LOS PRIMEROS TIEMPOS DEL FORMATIVO EN EL VALLE DE CATAMARCACONTROL DE CUENCA, MANEJO HIDRÁULICO Y USO DEL ESPACIO, Un caso de estudio: SITIO EL TALA (DPTO CAPITAL CATAMARCA)

PUENTES Hugo Alejandro

Escuela de Arqueología. Universidad Nacional de Catamarca (UNCa).-


Introducción

El presente trabajo tiene como objetivo analizar los cambios operados en un ámbito geográfico particular de la provincia de Catamarca, inmersos en una línea de investigación que intenta indagar sobre las particularidades del uso del espacio y los sistemas de producción, dentro del proceso socio-cultural del N.O.A., con especial énfasis en el Valle Central. Se dan a conocer los resultados de los trabajos que venimos realizando desde 1996 en "Sitio El Peñón" de la Quebrada del Tala, un sector ubicado en los contrafuertes del cerro Ambato-Manchao, donde se relevó en detalle, y analizó un grupo de construcciones arqueológicas que se componen de un sistema de contención constituido por muros para aterrazar los terrenos con finalidades agronómicas, asociados a otros que constituyen recintos de viviendas y estructuras para control de torrentes y manejo del agua. La cerámica obtenida en las excavaciones se corresponde con los tipos Aguada detectados para el resto de la Quebrada del Tala y Valle Central, este trabajo forma parte del proyecto "Arqueología del Ambato-Manchao y Valle de Catamarca" dirigido por N. Kriscautzky, financiado por Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Catamarca.


El Valle de Catamarca

La depresión tectónica conocida como Valle Central, se encuentra flanqueada por las cadenas montañosas de Ancasti y Ambato; ambos los más importantes elementos orográficos de la región, que pertenecen a la unidad morfoestructural de las Sierras Pampeanas las cuales ocupan el centro y sur de la provincia; región geológica de gran importancia por su gran extensión e influencia ambiental. Las condiciones climáticas conforman un ambiente árido, cuyo rasgo fundamental es su gran continentalidad. En la sección intermontana, el clima es menos riguroso debido a la manifestación de topoclimas que se ven favorecidos por el aumento de las precipitaciones provocadas por los vientos provenientes del Este, que en su recorrido hacia el Oeste van perdiendo la humedad que transportan, depositándose en las altas cumbres antes mencionadas. Las precipitaciones son escasas, alcanzando valores de 350 mm. anuales por la existencia de una marcada estación seca (invierno). La hidrografía de la región se reduce a un caudal propio (cuenca endorreica), cuyos cursos de agua son pobres y desigualmente distribuidos. La mayor concentración fluvial es la del Valle, cuyos ríos se forman por la contribución de colectores en varias sierras vecinas entre sí. El Río Los Puestos-del Valle es el principal colector de aguas, cuyos afluentes provienen de la ladera occidental del Ambato. El Arroyo del Tala es otro río que nace en la ladera occidental de Ambato; provee de agua a la Ciudad Capital. La vegetación dominante corresponde a la Provincia Fitogeográfica Chaqueña y según la porción de valle que se trate al Chaco Serrano (Cabrera 1976, Morlans 1995): cubre la cima y faldeos oriental y occidental de las sierras Gracianas, El Alto-Ancasti, hacia el Este, y las cumbres y laderas de las sierras de Fariñango, sierras de Ambato y Humaya, al Oeste, entre otras; Chaco Árido (Cabrera 1976, Morlans 1995): se extiende por todo el valle y piedemonte de las sierras que lo enmarcan, abriéndose hacia el Sur y Sudeste hasta trasponer los límites provinciales, la comunidad clímax de este distrito corresponde a un bosque abierto de quebracho blanco y al Chaco Semiárido (Morlans, 1995): se extiende al naciente de la sierra de Ancasti, desde el límite con la provincia Tucumán, continuándose en Santiago del Estero, su comunidad clímax es el quebracho colorado santiagueño y el quebracho blanco. Hay algunas pequeñas áreas pertenecientes a la provincia de las Yungas, que penetra por las quebradas de los ríos que bajan de Ancasti, llegando hasta el mismo piedemonte, en La Merced, Balcozna, La Higuera, y numerosas quebraditas con microclimas.


