Cristo de El Olvido.

Leyenda

     La imagen más venerada en la villa de Orgaz lleva al título de el Cristo de El Olvido y se halla en la parroquia desde que acaeció el suceso siguiente, fecha en que se le dió el nombre que hoy lleva.

     Guardábase desde el siglo XVI en una habitación de la suntuosa casa propiedad de D.Gervasio Cid, denominada por todo el pueblo como de los Frailes, pues era notorio que en ella se hospedaban los del Castañar cuando a ejercer su misión evangélica venían a la villa.

     En tan deplorabe estado de conservación había puesto a la imagen la acción demoledora del tiempo que ni sus poseedores, domésticos o huéspedes, fijaron nunca su atención en tal escultura, siquiera fuera por efímero respeto.

     Llegado el tiempo de Semana Santa un año del siglo XVIII, hospedose como de costumbre en la citada casa de los frailes uno del Castañar, traído para oír de sus labios la doctrina del mártir de Gólgota. Se paseaba el Reverendo religioso por la habitación coordinando sus sermones sin dirigir a la maltratada imagen una mirada.

Cristo de El Olvido

   El cielo cubierto de espesas nubes que formaban extraños pabellones, la tierra triste y sombría por la falta de calor y luz que el astro del día la presta, el silencio delas pintadas aves, toda la naturaleza parecía que se asociaba a la tristeza de la Iglesia Católica para conmemorar los misterios insondables de la redención. El padre franciscano continuaba meditando absorto.

   Cuando más concentrado en la materia que tenía que expones después ante los fieles, observó con gran asombro que el Santo Cristo que tenía a su lado movía la cabeza produciendo singular ruido, entreabriendo sus labios para comunicarle con estas palabras -"¡ Qué olvidado me tenéis !"-.

   Admirado y perplejo, el padre postrose ante el crucifijo implorando perdón, vertiendo lágrimas y no dándose más de sus pláticas.

   Después de desagraviar brevemente al Hombre Dios abandonó la sala, refirió lo sucedido y en compañía de propios y extraños volvió al lugar del suceso, rebosando todos de placer y de temor al par.

   Sin pérdida de tiempo concertaron las autoridades civiles y eclesiásticas la traslación de la imagen desde la morada en que se encontraba a la Iglesia Parroquial, verificándose con gran pompa este acto.

   Desde entonces se festeja con indecible júbilo al Santo Cristo con el título de El Olvido, el día tercero de Pascua de Pentecostés de cada año, trasladada más tarde al 25 de agosto, que se celebra actualmente.

 

 

 

Texto cedido por D. Cándido Jiménez Briones, que transcribió del original de D. Juan Moraleda y Esteban.