Tratamiento
de Lesiones Agudas
Alejandro
Araujo
1)
Síntomas
2) Procedimientos a Seguir
3)Tratamientos Recomendados
4)Rehabilitación
5) Cómo Evitar Lesiones
En
el transcurso del Seminario de Pto. La Cruz en Mayo de 2002, con los Senseis
Yamada y Sakanashi, sufrí una lesión a una pierna que me impidió
participar en la mayor parte del Seminario.
Los días sucesivos al accidente constituyeron un verdadero seminario
de aprendizaje sobre la naturaleza y tratamiento de desgarramientos musculares,
que es lo que me aconteció.
Me gustaría
compartir mi experiencia con ustedes, con la esperanza de que en caso de encontrase
en una situación similar tengan una idea más clara que la que
tenía yo sobre los procedimientos correctos a seguir. Tal vez lo segundo
más desagradable de esta experiencia (luego de no poder entrenar por
un período más o menos prolongado) es la angustia de tener que
decidir entre una variedad de instrucciones médicas contradictorias,
algunas de las cuales fueron francamente alarmantes.
1) Síntoma:
Yo estaba de pie, en posición de hanmi con la pierna izquierda hacia
adelante. No estaba haciendo ningún movimiento particularmente complicado
o violento; simplemente estaba parado en hanmi.
Repentinamente sentí un fuerte golpe en el medio de mi pantorrila derecha;
exactamente como recibir una pedrada o un perdigonazo por detrás. El
dolor fue intenso y concentrado en el "punto de impacto", como si
me hubiran "sacado el gato", y luego de eso no pude apoyar el pié
derecho en el tatami.
Desde entonces he aprendido que esa sensación de un golpe o latigazo
repentino es un indicador típico de un desgarramiento muscular. En
efecto, las fibras elásticas del músculo propinan un latigazo
al romperse, exactamente igual que una liga de goma que se revienta.
En el momento de sufrir la lesión, recibí una variedad de consejos
bien intencionados, pero contradictorios, sobre la mejor manera de tratar
el daño.
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Por suerte, la mayoría de los expertos en traumatología si están
de acuerdo sobre los:
2) Procedimientos correctos a seguir en caso de desgarro
muscular y otras "lesiones agudas"
Siempre que se sufra algún tipo de lesión aguda en un ámbito
de actividad física (desgarre muscular, esguince, fractura, impacto,
etc), los procedimientos de primeros auxilios son los mismos. Uno de los traumatólogos
que consulté me dio unas siglas en inglés que permiten recordar
el tratamiento de emergencia.
R.I.C.E
Rest = descanso o inmovilización
Ice= hielo
Compression = compresión
Elevation = elevación.
Según los expertos, la primera prioridad es evitar que se extienda
o empeore la lesión, por lo tanto es necesario cesar la actividad e
inmovilizar la zona afectada. Luego se debe evitar que la lesión sangre
demasiado y se produzca un hematoma más grande que lo absolutamente
necesario. Para esto se aplica hielo (unos 20 minutos de hielo por cada hora),
y dentro de lo posible, compresión tolerable de la zona afectada. De
ser posible, hay que elevar el miembro herido por encima del nivel de la cintura,
para evitar la hinchazón.
En estas circunstancias el calor está contraindicado, ya que el calor
contribuye a la dilatación de los vasos sanguíneos, y por lo
tanto el incremento del sangramiento en la zona afectada, lo que significa
hematomas más grandes y tiempos de recuperación más lentos.
(Debo acotar que algunos compañeros bien calificados, ofrecieron prestarme
su experiencia en lesiones deportivas para vendarme la lesión, a manera
de permitirme continuar con la presentación del examen. Yo les agradezco
profundamente la oferta y la buena intención, y no dudo que en la mayoría
de los casos, sus procedimientos son efectivos. Sin embargo, el sensei no
quiso correr el riesgo de agudizar la lesión. Los traumatólogos
consultados son de la opinión que, de haber aceptado esa opción,
existía la posibilidad de que la lesión se hubiera complicado
seriamente.
Es importante resaltar que la opinión de los traumatólogos tiende
a ser mucho más conservadora que la de los fisioterapeutas, especialmente
la de los terapeutas dedicados a la fisioterapia deportiva. Esto no habla
mal ni bien de los médicos ni de los fisioterapeutas. Simplemente son
formas distintas de atacar un problema - y es importante estar al tanto de
esta diferencia de opiniones al decidir qué curso queremos seguir.