Antecedentes

Las primeras menciones sobre restos arqueológicos en el Valle Central, las encontramos en un trabajo de Larrouy (1914); transcurren 10 años hasta que Quiroga (1924) menciona nuevamente la existencia de estructuras indígenas. Quiroga A. (1931) describe la existencia de representaciones aborígenes en roca en el Dpto. Capayan (registradas anteriormente por Boman en 1916) (Quiroga A., 1931: 144, 145). Pero es Ardissone quien destaca la importancia que tuvieron las estructuras indígenas realizadas para modificar la topografía de las empinadas laderas de las quebradas (Ardissone, 1941: 93, 94). Transcurren un par de años hasta que en 1941 amplia sus investigaciones en la localidad de Las Juntas (Ardissone, 1944: 92, 117). Barrionuevo (1972) en sus investigaciones en el departamento Fray Mamerto Esquiú describe estructuras arquitectónicas de variadas formas, pinturas rupestres y cerámica que para el autor integrarían el patrimonio de la cultura Aguada (Barrinuevo, 1972 M.S.). Las investigaciones arqueológicas se intensifican a partir de 1981 con una serie de prospecciones realizadas por Kriscautzky en los departamentos Capayan, Ambato y Capital en proximidades de la ciudad de San Fernando; en las que detecta la presencia de numerosos yacimientos de gran importancia. En 1991 publica los resultados de las excavaciones de un sitio ubicado en la Ciudad Capital el que correspondería a una fase de Aguada. Un año más tarde encara un proyecto que lleva por titulo "Arqueología y Generación de Recursos con la Puesta en Valor Turístico de las Ruinas Rescatadas por las Excavaciones", para lo cual selecciona un sitio de entre los numerosos detectados, que le serviría de nexo entre investigación científica y la generación de recursos (turismo). Asigna los restos al Período Aguada, pero observa algunas diferencias en lo que respecta a la cerámica, sistema constructivo y emplazamiento de las construcciones (Kriscautzky, 1992: 201, 212). También en el mismo año Haber ofrece un panorama de la distribución y emplazamiento de las variadas estructuras y sitios arqueológicos detectados en la porción austral del cerro Ambato y sudoeste del Valle Central los cuales asimila a la cultura La Aguada (Haber, 1992: 71, 83). En 1995 Kriscautzky publica los resultados de la ampliación de las prospecciones en el cerro Ambato, seleccionando los sitios Aguada más significativos en los que observa recurrencia en cuanto a la planificación, materia prima, arquitectura y adaptación a la configuración general del terreno. También, determina que las estructuras existentes en el valle son contemporáneas, asignándolas a la cultura La Aguada con fechados entre 1770 A.P. y el 1480 A.P.(Kriscautzky, 1995: 65, 82). En 1996 Togo y Kriscautzky presentan las evaluaciones de las investigaciones que han desarrollado en numerosos sitios del Sur del Valle Central, los cuales presentan distinto emplazamiento, sistema constructivo, uso y función. En lo referente a la cerámica, esta evidencia distintas manifestaciones, en la cima y faldeos de los cordones montañosos la cerámica es asignada a Aguada y sus variantes tipológicas; y en las partes bajas del valle predomina cerámica de los tipos Portezuelo; la construcción de las viviendas en estos últimos era con paredes de adobe (Togo y Kriscautzky, 1996: 479, 482). En 1997 Kriscautzky da a conocer los avances de las investigaciones relacionadas con las estructuras existentes en el valle y vinculadas con el trabajo y producción de la tierra, manejo y uso de agua para riego; lo que evidenciaría en época de Aguada un sistema estructurado de organización política (Kriscautzky 1997 M.S.). En el mismo año junto a Togo, presentan sus apreciaciones con respecto a las comparaciones realizadas con los registros arqueológicos provenientes de sitios Aguada del Depto. Pomán y Valle de Catamarca, señalando que existen notables diferencias en lo que respecta al sistema constructivo y a los contenidos ceramológicos (Kriscautzky y Togo, 1997 M.S.). De la extensa área caracterizada, el presente trabajo se centra en una de las laderas del cerro Ambato-Manchao, más exactamente sobre la Quebrada del Tala. Las primeras investigaciones arqueológicas se remontan a los trabajos de Barrionuevo (1972) con excavaciones realizadas en el paraje denominado Paso del Obispo (km. 15), el material recuperado es variado y lo asigna a la cultura La Aguada (Barrionuevo, 1972 M.S.). Los trabajos continúan en la actualidad con un proyecto, dirigido por el Dr. Néstor Kriscautzky y denominado "Investigaciones Arqueológicas en las Serranías de Ambato- Manchao y Valle de Catamarca", del cual forma parte el suscripto desde 1991.


Área de Estudio (Quebrada del Tala)

