida funcional mínima y pudiendo ser
independiente hasta sus últimos años. Una de las medidas mas importantes de la salud
pública en referencia a las personas mayores es el incremento de su actividad física.
Las personas que siguen entrenando pueden mantener un nivel máximo de rendimiento durante
30 0 40 años de su vida adulta. Los estudios efectuados sobre atletas maduros demostraron
que su rendimiento deportivo equivalía al de las personas de 25 años. Y aunque los
atletas tienden a entrenar con menos vigor a medida que van envejeciendo, las personas con
un promedio de media edad que comienzan a entrenar en serio muestran una respuesta que
disfraza perfectamente los efectos normales del envejecimiento.
La mayor parte de los estudios organizados han utilizado entrenamiento aerobio. AI basarse
en tales investigaciones, las conclusiones relativas a las gentes que se han estudiado
muestran que la práctica regular del ejercicio aerobio hacía más lenta la pérdida de
capacidad aerobia característica del envejecimiento. En esos estudios, se comprobó que
esa pérdida, entre las personas de vida sedentaria, se debía más a la inactividad que
al proceso de envejecimiento.
A pesar de los problemas cardiacos, la artritis y otras enfermedades, las seis mujeres y
los cuatro hombres participantes que se sometieron a un programa donde se buscaba
desarrollar los músculos de las piernas con ejercicios convencionales del entrenamiento
culturista, triplicaron la fuerza de sus piernas y aumentaron el tamaño muscular en un 9
por 100 a lo largo de un periodo de ocho semanas. Las 10 personas utilizaron máquinas de
extensiones de piernas, trabajando una pierna cada vez durante un periodo total de 45
minutos y a lo largo de ocho semanas. La mayoría de ellos adquirieron mayor movilidad,
otros dejaron sus bastones y otros caminaron mas rápido.
El estudio deja un campo abierto a la investigación de los efectos del entrenamiento con
pesas sobre adultos, ancianos y minusválidos.
A LOS 80 AÑOS, FIERROS
Para mantenerse en forma, los músculos deben trabajar regularmente en ejercicios de
fuerza. Esto es lo que recomiendan fisiólogos y médicos norteamericanos, según afirma
un reciente artículo de The New York Times. Dedicar 20 minutos diarios, tres veces por
semana al entrenamiento es una tarea que hasta personas de hasta 80 o 90 años pueden
intentar. La disciplina los ayudará a reducir sus riesgos de heridas o enfermedades y
mejorará su calidad de vida en general.
"mucha gente ha dejado de lado los ejercicios con aparatos porque tiene concepciones
errónas acerca de lo que le hace al organismo", escribe Jane Brody. El entrenamiento
de fuerza implica utilizar pequeños pesos o trabajar contra resistencias de tal modo que
uno pueda repetir el movimiento unas 10 ó 15 veces antes de que los músculos se cansen
tanto que no pueda continuar.
Además, este tipo de ejercicios físicos puede prevenir gran parte del deterioro muscular
que de otro modo ocurre inevitablemente a medida que se envejece, debido a que las
células gradualmente decrecen en número y tamaño.
El doctor Thomas D. Fashey, fisiólogo de la universidad del Estado de Californi en Chico,
subrayó que entre los 40 y 60 años, la persona normal pierde alrededor del 20 por ciento
de la masa muscular a menos que haga algo para evitarlo.
Además, agregó que hay menos conexiones entre los nervios y las células de los
músculos que ellos controlan, y que esto hace más difícil para el sistema nervioso
activarlos. "Son estos cambios los que nos roban la fuerza para subir escaleras,
correr un colectivo o prevenirnos de las caídas", dijo. Un estudio realizado en un
hogar de ancianos de entre 72 y 98 años demostró que tras 10 semanas de entrenamiento de
fuerza progresivo en la parte superior e inferior de las piernas se incrementaba su fuerza
en promedio de alrededor del 113 por ciento y mejoraba la velocidad de marcha y su
habilidad para subir escaleras.
Pero tal vez el punto de mayor persuasión para incrementar el porcentaje de músculo del
organismo es que el tejido muscular es metabólicamente mucho más activo que el tejido
graso. Esto significa que uno quemará más calorías, incluso en reposo.
Eso sí, una vez que se comienza, es necesario continuar trabajando si se desea mantener
los beneficios.