Cuando las instrucciones de un fisioterapeuta bien calificado se siguen al
pie de la letra, es poco probable que se agudicen las lesiones, y por lo general
se logran tiempos de recuperación total mucho más rápidos.
Lo importante es evaluar cuidadosamente las opiniones de profesionales de
nuestra confianza, y seguir sus recomendaciones al pie de la letra. En cualquier
caso, nuestra recomendación es que, en un ambiente informal o de seminario
(es decir, fuera de un consultorio), por favor, los compañeros fisioterapeutas
ofrezcan dichos procedimientos con cautela. Igualmente, aquellos afectados
acepten también dichas ofertas con cautela, y a sabiendas de que podría
haber un riesgo de tornar una situación delicada en un problema muy
severo. A menos que sea absoluta y completamente necesario, la mejor opción
es la conservadora: no mover más el miembro lesionado hasta obtener
un diagnóstico definitivo.)
Finalmente, hay que obtener atención profesional experta lo más
pronto posible.
Por otra parte, en este punto puede ser se complican las cosas...
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3) Tratamientos Recomendados
Consulté a una variedad de médicos y expertos en los campos
de fisiatría y traumatología. Entre estos, fui a consulta con
un fisiatra y tres traumatólogos, cada uno con una opinión distinta,
y tratamientos en algunos casos directamente contradictorios.
Dos cosas quedaron
bien claras de estas visitas. a) Un buen experto debería ser capaz
de determinar, con un examen táctil detallado, si hay ruptura de tendón
o no. b) Si hay ruptura de tendón, la única opción es
una intervención quirúrgica de urgencia. Esa es una lesión
sumamente seria.
Aparte de eso, recibí tres recomendaciones distintas:
Opción I: Operar.
El primer traumatólogo solicitó una resonancia magnética
(Bs. 100.000 con resultados el mismo día), para determinar con exactitud
la magnitud del daño. Otros médicos no pensaron que esto fuera
indispensable, pero en cualquier caso la certeza no viene mal.
Este mismo médico fue de la opinión que, aunque no había
ruptura del tendón de aquiles (como pudo suceder en el caso de mi lesión),
ni separación de los músculos afectados, debía operarme.
Su propuesta implica una operación sumamente compleja que reconstruiría
y reforzaría los músculos rasgados, para garantizar que esa
zona no se volvería a rasgar en el futuro. Esto implicaría 12
semanas de inmovilización completa de la pierna, con dos tipos distintos
de enyesado, además de una gran herida en la pantorrilla. Luego seguiría
un período prolongado de fisioterapia, para devolver tonicidad y elasticidad
muscular.
También recetó anti-inflamatorios en grageas y en crema, aplicación
de calor, y reposo absoluto para la pierna. Sólo podría movilizarme
utilizando muletas del tipo "bastón Canadiense".
Todos los otros expertos consultados concidieron con que, para el tipo de
lesión que yo presenté, no es necesario operar.
Opción II: Inmovilización simple.
El segundo traumatólogo recomendó colocar un yeso o férula
(medio yeso removible- Bs. 54.000),para inmovilizar la pierna en "posición
equina" (dedos apuntando hacia abajo), por tres semanas. Esto sería
seguido por un período de fisioterapia para recuperar la movilidad
y masa muscular perdida durante el tiempo de enyesado. Este médico
también recetó anti-inflamatorios, y movilización con
muletas, aunque del tipo tradicional triangular, y NO del tipo bastón
Canadiense, que él considera poco seguras.
Opción III: reposo e inmovilización voluntaria:
El último traumatólogo es de la opinión (compartida por
otros expertos consultados), que los desgarres musculares básicamente
sanan solos, y que las únicas ocasiones cuando se justifica operar
es en caso de ruptura del tendón o separación de los músculos.
Según este médico, colocar un yeso o producir inmovilidad total
es contraproducente, ya que se produce un "cayo" linear, que interfiere
con la elasticidad muscular luego que el músculo ha sanado. En su opinión,
un cierto grado de movimiento es deseable, para producir una cicatrización
no-linear, que contribuye a que el músculo restituido sea más
elástico y resistente. Por lo tanto este médico no recomienda
el uso de ningún aparato inmovilizante. En cambio, él sugiere
que se mantenga el miembro afectado en reposo, aplicándole compresión
leve.
En mi caso, me recomendó que utilizara una media antivárices,
que proporciona la compresión adecuada. En su opinión, el calor
está contraindicado. Así mismo, él no recomienda la aplicación
de cremas ni pomadas, con la excepción de cremas humectantes para la
piel.
En el caso de mi lesión, el doctor me permite manejar distancias cortas
-cosa que los otros médicos prohibieron absolutamente.