Ubicada al Noroeste de la Ciudad Capital en el Dpto. Capital, comprende al sector denominado Quebrada del Tala; se accede a la misma por la ruta provincial n° 4, que la une a localidades del departamento Ambato. (Figura n° 1) El marco físico de la Quebrada "se manifiesta sobre una estructura de fracturas Precámbricas, de plegamiento caledónico y con restitución ándica" (Issi 1996: 22), conformando un relieve en bloques disectados en forma asimétrica -diseño típico de las Sierras Pampeanas-, cubiertos por materiales sedimentarios. O sea, que los movimientos tectónicos de la sierra de Ambato, han dejado como resultado valles encajonados y terrazas de un desarrollo relativo; por lo que observamos que la geofractura del Cerro Colorado originó la llamada Quebrada El Tala (Juárez, 1986). Su desarrollo posterior se debe, en mayor parte, a la erosión hídrica producida por el arroyo que la surca, de ahí que su perfil transversal sea, al menos en sus tres cuartas partes inferiores, una típica V (González Bonorino 1978). En consecuencia, el área se encuentra circunscripta por las serranías que atraviesa, actuando estas con sus límites naturales: al Norte la formación montañosa en la que se destacan los cerros Pabellón, Pabellón Chico y Mogote del Carrizal; al Oeste por la cumbre de la sierra de Ambato; al Este por el cerro Colorado y al Sur depósitos aluviales (Juárez, 1986). En cuanto al rumbo podemos decir que en su primer tramo tiene una orientación Oeste-Este y en el segundo tramo Norte-Sur. La investigación se centra en el primer tramo de la quebrada, a 22 Km. de la Ciudad Capital en el paraje conocido como "El Tala", enmarcado por los cerros Pabellón, Pabellón Chico y Mogote del Carrizal al Norte; la sierra de Ambato al Oeste; un filo descendente del cerro El Crestón al Sur y el cerro Colorado al Este. El río el Tala es el principal curso de agua que recorre la quebrada, tiene un caudal permanente y recibe el aporte de numerosos ríos que provienen de la sierra de Ambato y de la sierra de los Ángeles. A la altura del paraje denominado El Tala el río cambia la dirección debido a un fenómeno puramente estructural dado a que la falla por sobre la cual se desplaza la quebrada ha sido sobreelevada provocando el cambio en la dirección. (Juárez 1986), lo que da como resultado un diseño de drenaje de control estructural, de tipo rectangular, típico de ambientes metamórficos. Como efecto de la tectónica el rumbo del escurrimiento es hacia una pendiente regional. El régimen de crecidas se produce en época estival, con el aumento de las precipitaciones. La humedad relativa de la cuenca del Río El Tala, posee un promedio anual de 55% confiriéndole un carácter húmedo, producto de la topografía. Los valores mínimos se registran durante los meses de Septiembre y Octubre con carácter de casi húmedo (Juárez op cit.). Las condiciones climáticas en la zona se clasifican dentro del "clima Subtropical Serrano" (Juárez 1986: 20), cuyo condicionamiento está dado por la geografía, y una serie de factores primordiales como son: latitud, altitud y cubierta vegetal (Juárez 1986, Issi 1996). La "temperatura media anual de la zona, oscila entre los 14° centígrados en verano y los 9° centígrados en invierno, apreciándose una disminución de sudeste a noroeste, en relación con el aumento de la altura sobre el nivel del mar: 700 metros sobre le nivel del mar (El Calvario) y 4250 metros sobre el nivel del mar (Altos de Arena)" (Juárez1986: 20). La vegetación dominante es la del Chaco Serrano, que debido a la influencia del clima y al régimen de precipitaciones, tiende a disponerse en cinturones o pisos, presentando cada uno fisonomías particulares, "... los rasgos altitudinales ocupados por cada piso varían en función de la latitud, de la longitud y también de situaciones microclimáticas; en especial, la orientación de las laderas" (Morlans 1995: 22). Resultando un primer piso de bosque (Bosque Serrano) ubicado entre los 700-800 y los 1500 a 1600 metros sobre el nivel del mar, presenta microclima más húmedo y mayor densidad de plantas, en aquellas laderas con exposición al norte o hacia el oeste asciende un poco más. Entre las especies más características encontramos Orco Quebracho, Molle de Beber y coco, acompañadas de Yuchan o Palo Borracho, Viscote, Viraro, Quebracho blanco, Algarrobo blanco y negro, Terebinto, entre otros. También es frecuente encontrar cardones columnares como Ucle; cactáceas rastreras como las Opuntia Sp.; O. quimilo (Quimil) y Chaguares. Además, de bromeláceas, epífitas y un gran número de arbustos, A este, le sigue un piso de arbustos y pastos (Arbustal-Pastizal) ubicado por sobre los 1500-1600 y 1800 a 2000 metros sobre el nivel del mar, con un predominio de gramíneas de diversas especies como los géneros Stipa, Festuca, Bathriochloa y Piptochaetiun, y especies arbustivas como Churqui, Palo Amarillo, Peperina, etc.; y a medida que se va ganando en altura las leñosas desaparecen y dan lugar a un pastizal típicamente de altura (Pastizal de Altura) por sobre los 1800 a 2000 metros sobre el nivel del mar, desaparecen casi totalmente las leñosas y la vegetación consiste en una asociación de Gramíneas en las que se destacan especies invernales tales como Stipa Sp, Festuca Sp, entre otras. Sobre los 2000 metros sobre el nivel del mar, la vegetación comienza a escasear, producto del sucesivo aumento de los afloramientos rocosos, apareciendo especies propias de la Provincia Altoandina. Dado que los pisos no presentan límites netos, casi siempre aparecen áreas de transición, lo que da como resultado fluctuaciones de acuerdo a la zona de que se trate.


Descripción y Emplazamiento de las Estructuras Arquitectónicas.

