La amiga de las liras vive desterrada del clero regular. Ant�tesis del �ngel Miguel. Tunante ser. Mezcla diab�lica entre la pureza y las visitadoras. Mi p�ndola la pudiese herir. Pendenciera. Pecaminosa: Trovadoresca. Enemiga de las clarisas. Dios le neg� el paso. Penetrante perspicacia y m�rbida cordura. Escondido entre las nubes observ� su figura menuda. Blusa de muselina que se prend�a de sus senos. Ni estas altas nubes negras me oscurecen su imagen. Nunca se pondr� un exigente trousseau. Todo lo hace bajo un severo silencio. Si no recuerdo mal sol�a ser una esp�a del III Reich en la antigua Rusia. Ella es todo lo que un hombre de Ca�n desea. En mis temporadas infernales ella fue mi lar. A�n as�, mi p�ndola la pudiese herir. -mayo 7, 2001- |
A Di (to a friend) |
De un cruel lamento cotidiano el peso monstruoso de una vida, miras y te vitorean, de noche te se�alan. Asientas. Callas. Grande es tu miedo mujer. Enorme es tu fuerza mujer. Contradictoria. Que todo acabe de un chasquido. Extra�ar�as tus pasos. El cielo es parte de la meta. Todo empieza como un juego y terminas como una pieza del tablero. M�rtir. Esa es tu ilusi�n. Ese es tu karma. Esta es tu vida. Bendecida y condenada. Como los poetas precoces que mueren antes de clamar al alba. Mujer. M�stica. Misteriosa. Magn�nima. -Abril 26, 2001- |
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