El mundo de Final Fantasy VII (llamado Gaia) es dominado económica, militar y políticamente por un poderoso conglomerado llamado la “Compañía de Electricidad Shin-Ra”, la cual obtiene sus ganancias extraer la Energía Espiritual del planeta (Mako) mediante enormes reactores situados en las principales ciudades del mundo.

A medida que la historia avanza, se revela que la fuente de la Energía Espiritual que se necesita para crear Mako es el Lifestream (llamado “Corriente Vital” en las traducciones oficiales al español), el cual es una corriente de energía que fluye dentro del planeta. La energía que se necesita para que cualquier organismo tenga vida proviene de ésta corriente, y cuando el organismo fallece, ésa energía, junto con las memorias y experiencias de su antiguo dueño, regresan al Lifestream. Esto significa que el Lifestream es la suma y fuente de toda la vida que jamás ha existido en el planeta, así como de toda la vida que existirá en un futuro. Por esta razón, el proceso de extraer ésta energía literalmente drena la vida del planeta para generar electricidad y, con el tiempo, resultará en la extinción del planeta.

Debido a esta posibilidad, los ejecutivos de Shin-Ra, quienes se preocupan por el caro proceso de refinar la Energía Espiritual y transformarla en Mako, están fascinados con la idea de la legendaria Tierra Prometida, un lugar que el presidente de la compañía cree es fértil con energía Mako natural que fluye a la superficie por su propia cuenta. De acuerdo a las leyendas, sólo una raza llamada Ancients (Antiguos o Cetra) tiene la capacidad de encontrar ésta tierra. Sin embargo, los Cetra se han extinguido por completo, exceptuando a uno de sus miembros: Aerith Gainsborough.

La ciudad de Midgar es una especie de municipio construido y operado por Shin-Ra. Es, además, la sede del Cuartel General de Shin-Ra y hogar de su Némesis, un grupo rebelde de eco-terroristas conocido como AVALANCHE (conformado por Barret, Biggs, Wedge y Jessie), quienes temen por la seguridad del planeta y desean acabar con Shin-Ra antes de que el daño hecho al planeta sea irreversible. Final Fantasy VII inicia cuando AVALANCHE contrata a un mercenario llamado Cloud Strife, quien dice ser un ex miembro de las fuerzas especiales de Shin-Ra, SOLDIER. En específico, se le ha contratado para ayudar en la destrucción de los ocho reactores de Mako situados en el perímetro de Midgar, pensando que su experiencia en Shin-Ra puede ser de ayuda a AVALANCHE en su misión.

Al principio, Cloud muestra poco, si no es que nulo, interés en la causa de AVALANCHE ya que, según él mismo lo dice, sólo está interesado en el dinero que se le está ofreciendo (que, a fin de cuentas no se le paga por completo… el bien que me hubiera hecho ése dinero extra…) Pero, eventualmente, Cloud descubre la relación entre las acciones nocivas de Shin-Ra y una misteriosa figura de su pasado: Sephiroth, un SOLDIER legendario que destruyó la ciudad de Cloud y acabó con la gran mayoría de sus habitantes. A medida que Cloud se involucra más y más en el multifacético conflicto entre Shin-Ra, AVALANCHE y Sephiroth, su propia identidad es cuestionada.

Además de Cloud y Aerith, hay otros siete personajes que el jugador puede “usar” o “llevar”. En orden de aparición éstos son Barret Wallace, líder de AVALANCHE; Tifa Lockhart, miembro de AVALANCHE y amiga de la infancia de Cloud; Red XIII, sujeto de pruebas de Hojo y protector de Cosmo Canyon, la villa donde se concentra la mayor fuente de información acerca del planeta y su funcionamiento; Yuffie Kisaragi, una ninja en busca de la solución para que su ciudad natal vuelva a ser tan esplendorosa como antes; Cait Sith, un gato mecánico que viaja sobre un Moogle gigante y resulta ser un espía de Shin-Ra; Vincent Valentine, un ex miembro de Shin-Ra cuyo pasado está estrechamente ligado a Sephiroth; y Cid Highwind, otro ex miembro de Shin-Ra cuyo mayor anhelo es viajar al espacio exterior. Debo mencionar que tanto Yuffie como Vincent son personajes secretos y opcionales, y si no se es meticuloso, se puede llegar a terminar el juego sin encontrar a ninguno de los dos.