De entre las numerosas estructuras arqueológicas detectadas en el primer tramo de la Quebrada hemos seleccionado aquellas más significativas para nuestro trabajo y que tienen como característica peculiar, la aparente relación entre emplazamiento y función. Desde el punto de vista fisiográfico, la quebrada presenta características particulares, que nos permiten dividirla en diferentes áreas y sectores, cada uno de ellos con características topográficas claras y fáciles de ubicar en el terreno. El emplazamiento de las estructuras arquitectónicas arqueológicas sobre las distintas geoformas identificadas, puede responder tanto a diferentes patrones constructivos, como de uso y función. Interrelacionar ubicación, técnica constructiva y actividad, con los elementos constitutivos de una estructura dada, permitirán definirla y determinar su finalidad; o si la diversidad de construcciones responden a asociaciones eco-topográficas y tecnológicas, es decir a distintas estrategias del uso del espacio. Las paredes, en todas los sectores analizados, fueron construidas con piedras canteadas de tamaño variable y mampuestas de modo tal que sus caras encajen unas con otras para lograr una mayor estabilidad. La materia prima utilizada, en la mayoría de los casos es roca metamórfica de grano fino, tipo gneis y esquistos y en menor proporción cuarzos y pegmatitas. El ligante o argamasa, en los casos que hubiere, es de barro compuesto de una mezcla areno-arcillosa y materia orgánica. El ancho y el largo de las paredes al igual que el tamaño de los clastos utilizados en su construcción varía de acuerdo al tipo de estructura arquitectónica, distinguiéndose: 1)- muros que se suceden unos a otros perpendiculares al sentido de la pendiente que según la distancia entre ellos, se pueden dividir en: 1.1- la distancia entre los muros es menor que el largo de los mismos. 1.2- la distancia entre los muros es mayor que el largo de ellos. 2)- muros que delimitan superficies de distintos tamaños. El tipo 1 se corresponde con paredes que varían en altura, longitud y espesor, construidas en su mayor parte con piedras canteadas y en menor proporción clastos rodados de tamaños variables. De esta manera observamos que en ambos tipos las paredes oscilan entre 0,50 metros a 2 o más metros de altura; con espesores que pueden superar los 2 metros y separadas entre sí por una distancia de 1 a 4 metros. La longitud de las paredes varía entre 5 y 15 metros. Dentro del tipo 2 observamos que además de la utilización de los clastos rodados y canteados se emplearon lajas conformando paredes de longitudes variables que van desde los 2 a 20 metros de largo según el caso de que se trate, con alturas que varían entre los 0,30 y los 1,60 metros y espesores de 0,50 metros a 1 o más metros. Así caracterizadas, las paredes conforman asociaciones que dan como resultado distintas formas en planta que pueden ser asimilables a figuras geométricas como ser: sub-cuadrangulares, sub-rectangulares, sub-circulares, sub-elípticas, entre otras. Formas que varían según el lugar de emplazamiento, ya sea que se trate de: la cumbre, la ladera o en el llano. Emplazamiento y forma de la planta permiten caracterizar las distintas estructuras arquitectónicas, además de inferir la posible su finalidad.


Metodología

Debido a la gran extensión del área, la abundante vegetación y la poca resolución de las fotos aéreas resolvimos optar por la siguiente metodología: confeccionamos un croquis del lugar, empleando para ello pares fotográficos del I.G.M a una escala de 1: 30.000; lo que nos permitió observar las distintas geoformas y efectuar la división en sectores para realizar un análisis más detallado de la interrelación de estructuras arqueológicas y lugar de emplazamiento. (Figura n° 2) Posteriormente y en base al croquis realizado efectuamos las prospecciones siguiendo transectas predeterminadas sobre las geoformas más significativas, seleccionando a los efectos de este trabajo un conjunto de estructuras ubicado en el sector que denominamos Sector 4, porque suponemos que es el área indicada para responder a nuestros interrogantes. Las estructuras arqueológicas que estudiamos se encuentran emplazadas en una quebrada de desarrollo longitudinal tributaria del Tala y surcada por un profundo canal de escorrentía que baja desde la cumbre del Mogote del Carrizal hasta el mismo cauce principal del Río El Tala. Una vez seleccionado nuestro estrato de muestra se relevó con plancheta de agrimensor un área de 5250 metros cuadrados, caracterizado por un conjunto de estructuras, construidas en piedra canteada sobre una terraza aluvial. Confeccionamos un plano a escala 1: 2000 que demandó 15 días de campo. Se completó con brújula y cinta para detalles de estructuras pequeñas (Figura n° 3). Conformado el plano, determinamos la forma general de las estructuras y establecimos analogías con las de los restantes sectores y con las de otras áreas cercanas y estudiadas en el mismo proyecto. Además, realizamos 5 sondeos estratigráficos en distintos puntos del sitio según estratos de muestra dirigidas, para determinar la potencia de las capas naturales y culturales. Los materiales recuperados se procesaron y clasificaron siguiendo las pautas del proyecto: "Arqueología del Ambato-Manchao y Valle de Catamarca".


