...Lo "prohibido" no es algo eterno; puede variar. También hoy cualquiera puede acostarse con una mujer si antes ha ido al sacerdote y se ha casado con ella. En otros pueblos es de otra manera. Por tanto, cada uno de nosotros ha de encontrar por sí mismo lo "permitido" y lo "prohibido", con respecto a su propia persona. Se puede no hacer nunca nada prohibido, y ser, sin embargo, un perfecto bribón. Y al contrario.

Probablemente es una cuestión de comodidad. El que es demasiado cómodo para pensar por su cuenta y erigirse en su propio juez, se somete a las prohibiciones, tal como las encuentra. Eso es muy fácil. Pero otros sienten en sí su propia ley: a esos les están prohibidas cosas que los hombres de honor hacen diariamente y les están permitidas otras que normalmente están mal vistas. Cada cual tiene que responder de sí mismo.

 

Fragmento extraído del libro de Herman Hesse, "Demian", año 1918.

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