No debo permanecer de pie por tiempo prolongado, y puedo caminar utilizando
zapatos con suela de goma, y muletas tipo "bastón Canadiense",
que en su opinión son las mejores. Se recomienda una dieta sin sal.
Luego de 2 semanas, aproximadamente, puedo hacer ejercicios muy leves de estiramiento
del tendón de aquiles. Luego de 4 semanas, poner peso sobre la pierna,
a tolerancia, y hacer ejercicios activos con la ayuda de un elástico
"Theraband".
Después de 6 a 8 semanas, puedo hacer ejercicio activo con carga de
peso, y más o menos reanudar mi entrenamiento normal de aikido.
Cada uno de los médicos consultados es un profesional bien establecido,
con recomendaciones y una reputación reconocida en su campo. Cada uno
presentó argumentos firmes y convincentes para justificar sus recomendaciones.
Probablemente al final de cualquiera de los tres métodos de tratamiento,
el músculo afectado funcione igualmente bien.
Por una variedad de razones, incluyendo mi intuición, costos, y la
coincidencia con la experiencia de otras personas, yo decidí acatar
las recomendaciones del último traumatólogo consultado. Además,
decidí reforzar el proceso de sanación con la aplicación
de acupuntura.
Mi recomendación personal para ustedes, en caso de sufrir una lesión
similar, es: busquen con prontitud la opinión de por lo menos dos o
tres médicos de confianza, y no incurran en gastos fuertes ni en tratamientos
definitivos hasta haber escuchado todas las opiniones.
Luego guíense por su intuición, y por la opción que les
parezca más razonable.
Recuerden que una operación es un procedimiento complejo, altamente
invasivo, que implica ciertos riesgos y que debería dejarse sólo
para última opción.
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4)
Rehabilitación:
Durante el proceso de rehabilitación que seguí posterior a la
lesión, aprendí una cantidad de otros detalles concernientes
a los desgarros musculares y su tratamiento.
Varios de los expertos consultados coinciden en que, para nosotros los practicantes
de Aikido, el mejor curso a seguir es utilizar los servicios de un buen fisiatra
o fisioterapeuta especializado en la rehabilitación de lesiones deportivas.
Las técnicas utilizadas por dichos profesionales son más agresivas
y activas que las usadas por terapeutas que trabajan con pacientes más
sedentarios. Los terapeutas deportivos comienzan a movilizar y ejercitar los
músculos afectados dentro de períodos de tiempo en los cuales
muchos traumatólogos aún tienen a sus pacientes enyesados. Prescriben
hielo o calor (enfoques varían de acuerdo con el entrenamiento del
terapeuta), ejercicios controlados, manipulación de los miembros afectados,
y la utilización de equipos de gimnasia. Algunas otras técnicas
incluyen estimulación con electrodos, hidroterapia, natación,
etc.
En mi caso, el
proceso de rehabilitación fue más bien conservador. Comencé
la fisioterapia luego de 10 días de reposo, y las primeras sesiones
se limitaron a la aplicación de calor con estimulación por electrodos,
y aplicación de ultrasonidos. Además intercalé una sesión
de acupuntura semanal por las primeras tres semanas. Luego de la primera semana
de fisioterapia abandoné las muletas, ya para la segunda semana me
indicaron una serie de ejercicios de estiramiento. Para la tercera semana
ya los ejercicios son más agresivos, pudo caminar con casi completa
normalidad, y tengo autorización para participar en los ejercicios
de calentamiento en el dojo. Probablemente en una o dos semanas más
logre integrarme a clases, con suavidad inicialmente.
En total, el período de recuperación me tomará poco más
de un mes; un poco más de lo que tomaría bajo un régimen
agresivo bajo terapia deportiva, pero bastante menos de lo estimado por la
mayoría de los traumatólogos tradicionales.
5) ¿Cómo evitar este tipo de lesiones?
La única recomendación universal es: calentar cuidadosa y concienzudamente
antes y después del entrenamiento. Una buena rutina de estiramiento
es la mejor prevención aunque de ninguna forma garantía absoluta-
de este tipo de lesiones. Esto implica que en situaciones en las que se llega
tarde a clase, o se entra a algún seminario donde las sesiones de calentamiento
son breves, es importante tomarse el tiempo para calentar individualmente
antes de entrar al tatami. Recuerden que la etiqueta de dojo dicta que este
tipo de actividad debe realizarse fuera del área del tatami, preferiblemente
fuera de vista del Sensei y los otros participantes que ya están en
el tatami.
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