 

Resultados

La interpretación de la relación existente entre geoformas, técnica constructiva y forma permite determinar la función de una variada gama de estructuras y de esta manera delimitar los sectores destinados a actividades agrícolas, de manejo del agua y residenciales o especiales. Como resultado de esta interrelación se manifiesta en el terreno estructuras con fines destinados a: 1- Actividades Agrícolas. 2- Actividades Hidráulicas. 3- Recintos Habitacionales. 4- Actividades Cúlticas o Rituales. Con las observaciones realizadas en el terreno y atendiendo a las definiciones operativas, dentro del primer grupo tenemos: 1.1- terrazas o andenes: laderas en donde la pendiente ha sido modificada con el fin de lograr superficies planas y reducir los efectos de la erosión hídrica; estarían bajo la denominación de Terrazas o Anden (Kriscautzky 1997 MS) . Si bien es cierto que el ancho y la altura de las terrazas o andenes son variables, depende en gran medida de la pendiente del terreno, como así también de "los patrones culturales de sus constructores" (Albeck y Scattolin 1991: 45). 1.2- en las terrazas aluvionales ubicadas en ambas márgenes del Río El Tala, pueden observarse grandes superficies delimitadas por paredes de piedras, comprendidas bajo la denominación de Canchones (Kriscutzky 1997 MS.), de los cuales podemos distinguir: 1.2.1- superficies sub-cuadrangulares o amorfas que a veces superan los 50 metros de distancia entre unos y otros delimitados por muros perimetrales de espesores variables de 0,50 a 1 o más metros y escasa altura, construidos en tres cuerpos conformados por dos paredes de lajas verticales y un cuerpo central de cantos rodados pequeños, gravas, arena mezclada con otros sedimentos finos. 1.2.2- muros de contención con una longitud que varía entre los 10 a 20 metros y con una altura que supera los 1.60 metros y conformados con una combinación de clastos rodados y canteados de formas y tamaños variables. Dentro del segundo grupo encontramos aquellas estructuras, que al igual que andenes y terrazas, se emplazan en zonas de laderas de montañas, las cuales fueron destinadas a colectar, almacenar y distribuir el agua, ya sea ésta de capa freática, de lluvia o de escorrentía. Morfológicamente, son similares a las estructuras relacionadas con actividades agrícolas y en la mayoría de los casos es difícil determinar cuál es la función principal -¿hidráulica o agrícola?- pudiendo ser de acuerdo a la definición: Obras destinadas a colectar agua; Obras destinadas a almacenar agua; Obras destinadas a trasladar agua y/u Obras destinadas a distribuir el agua para riego ó uso domestico (Kriscautzky 1995: 73; 1997 MS.). En este grupo también encontramos otro tipo de estructuras relacionadas con el control hidráulico, emplazadas en las barrancas de las terrazas inferiores del río y que cumplen la función de controlar y evitar la erosión transversal del mismo. Es decir que, estos tipos de dispositivos cumplían la tarea de frenar la degradación de los terrenos aluvionales cada vez que el río aumentaba su caudal. Los muros, que en su mayoría superan los 1,70 metros de altura, están construidos con una combinación de clastos rodados y canteados de forma y tamaños variables y con longitudes que superan los 6 metros. El tercer grupo conformado por recintos habitacionales se encuentra construido con muros de piedras que conforman un sistema de acomodación y forma en planta (sub-cuadrangular, sub-rectangular, sub-circular) que tienen cierta similitud a los recintos que venimos investigando en la Quebrada del Tala con el equipo dirigido por el Dr. Néstor Kriscautzky (1991, 1992, 1995, 1996, 1997). La construcción se "basa en un cimiento sostenido con lajas verticales en doble fila y por encima de éste, paredes de piedra canteada horizontalmente conformando recintos rectangulares" (Kriscautzky 1995: 67) o subtrapesoidales. De los cuales podemos distinguir: 3.1- Aquellos recintos que "están unidos por paredes medianeras en grupos interrelacionados a través de aberturas de comunicación con espacios comunes a varios recintos" (Kriscautzky op cit.). 3.2- Aquellos que se encuentran unidos a diversas estructuras arquitectónicas, o en forma aislada. Dentro del cuarto tipo podemos mencionar aquellas estructuras ubicadas en las partes llanas cercanas a los Canchones o incluidos en los terrenos que estos delimitan y que conforman elevaciones que en la mayoría de los casos presentan pequeños recintos de planta sub-circular, sub-cuadrangular, sub-rectangular, elíptica o en forma de herradura y muros laterales que contienen la plataforma, y generalmente vinculados con la actividad cúltica.