Lo que todos los personajes de Final Fantasy VII tienen en común es el hecho de que, de una u otra manera, Shin-Ra ha afectado sus vidas – negativamente en la mayoría de los casos, siendo Cait Sith la única excepción. Todos tienen motivos personales para unirse a la causa de AVALANCHE, pero aún así, también tienen el bienestar del planeta como uno de sus objetivos principales. Cada uno de los personajes tiene por lo menos una característica que hace que se vuelva fácil identificarse con ellos – no son los típicos héroes inalcanzables sin debilidad alguna, lo cual ha sido una característica importante durante todos – o casi todos – los juegos de Final Fantasy que se han desarrollado hasta la fecha.

Una de las cosas que eleva el valor emocional de Final Fantasy VII es la muerte de uno de sus personajes principales: Aerith. De acuerdo con varias entrevistas de Tetsuya Nomura, nunca se planeó la resurrección de Aerith, como mencionan varios rumores. Su muerte, dice Nomura, fue planeada como una respuesta a todos los clichés de sacrificio dramático seguido por una resurrección; el asesinato de Aerith se diseñó para ser sorpresivo y trágico, algo no deseado por el personaje. Sin embargo, no se deja que su muerte sea en vano, ya que al ser una Cetra en el Lifestream, Aerith puede seguir ayudando a sus compañeros de viaje a pesar de que ellos no la puedan ver.

A medida que la historia avanza, el objetivo principal del juego pasa de ser el de detener a Shin-Ra, al de evitar que Sephiroth logre sus objetivos. Aquí entra un concepto clave dentro del universo de Final Fantasy VII: la Reunión de Jenova. El profesor Hojo tenía la teoría de que todas las células de Jenova tienden a intentar reunirse en un solo ser, sin importar lo alejadas que estén las unas de las otras ni dentro de quién se encuentren. Sephiroth, muy probablemente controlado por la voluntad de Jenova, planea reunir a todos los individuos que cuentan con células de Jenova dentro de su cuerpo para adquirir su energía y poder utilizar la magia de destrucción más peligrosa del mundo: Meteor (Meteoro). Su idea es crear una herida en el planeta tan grande como sea posible, para que cuando Gaia intente resarcir la herida utilizando el Lifestream, Sephiroth pueda fusionarse con toda esa energía y llegar a su objetivo final: ser un dios que viaje por el universo recolectando más Energía Espiritual.

 Cada personaje nuevo, aliado o enemigo, agrega una pieza más para resolver el rompecabezas que es Final Fantasy VII, pero también expande el tablero en el que se colocan dichas piezas, complicando más y más la trama. Y aunque se lleven a cabo todas las misiones secretas del juego y se ponga toda la atención posible a cada una de las explicaciones que en él se dan, siempre quedarán dudas sin resolver. Y, en ocasiones, una vez que una pregunta ha sido resuelta, dos o tres más saltarán a la vista. Es por esto que Tetsuya Nomura y Kazushige Nojima decidieron que era necesario crear más juegos, novelas y películas alrededor de Final Fantasy VII, lo cual, hasta el momento, resulta ser una buena decisión.

Dos conceptos importantes en Final Fantasy VII son la Materia y los Summons o Llamados. La Materia es un objeto redondo, creado cuando la energía Mako se condensa. Las esferas de Materia se colocan en espacios especiales en las armas y armadura de los personajes, habilitándolos para llevar a cabo hechizos mágicos o para ser capaces de realizar alguna acción extraordinaria. La Materia azul, en particular, les permite llamar a criaturas especiales que realizan hechizos y ataques elaborados contra los enemigos – o, en algunos casos, en beneficio de los propios personajes. Aunque, en Advent Children, una de éstas criaturas es enviada para pelear contra Cloud y los demás.

Algunos de los temas explorados en la historia incluyen el concepto de identidad, la naturaleza de la vida y la necesidad de auto-aceptación.

 

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