Torrejón de la Mora. ¿Cómo llegar?

 

   En el término municipal de Orgaz, no lejos del ferrocarril directo de Madrid a Ciudad Real, y sobre un pequeño morro o cerrete al Oriente de dicha villa, se hallan algunos paredones de construcción antigua desprendiéndose pequeños trozos de éstos a causa del transcurso del tiempo.

   Nomínase por la comarca a las mencionadas ruinas El Torrejón.

   Asegura un anciano orgaceño -que de niño visitó este torreón- haber observado desde la boca que a flor de tierra existía en el mismo un subterráneo extenso y no de pobre carácter, que por el techo tenía una bóveda de ladrillo.

   De este fingido palacio o aquelarre, nos refirió, tiempo ha, el mismo anciano las noticias siguientes: que los sencillos habitantes de los alrededores respetan, si no de artículo de fe, de cosa parecida.

  Cuando los árabes se hicieron, merced a una traición, dueños de gran parte de nuestra península, trataron de posesionarse, lo primero, de las alturas de más consideración, con objeto de construir fuertes desde los cuales pudieran resistir los embates de los cristianos. Con tal objeto construyeron el famoso castillo de Mora, que hoy observamos sobre una encumbrada y áspera sierra.

   Tomó gran fama el tal castillo entre los hijos del África, tanto por su estratégica posición, cuanto por el denuedo de los habitantes del pueblo, que desde entonces al parecer se denomina Mora, y que se encuentra a la falda del mismo.

   En ocasión de hallarse los sarracenos de aquella campiña disponiéndose a luchar con los defensores de la Cruz, la hija de un magnate moro del citado pueblo intentó dar un golpe decisivo a  los sectarios del Islam, incluso a su padre y de este modo vengar ultrajes recibidos por amores acendrados, entregando a los cristianos el castillo por medios de antemano convenidos.

   Gozaba la sarracena entre el ejército musulmán de simpatía inusitada, por lo que se le permitía cruzar sin óbice alguno fuertes, trincheras y campamentos.

   Llegó el día de ejecutar su ansiado plan y cuando próxima se encontraba a franquear las puertas del Castillo, fue vista y detenida por un guardia, que la condujo a presencia de su padre.

   Por tan grave causa fue condenada la infeliz mora a morir, tras penosa vida, encerrada entre los muros del torreón al principio mencionado.  

 -Ruinas del Torrejón de la Mora.-

    Los vecinos de los contornos -después de tantos años de acaecido tan extraño suceso-, cuando se asoman a la mansión donde aquella desgraciada dicen terminó su existencia, lo verifican con precauciones sin límite, en la idea de que la mora en cuestión se halla vuelta a la vida por encantamiento, y evitan que desde su arruinada mazmorra les embruje sólo son su chispeante mirar.

 

 

Texto de D. Moraleda y Esteban, cronista de Orgaz.

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