Cerámica

La cerámica obtenida es abundante y la mayor proporción proviene de sondeos estratigráficos producto de investigaciones sistemáticas en la zona. El análisis y clasificación de las muestras cerámicas se efectuó de acuerdo a la "Tipología Cerámica del Proyecto Investigaciones Arqueológicas en las Serranías de Ambato-Manchao y Valle de Catamarca ", que tiene en cuenta una serie de características que permitieron agrupar las muestras en dos clases excluyentes a saber: 1)- Cerámicas ordinarias o toscas (las que no presentan decoración plástica ni pintada). 2)- Cerámicas decoradas, aquellas que presentan decoración plástica o pintada. El análisis macroscópico de la textura y componentes de las muestras comprendidas en el primer grupo nos permitió registrar los siguientes tipos: 1.A: Cerámica con ambas superficies alisadas y en las que se aprecia el antiplástico con un abundante predominio de mica y cuarzo y en menor proporción fragmentos líticos de pegmatitas y esquistos. Los tamaños de los mismos oscilan entre los 0,5 y 8 milímetros. En su sección transversal podemos observar poros y núcleo diferenciado y una distribución homogénea del antiplástico. 1.B: Cerámica con ambas superficies alisadas y en las que no se aprecian antiplásticos a simple vista. En su sección transversal no se observan poros y aparenta una pasta homogénea. Otra de las características que podemos observar es que algunas de las muestras analizadas presentan una o ambas superficies descascaradas y en las que se distinguen bastante bien el antiplástico conformado por fragmentos líticos de esquistos, pegmatitas y gneis y fragmentos de cuarzo blanquecino y cristalino, feldespato y micas (biotita y muscovita). El segundo grupo se corresponde con las muestras que reúnen el mayor número de características, "con lo que las divisiones resultan más finas, en estos casos se agregan las técnicas decorativas, los elementos de la técnica y los motivos" (Kriscautzky 1995: 69). Este grupo comprende: 1) las cerámicas pintadas, 2) las cerámicas que presentan desplazamiento o extracción de material. Dentro del primer grupo encontramos: 1.1- cerámicas pintadas en negro sobre un engobe crema, mientras que la superficie interna puede ser gris claro, oscuro o negro opaco alisado o muy alisado; también natural alisado o muy alisado. 1.2- cerámicas pintadas en negro y blanco sobre la pasta natural con superficie interna de pasta natural alisada o negro alisado. Dentro del segundo grupo encontramos: 2.1- decoradas por incisión, con instrumento de punta aguda sobre la pasta casi seca, dejando un surco de lados convergentes en cuña. La pasta es generalmente fina bruñida o alisada de colores negro, gris muy oscuro, marrón o rojiza en la superficie externa, mientras que la interna presenta una variación de colores similares a los mencionados.(Figura n° 4) Las representaciones modeladas en este tipo de cerámica son generalmente zoomorfas y excepcionalmente formas antropomorfas. La cerámica encontrada hasta el momento se corresponde con los tipos Aguada consignados para el resto de la Quebrada del Tala y el Valle Central.


Lítico

El trabajo lítico queda evidenciado en las numerosas y diversas estructuras construidas en piedra; incluyendo además los variados morteros en piedras ceciles y molinos planos que se aprecian en los terrenos llanos cercanos a los Canchones, o en los lugares donde se encuentran recintos ya sea en sus proximidades o como parte integrante de las paredes.


Sitio "El Peñón"

Ubicado en una quebrada de desarrollo longitudinal que posee como principal característica un profundo canal de escorrentía que baja de la cumbre del Cerro Mogote del Carrizal y que llega hasta el mismo Río El Tala. Aproximadamente en su sección final, dicho canal presenta en su margen noroeste un lado vertical y en el oeste dos terrazas, de las cuales, una de ellas - la superior - es en donde se emplazan las construcciones que denominamos sitio "El Peñón". El sitio presenta en general un buen estado de conservación a pesar que la abundante vegetación haya provocado el colapso de algunas paredes; se registra una serie de estructuras orientadas de Este a Oeste y en forma de anfiteatro. Teniendo en cuenta la forma en planta, el modo de asociación de las estructuras y la técnica constructiva, observamos en el sitio que: 1)- todas las construcciones fueron realizadas con clastos de tamaño que varían entre los 0,30 y 0,90 metros, la gran mayoría canteados. Generalmente las piedras de mayor tamaño formaron los cimientos sobre los cuales se sostuvo el resto de la mampostería; pero en otros casos piedras pequeñas colocadas en hileras dobles cumplen la misma función. 2)- las paredes se construyeron a partir de una hilera de piedras colocadas en el suelo en forma horizontal y sobre las cuales se apoyó el resto de la mampostería con el mismo sistema de acomodación. La asociación resultante conformó un patrón de agrupación de formas y distribución en el terreno que constituyó por un lado recintos adosados a una pared longitudinal que hizo las veces de muro de contención y terrazas dispuestas en forma transversales a las paredes de los recintos y perpendiculares, en relación, al sentido de la pendiente general del terreno. Los recintos se encontraron unidos a una pared medianera, ubicada en la parte noreste de las construcciones, conformada en su base por grandes clastos de bordes redondeados que en algunos casos superaron 1 metro de largo y espesores entre 0,70 y 0,90 metros, colocados generalmente en forma horizontal cumpliendo una doble función: la de servir como cimiento de las paredes de los recintos y como muro de contención de la terraza en la cual se emplaza el sitio. Los recintos de tamaños variables, en promedio alcanzaron los 15 metros cuadrados de superficie, con paredes de espesores variables entre los 0,60 metros a 1,80 metros y formas en planta sub-rectangulares y sub-circulares. Las terrazas conformaban semicírculos distribuidos en forma paralela, circundadas por una hilera de clastos canteados colocados horizontalmente y cuyos tamaños varían entre los 0,30 a un 1 metro. Las paredes así construidas alcanzaron espesores de 0,30 a 0,80 metros. Una particularidad es que cuanto más se aproximaban a la ladera de la montaña las terrazas ganaban en espesor (0,80 a 1,20 metros) y altura (0,20 a 1,60 metros). Otros rasgos arquitectónicos que pudieron observarse en la conformación de las estructuras fueron: a)- paredes compuestas por dos lienzos de piedras horizontales y un cuerpo de sedimentos finos y areno-gravosos. b)- utilización de rocas de considerable tamaño como integrantes de las paredes. c)- zonas de inflexión ubicadas en los extremos de las terrazas, determinando un cambio de nivel entre ellas.


