LA
ERA MONTINIANA
IMPORTANTE: La inclusión de este texto no
indica nuestra adscripción al sedevacantismo
Por el licenciado Wulfrano Ruiz Sainz.
Estamos viviendo en
carne propia la Era Montiniana. El Rev. P. Joaquín Sáenz y
Arriaga, S.J., en 1970, con la publicación de su libro "LA
NUEVA IGLESIA MONTINIANA", puso el dedo en la llaga cuando
denunció que el entonces "Papa" Paulo VI en realidad no
era Papa, sino un judío infiltrado disfrazado de Papa.
Es como si Caifás
o Anás, de haber vivido en nuestros tiempos, se quitaran el Efod
y el Pectoral del Juicio judíos y en su lugar se vistieran la
Sotana y llevaran un Crucifijo al cuello. Es decir, que a pesar de
la indumentaria, ellos seguirán siendo no Papas Católicos, sino
judíos miembros de la Sinagoga de Satanás. A este respecto, el
Apocalípsis del Apóstol San Juan (II-9), dice: "Sé tu
tribulación y tu pobreza, si bien eres rico en gracia y santidad;
y que eres blasfemado de los que se llaman judíos, y no lo son,
antes bien son una sinagoga de Satanás".
Y ya en nuestros
tiempos, Malachi Martin, en su libro "WINDSWEPT HOUSE"
(CASA BARRIDA POR EL VIENTO), dice que el 29 de junio de 1963, el
día anterior a la coronación de Paulo VI, en el Vaticano se
celebró una "misa" negra en la cual Satanás fue
entronizado. Añade Malachi Martin que ésta fue la coronación
del Anticristo cuyo reinado empezaría al día siguiente. ¡Y ya
empezó! ¿Cómo? Simplemente se reanudó el Concilio Vaticano II:
el mismo que hizo APOSTATAR a la Iglesia. A este propósito
pensamos que la Apostasía de la "Iglesia" se produjo
por etapas y por niveles.
La primera etapa
fue en 1958 a nivel papal, cuando muere S.S. el Papa Pío XII (el
último Papa católico de la historia), y entra a ocupar la silla
papal Angelo Roncalli, mejor conocido como Juan XXIII o "el
papa bueno" (aunque en realidad era un masón infiltrado). La
segunda etapa fue en 1965 a nivel episcopal, cuando la totalidad
de los obispos de todo el mundo acepta e impone en sus diócesis
los apóstatas decretos del Concilio Vaticano II que contradicen
casi dos mil años de la Tradición y Magisterio Papal Católico.
La tercera etapa fue en 1969 a nivel sacerdotal, cuando prácticamente
la totalidad de los sacerdotes en el mundo entero aceptó el Novus
Ordo Missae de Montini, es decir, la Nueva Falsa Misa de Paulo VI,
la cual no sólo no efectúa la Transubstanciación, sino que es
una burla o parodia o remedo simiesco de la Verdadera Santa Misa
Católica que San Pío V impuso para siempre. En relación con
esto, debemos decir que una insignificante minoría, menos del
0.001%, de los sacerdotes se opuso y resistió la Abominación de
la Desolación de Montini. Entre éstos cabe mencionar al R.P.
Benjamín Campos, S.J., R.P. Joaquín Sáenz y Arriaga, S.J., R.P.
Esteban Lavagnini, R.P. Feliciano Chávez Nolasco y el R.P. José
Payá, S.J.
La cuarta etapa fue
a nivel masa popular en 1976 cuando prácticamente la totalidad de
la feligresía montiniana (seguidora de Montini), integrada por
unos mil millones de obedientes ciegos, aceptó el nuevo e inútil
ritual montiniano que no produce la Gracia Divina, por una parte,
y por la otra dicha feligresía se dedicó a idolatrar a Juan
Pablo II (otro falso "Papa"). En relación con esto,
debemos decir que una insignificante minoría, menos del 0.001%,
integrada por laicos creyentes fieles a la Tradición de casi dos
mil años, se opuso y resistió esta Traición Iscariota.
Estos son los
hechos. Mas surge la pregunta: ¿Saldremos de esta crisis? ¿Hay
esperanza? Consideramos que el Apóstol San Pablo tiene la
respuesta en su Segunda Carta a los Tesalonicenses, Capítulo II,
Versículos 1-3, quien dice así: "Entretanto, hermanos, os
suplicamos por el advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo y de
nuestra reunión al mismo, que no ... os alarméis ... como si el
día del Señor estuviera ya muy cercano ... porque no vendrá
este día sin que PRIMERO HAYA ACONTECIDO LA APOSTASIA, casi
general de los fieles ...."
Así, pues, estamos
en la Era Montiniana, es decir, en tiempos de la Gran Apostasía
profetizada por el Santo Apóstol, en que mil millones han
abandonado la Fe Católica, la Fe del Concilio de Trento, la Fe
que salva (fuera de la cual no hay salvación). En estas
condiciones duele ver a tantos sin Sacramentos. Los responsables
de esta tragedia sobrenatural son los integrantes de la jerarquía.
Así como Anás y Caifás apartaron al pueblo judío de Nuestro Señor
Jesucristo, ahora Paulo VI y Juan Pablo II han apartado al pueblo
del Camino de Salvación. Debemos, pues, concluir que, estando
consumada la Apostasía final, EL DIA DEL SEÑOR ESTA YA A LA
PUERTA.
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