El
Colegio de Madrid apoya la continuidad de las colaboradoras
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El Colegio de Médicos de Madrid se sumará a la
iniciativa de un sindicato de Telefónica y presentará un recurso contra la
decisión de la compañía de darse de baja como empresa colaboradora de la
Seguridad Social. También apoyará a la Asociación Madrileña de Médicos de
Empresas Colaboradoras en su intento de crear una plataforma de entidades
afectadas que negocie con la Administración la continuidad del modelo.
El
Colegio de Médicos de Madrid ha pasado a liderar la lucha de los
facultativos para mantener en pie el modelo de empresas colaboradoras.
Así, el órgano que preside Juliana Fariña presentará un recurso de alzada
contra la petición de Telefónica de cesar como colaboradora, que se sumará
a los 7.000 presentados por trabajadores de la compañía a instancias de
Alternativa Sindical de Trabajadores (AST), la segunda fuerza de la
firma en el ámbito madrileño.
Según explica Álvaro Barreiro, de AST, el paso que han propiciado es
previo al recurso contencioso-administrativo, que también pretenden
utilizar como herramienta para dilatar la desaparición de esta empresa
colaboradora, "que no será efectiva mientras quede viva la vía judicial".
La presidenta del colegio y el representante sindical han hecho estas
declaraciones en una asamblea convocada por la Asociación Madrileña de
Médicos de Empresas Colaboradoras (Ammec). Su presidente, Gabriel
González Navarro, ha recordado que en 2002 ya causaron baja en el modelo
la ONCE y La Caixa. El temor es que Telefónica arrastre a otras.
Para
evitarlo, a los recursos se sumarán otras iniciativas. Por una parte, CCOO
y UGT han solicitado al consejero de Sanidad de Madrid, José Ignacio
Echániz, una reunión con las partes afectadas antes del 15 de marzo, con
la amenaza de pasar a las movilizaciones si no son recibidos. Ambos
sindicatos se han mostrado a favor de mantener y extender el modelo.
Además, Juliana Fariña ha apoyado a la Ammec en su intento de constituir
una plataforma de entidades afectadas para negociar con las
administraciones estatales y regional. La presidenta del colegio
ha fijado un plazo de ocho días para que las organizaciones interesadas se
sumen a la plataforma, con la idea de que la primera reunión pueda
celebrarse a principios de marzo y se remita a las autoridades implicadas
un comunicado antes de que finalice ese mes. Los receptores del texto
serán, además de los ministerios de Trabajo y Sanidad, la propia
Telefónica, el consejero madrileño y el presidente regional, Alberto
Ruiz-Gallardón.
El futuro del modelo depende en gran medida de lo que ocurra en Madrid, ya
que la mayoría de los beneficiarios se concentran en esta región. Echániz
no sólo ha apoyado públicamente esta fórmula sino que la autonomía la
utiliza para atender a parte de sus trabajadores (ver DM del
12-XII-02). Además, el Plan de Calidad recoge el compromiso de buscar
una solución urgente al modelo.
Sospechas
González Navarro ha señalado que
la deuda del Estado se arrastra
desde 1998. ¿Por qué hasta ahora Telefónica no ha hecho nada? Quizá
quieren que desaparezca la colaboradora para ocultar una mala gestión o
porque beneficia a ciertos intereses, los de las aseguradoras. La
Caixa, en efecto, ha recurrido a un seguro privado para sus trabajadores y
Telefónica pretende seguir los mismos pasos a través de Antares, según
facultativos de la colaboradora. No obstante, el seguro privado no
cubriría la prestación farmacéutica ni, posiblemente, la asistencia de los
jubilados.
SANIDAD
Viernes, 21 de febrero de 2003
DIARIO MÉDICO |
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A.O. |
La presión
asistencial en Madrid podría aumentar hasta un 15%
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Gabriel González Navarro,
presidente de la Asociación de Médicos Madrileños de Empresas
Colaboradoras (Ammec), ha calculado que la presión asistencial en
la autonomía se incrementaría un 15 por ciento si el modelo desapareciese
y el sistema público tuviera que atender a los 400.000 usuarios que
tiene en la región. "La sobrecarga repercutiría en las esperas y el
fin del modelo también provocaría un grave deterioro en la estructura
sanitaria privada".
González Navarro ha añadido que "se trata de un modelo integral, que es
eficiente y no perjudica a terceros. Lo que ocurre es que el sistema
público será bueno, pero el usuario escoge otro en cuanto se le ofrece esa
posibilidad, como demuestra el caso de Muface. Y eso asusta a los
políticos. No hay, pese a las declaraciones de unos y otros, una verdadera
voluntad política de modernizar el sistema. La Administración lo mantiene,
pero en condiciones precarias, matándolo de inanición".
Precisamente por ello, José Luis Mora, del sindicato CCOO, ha
señalado que "si nadie paga a estas empresas el dinero que se les debe,
abandonarán el modelo, y es lógico. La única forma de garantizar la
continuidad de las colaboradoras es obligar a la Administración a
negociar".
Ahorro
La presidenta del Colegio de Médicos de Madrid, Juliana Fariña, también ha
resaltado que el sistema "da buenos resultados y no es más caro que el
público".
Según los datos de Ammec, el pago aprobado a las colaboras en 1998
a través de los Presupuestos Generales del Estado fue de 148,33
euros (24.680 pesetas) por ciudadano atendido y año, cuando la cantidad
destinada por el Insalud era entonces de 691,16 euros
(115.000 pesetas). Esto supondría un ahorro, según la Ammec, de 90
millones de euros (15.000 millones de pesetas) anuales sólo en Madrid.
480 Millones
Las empresas colaboradoras calculan que el Estado les debe 480 millones de
euros (80.000 millones de pesetas). Desde el inicio del modelo, en 1966,
las compañías que se sumaban a él financiaban la asistencia prestada
mediante las cotizaciones de la Seguridad Social de sus empleados. No
obstante, en 1998 el Pacto de Toledo estableció que dichas cotizaciones se
destinarían a pensiones y que la sanidad se financiaría a través de los
Presupuestos Generales del Estado, por lo que la Administración central
aprobó en ellos una partida para compensar a las colaboradoras. Pero no lo
hizo en años sucesivos, lo que ha llevado a que se acumule la deuda
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