Los Sondeos

De una dimensión de 1 metro cuadrado con una profundidad promedio de 0,60 metros, solo dos del total, presentan una sucesión de capas de las cuales la superior tiene un espesor promedio de 0,20 metros de color pardo oscuro, bastante compacta y con abundantes raíces, a esta le sigue una capa de 0,60 metros de espesor de color similar, menos compacta y bastante homogénea. Ambas capas descansan sobre un depósito de color pardo claro y con abundantes cascajos y rocas de tamaños variables. El resto de los sondeos presentan características sedimentológicas similares, sin definición evidente de capas o estratos y compuesto mayormente de una proporción variable de cascajos y rocas de distintos tamaños. Es en este sedimento donde se recuperó la mayoría de los materiales arqueológicos.


Discusión y Conclusiones

Las interrelaciones entre clima y paisaje son fundamentales para un examen de la agricultura, en donde la combinación de factores tales como latitud, longitud y cubierta vegetal, en un contexto de irregularidad geomorfológica, con importantes para entender los parámetros microclimáticos de los terrenos y su localización, y cómo el manejo adecuado de estas condiciones reflejan los objetivos agronómicos de los agricultores. El éxito de adaptación logrado a través de un sistema tradicional de subsistencia que no provoca degradación ambiental, solo puede ser entendido sobre la base de un profundo conocimiento del comportamiento vegetal, animal y medioambiental y la aplicación de una tecnología que busca aprovechar el potencial diferencial de cada zona a partir del cultivo en diferentes espacios adaptados a las diversas condiciones ambientales. La gran dispersión espacial de la estructuras agrícolas y la ocupación simultánea de varios sectores en la accidentada topografía a distinta altura y orientación geográfica, responde a una necesidad de asegurar al menos una parte de la producción, y así minimizar la incertidumbre de los efectos meteorológicos que, en la mayoría de los casos, son adversos. De esta manera observamos, que el patrón del uso del espacio responde a un conocimiento previo respecto de la correcta utilización del medio, su potencial y limitaciones, donde la distribución de las construcciones, supone la coordinación de la variable espacial (que evita las concentraciones en solo un sector o entre sectores contiguos), con la ambiental (variaciones temporales imprevistas, a lo largo del ciclo anual). Teniendo en cuenta los datos obtenidos de los análisis realizados en toda la zona de estudio, consideramos que por sus formas en planta y emplazamiento las distintas construcciones distribuidas, tanto sobre las laderas montañosas y el fondo de valle, responden a la posibilidad de realizar: a) prácticas agrícolas, b) manejo hidráulico y c) vida cotidiana (recintos habitacionales). La información provista a través del análisis bibliográfico nos permitió determinar que en la zona se encontraron las condiciones climáticas apropiadas que favorecieron el desarrollo de obras con finalidad agrícola, como ser: terrazas, canchones y andenes; asociadas con diversos estructuras relacionadas con la captación de agua de superficie y con elevamiento de freática, métodos que servían para regar los distintos terrenos, además del uso racional de secano donde los efectos de captación de neblinas proveían la humedad necesaria para los terrenos cultivados. Estas obras destinadas a la captación de agua se relacionan directamente con el control de cuenca, dado que representan un sistema colector de almacenaje del agua, creando un modelo hidrológico artificial de rutas (depresiones lineales modificadas) mediante el cual el agua fluye y se almacena en los terrenos, hasta el próximo episodio de tormentas. El éxito logrado en la regulación de una cuenca es la adaptación entre la demanda de necesidades de agua y el caudal generado por el sistema. En la práctica, esto se materializa mediante el almacenamiento de agua cuando el caudal escurrido es mayor que la demanda, o el vertido del fluido cuando las aportaciones exceden las necesidades. Consecuentemente, para lograr esta regulación se debe recurrir a la construcción de embalses superficiales. (Figura n° 5) La regulación es planeada para satisfacer las necesidades en distintos puntos de la cuenca, las cuales pueden tener regímenes independientes entre sí, traduciéndose en obras destinadas a colectar, almacenar, trasladar el agua o a distribuir la misma para riego ó uso doméstico. La regulación óptima de un sistema se logra a través de la combinación de varios embalses, cuyos dimensionamientos y ubicación deben resultar de los condicionamientos topográficos y habilidad tecnológica de sus constructores