Dame
un pan, y yo te dar� amo m�o, toda mi lealtad.
Si
sabes del dolor de la vida y tu coraz�n sangra silencioso, yo me acercar�
humildemente hacia ti, y como no se hablar, mover� mi cola y lamer� tus manos
extendidas al desaliento.
Vive
seguro de tu heredad, de tu casa, de tu rancho lejano de la monta�a, porque han
de matarme primero antes de permitir que nadie coja lo tuyo.
Si
otro amo como t�, quisiera llevarme consigo, no le obedecer� y si me violenta
huir� de su lado y te buscar� a trav�s del mundo.
Ll�vame
contigo, de caza, a la mina, a la monta�a, a tu trabajo o a la guerra y pondr�
mis fuerzas, mi astucia, mi valor y mi vida para servirte hasta el fin.
Cuando
velo tu sue�o en las noches calladas y con mi o�do en tierra advierto algo
extra�o, a�llo largamente para prevenirte del mal.
No
me abandones jam�s. Que si la vida te falta, ir� a morir a tus pies.
Si
me castigas, lamer� tus manos.
Si
me hieres, aullar� largamente del dolor antes de atacarte, porque eres para m�
m�s que un rey. Y si ma�ana mueres t� en el desierto o en la guerra, llorar� a
tu lado hasta morir tambi�n.���� �