El viento y el Sol
Una mañana, a principios del otoño, iba Luis caminando
rumbo a sus quehaceres cotidianos. Era un día muy especial para él, pues la noche
anterior su madre le había regalado un poncho nuevo. Un poncho nuevo era cosa poco común
para tan humilde campesino. El Viento y el Sol observaban con atención como Luis vestía
con cariño su preciado obsequio y decidieron hacer una apuesta: El viento comenzó a soplar sin hacer mayor esfuerzo, pues con su majestuosa fuerza
lograría pronto su cometido. Pero para su decepción, Luis se aferraba cada vez más a su
abrigo. El Viento sopló con más fuerza que nunca, hasta casi derribar a su víctima,
pero el poncho seguía aún ceñido a su dueño. Cansado y frustrado el Viento dijo con resignación: - Dejemos esta apuesta
absurda, será imposible despojarlo de su poncho. Sin mencionar palabra el Sol comenzó a dar su calor a espaldas de Luis, quien con
una sonrisa se sacó inmediatamente el poncho y bien doblado lo llevó al hombro el resto
del camino. |