y de los efectos (epifenoménicos) que el emplazamiento de estos produzca en el ambiente que los rodea (por ejemplo: generación de microclimas en las mismas terrazas). Las necesidades de planear un modelo hidrológico que permitiera determinar la cantidad, capacidad y ubicación de los embalses dependían de los requerimientos socioeconómicos de sus constructores; en donde, las dimensiones, emplazamiento y la aplicación de un criterio de selección les permitió elegir los lugares más óptimos para su construcción, con un propósito determinado. La evolución geomorfológica del valle fluvial refleja la historia paleoclimática regional y en menor grado, la historia de movimientos tectónicos y eustáticos locales. Los cambios climáticos del pasado están reflejados en el número y tipo de terrazas de los ríos, en tanto que la forma actual de la planicie de inundación muestra los cambios climáticos recientes. Es precisamente allí, sobre la barranca de la terraza inferior en donde encontramos otro dispositivo hidráulico arqueológico que cumplía una doble función, la de controlar y evitar la erosión transversal del río frenando la degradación de los terrenos aluvionales cada vez que este aumentaba su caudal. Todas estas obras se relacionan con aldeas preplanificadas que no solo se ubican sobre las partes llanas o de escasa pendiente cercanas a los cursos de agua, sino también sobre las mesetas de los cerros y en algunos casos, con aquellos terrenos de finalidad agrícola. La cerámica encontrada corresponde a los tipos, pintado Negro sobre Crema, N. sobre Rojo, N. sobre Natural; Negro y Blanco sobre Natural y los decorados por incisión Negro-Gris y Marrón-Rojiza con representaciones zoomorfas y excepcionalmente antropomorfas, tipos similares a los detectados en el resto de la Quebrada del Tala y Valle Central, que son incluidos dentro del patrimonio de Aguada. Esta primera aproximación a la zona nos ha permitido generar una importante información acerca de la funcionalidad de un modelo articulado, donde el uso diferencial del espacio representa el éxito logrado a través de una creciente complejización tecnológica y social, relacionadas con un mayor conocimiento de especies domésticas, con un desarrollo tecnológico que perfeccionó un sistema de control de erosión asociado directamente con el manejo del agua (riego) y un uso simultáneo de diferentes ambientes, generando un aumento de la producción, dentro de un sistema de organización que permitió el crecimiento y expansión de estos grupos en los distintos momentos de su historia. Dentro de este marco, la indudable interacción de estos pueblos agro-alfareros mejoró la calidad de vida, dando "origen a las pautas culturales características de un nuevo período ó etapa llamado Período Medio (González, 1977) ó Formativo Medio (Nuñez, 1974) ó Formativo Superior (Raffino, 1988) ó Período de Integración Regional (Pérez y Heredia, 1987)" (Kriscautzky 1995: 34 TLP). El sitio analizado presenta un grupo de construcciones que responde al mismo patrón de asentamiento observado en todos los sectores, al igual que a lo largo de la Quebrada y en zonas vecinas. Donde la técnica constructiva, responde al uso del espacio adaptado a la configuración general del terreno, en el que las construcciones evidencian la asociación de un sistema agrícola con uno residencial.


Figura n° 1: Quebrada del Tala.- - Esc: 1: 250000 Referencias - Área de Estudio - Fuente: Carta Topográfica, Hoja 29°66´22´´ (IGM) San Fernando del Valle de Catamarca.-

Figura n° 2: Sectores en los que se dividió el área. Los sectores 1, 2 y 5 corresponden a laderas escarpadas y contrafuertes de los cerros que circunscriben la zona. El sector 4 corresponde a la ladera austral del Cerro Mogote del Carrizal, con pequeñas quebradas y presencia de pidemonte; y el sector 3 corresponde a la franja determinada por las terrazas fluviales desarrolladas a uno y otro lado del Río El Tala.

Figura n° 3: Plano del Sitio El Peñón, quebrada del Tala. Relevamiento planimétrico efectuado con Planchea de Agrimensor Esc. 1: 1000.

Algunas de las Formas Base de los materiales recuperados en los Sondeos.-

Material Cerámico Decorado: a) Tipo Negro-Gris Inciso y Marrón Inciso; b) Negro y Blanco sobre Natural, en la parte superior y Negro sobre Natural en la inferior. a) b)

Figura n° 4: Algunos de los Tipos Cerámicos recuperados en los sondeos.- Fuente: Dr. Néstor Kriscautzky.-

Figura n° 5: En la foto se puede observarse el almacenamiento de agua de lluvia en la parte baja de un sistema de terrazas. Estos embalses superficiales, crean un modelo hidrológico artificial, que permite distribuir en forma eficiente el agua.


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