�Yo ya no soy m�s ese que
se bate con las r�fagas y ya no soy aquel que se mueve desvergonzadamente, Impune permanezco ante la gran cobija negra Que envuelve mis temores, Y solamente soy todo lo que temo Y temo todo lo que soy, Mi fuego parece el de otro Ya no me quema con escarlatas Ni me azota con latigazos rojos, Mis luces gu�a se apagan a sus anchas Y la oscuridad me ciega a sus antojos , Mis lazos se atan al suelo Y mis caminantes avanzan sin mi, Estoy colapsando mis sue�os Y haci�ndolos pesadillas rojinegras , Mientras mis �ltimas visiones se estrellan contra el cenit, No creo sobrevivir El gran enmascarado negro me ha vencido� Animados por las voluminosas aventuras que pod�an vivir juntos se miraron fijamente por �ltima vez como aceptando el destino impuesto. El lince rojo mir� la figura magn�nima del lince pardo y pareci� decirle con la mirada...: �Buscas incesante una respuesta Buscas entre la maleza y lo rec�ndito, Buscas eso que no ves, que existe, Que est� ante tus ojos y no logras capturar , Que en sue�os se revela y te somete, Que arde m�s que cuando rasgas tu velo al alumbrar , Y calma tempranamente el dolor de castrar, Es una carga muy pesada... Que te devuelve tu aliento despu�s de copular , Que solo dura unos cuantos momentos de fascinaci�n , Y despu�s volver�s por m�s, Siempre por m�s. Hasta que te destruir�s...� Finalmente el lince pardo baj� su mirada y desapareci� del cuadro dejando atr�s una camada de sue�os inso�ables y v�ctimas apartadas .El lince rojo permaneci� en silencio ,a solas. Ya no estaban los �rboles .Ya no estaba el tiempo .Solo se qued� ah� para respirar lo que quedaba del cielo y acampar imperecedero con sus ganas. �Tantas veces he roto tu secreto que no me he permitido escupir mi necedad, Tantas noches he sido tu alimento Que no me he dejado disfrutarte en saciedad, �Castidad para los desprevenidos y carne para los hambrientos! Dec�an los puritanos, Yo ya estoy en otra nube, La del encadenamiento de los cuerpos, Marcando el punto donde va la flecha, Y mordiendo con mis dedos la canci�n del desenfreno� -Inspirado en Se Li Wo- |
Fr�o. La nieve ha copado todos los escondites negros. No hay m�s que una apesadumbrada y p�lida oscuridad. Es �poca de cobija. Es la era de los jugueteos. Para unos es tiempo de prepararse para dormitar largamente. Para otros es tiempo de cacer�a. De apareamiento... Una oscura noche el silencio llenaba los espacios del bosque .Ni las hojas se estrujaban .Ni el agua de los p�talos cantaba .All� ,donde no hay parajes ni equis marcadas , donde cada sombra busca su descanso. De un enmara�ado sitio se acercaban dos luces rojizas. Potentes como el rayo y fogosas como el fuego. Se mov�an r�pido ,mucho antes de que se pueda pensar ya estaban posadas sobre el cielo descubriendo sus misterios .Lo observaban a solas . Meditabundos. Tristes . Calmados. De pronto se acerc� el brillo de la noche y dej� descubrir una figura imponente .Era el animal m�s bello de los bellos y el m�s fiero de los fieros .Pero tambi�n era el m�s solitario .Era el lince rojo. Hab�a regresado al mismo sitio de hace cinco a�os . Se detuvo a mirar .A percibir el aroma c�lido y l�gubre que sol�a gustarle .Se dej� acariciar por el viento y alimentar de silencios .A pesar de su inmensa soledad ,se sent�a pleno ,lleno y sobretodo...vivo .No tard� mucho en darse cuenta de que estaba siendo observado por unos ojos incapaces de ser descubiertos .Lo estudiaban . Ve�an sus movimientos ,sus jadeos ,su maldad ,su deliciosa maldad .Hasta que finalmente se encontr� cara a cara con otro depredador .Otro esbelto y turbio animal que lo acechaba .Ambos se miraron .Dieron vueltas en c�rculo observando cada detalle de sus perfectas costuras .Ambos cargaban con el peso de sus estrepitosas sombras . Ambos se sintieron despojados de sus espacios ,de sus disfraces .El otro lince era pardo y ,al igual que el rojo ,ten�a ligeros magullones de su agitada vida y los exhib�a como trofeos de cacer�a . Pero su soledad no era tan voluptuosa y s�dica como la del lince rojo .Era m�s bien tenue ,c�ndida ,de esas que vienen a ratos . El lince rojo ,en cambio ,era un felino que iba de v�ctima en v�ctima con suma facilidad ,con exquisita frialdad y sin ning�n tipo de verg�enza ni desenfado . Le daba lo mismo devorar una ardilla tierna que un caballo negro azabache o acabar con un pavo real y saltar sobre un mont�n de reptiles hambrientos .Es un animal muy impetuoso ,irascible y a la vez manso y calmado. Son dos seres en uno buscando adue�arse de una vida .Son el d�a y la noche y lo que hay despu�s . El gran lince pardo empez� su acostumbrada danza del cortejo mientras el lince rojo permanec�a inmutable ,ajeno ,quieto ,perdido en su propio mundo a�orando otro desd�n .Otra cacer�a .El lince pardo se detuvo a escuchar los pesares del rojo y �ste le confes�: �Mientras dilatas mis ganas, yace mi cuerpo agazapado como un carn�voro al acecho de la presa , que no muestra ning�n obst�culo pero tampoco ning�n miedo. Te veo moverte zigzagueante como estudiando los latidos de mi ardor, Esperando, y buscas con tu entrega Desarmar mi armadura y desafiar mis est�mulos. T� eres la presa que dej� de serlo. T�, mal�vola, te conviertes en cazadora Y te lanzas al precipicio de las turbulencias �Pero acaso no concibes que para poseer un demonio debes caer hasta convertirte en uno? �Que cuesta una vida salpicada de lactantes vertiginosos y plasmados de calambres fatuos!� Fue tan denso que el lince pardo solo atin� a mirar al rojo esperando ser atendido. Pero un silencio infeccioso aisl� el bosque y una sombra negra rode� al lince rojo .�Hasta el eco de las emociones sucumbir�a ante fatal enemigo! Era uno de esos extra�os d�as en que el sacud�n del silencio se llevaba todo .El lince no pod�a permanecer all�. No pod�a pertenecer a nadie m�s que a s� mismo. Era el peligroso encuentro con la desolaci�n que colma de furiosa lujuria a los desterrados, a aquellos entes desprotegidos. |
RITUALES DE INVIERNO |