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SABER MIRAR...
CONTRACCIONES EN FORMA DE PALPITACIONES
SENTIMIENTOS CON PROPÓSITOS

BIENVENIDOS A AFANEPAL

(ASOCIACION DE FAMILIAS ADOPTANTES EN NEPAL)

-Madre, madre, tengo hambre...

Acostúmbrate hija mía, estamos en el tercer mundo...

Ah, perdón...

 

SER MAMA

 

Una pareja de recién casados se mudó a un barrio muy tranquilo de la ciudad.

En la primera mañana en su nueva casa, mientras tomaban un café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina del edificio de al lado colgaba sus sábanas en el tendedero de la azotea.

En voz alta comentó con su esposo:

-“Mira... ¡que sábanas tan sucias está colgando la vecina en su tendedero! o no sabe lavar o quizás necesita cambiar de jabón. Si yo la conociera, le aconsejaría que utilizara el detergente que yo uso y además le diría la forma como debe lavarlas...”.

El marido sonrió pero se quedó callado.

Y así, cada dos o tres días, cuando la mujer se asomaba a su ventana y veía a la vecina tendiendo sus ropas al sol y al viento, emitía su opinión de desaprobación en relación a la labor de ésta.

Un día, al asomarse a la ventana, la señora se sorprendió al ver a su vecina tendiendo unas sábanas limpitas...

Y dirigiéndose a su marido le dijo:

-“¡Mira, finalmente ella aprendió a lavar la ropa! ¿Le habrá enseñado otra vecina?”.

A lo que el marido con una sonrisa traviesa le respondió:

-“No, es que hoy me levanté más temprano y decidí limpiar los cristales de nuestra ventana...”.

Anonimo

"Haríamos muchas más cosas si creyéramos que son muchas menos las imposibles."

MALESHERBES, Chrétien G.

La sabia mafalda


Amo a la humanidad, lo que me revienta es la gente.

Empieza el dia con una sonrisa, veras lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo.

Como siempre apenas uno pone los pies en la tierra, se acabo la diversion.

Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.

La vida es linda, lo malo es que muchos confunden lindo con fácil.

No es que no haya bondad, lo que pasa es que va de incognito.

¿Y no sera, que en este mundo hay cada vez mas gente y menos personas?.

RECETA PARA UNA VIDA FELIZ

De un año cualquiera, tome unos cuantos meses enteros límpielos de amargura,
de rumores, de odios y de celos hasta dejarlos tan limpios como le sea posible.


Corte cada mes en 30 o 31 partes.


No intente cocinar toda la hornada del año junta, prepare solo una porción a la vez.


Mezcle cada día.: Una parte de coraje, una de trabajo, una de constancia y una de paciencia.


Agregue partes iguales de esperanza, solidaridad, bondad y fidelidad.


Aromatice con una parte de oración, una de meditación y algunas buenas acciones.

Sazone la mezcla con bastante buen humor, un chorrito de inconsciencia y un toque de locura.

Viértalo en un gran recipiente untado de Amor y cocínelo con entusiasmo.

Decórelo con algunas sonrisas y sírvalo con calma, generosidad y alegría.


y listo! A disfrutar del manjar...

 

http://bucay.blogia.com/temas/jorge-bucay.php

There's so many different worlds

So many different suns

And we have just one world

But we live in different ones

Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose.


El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.


Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:"Perdone, ¡pero usted es terco¡ ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?".


El maestro respondió: "La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar".


Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.


No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones.


Algunos persiguen la felicidad; otros la crean.

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(Fuente:internet)

Había una vez un anciano que pasaba los días pescando, sentado junto al rio, a la entrada de un pueblo. Un día pasó por allí un joven, se acercó y le dijo:

- Disculpe señor, soy nuevo aquí, nunca antes había venido por estos lugares. ¿Cómo es la gente de esta ciudad?

El anciano le respondió con otra pregunta:

-¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?

-Egoístas y malvados, por eso estoy contento de haberme marchado de allí.

- Pues precisamente así son los habitantes de esta ciudad -le respondió el anciano.

Un poco después, pasó otro joven, se acercó al anciano y le expuso la misma cuestión:

-Perdone, justamente acabo de mudarme y es la primera vez que voy a entrar en esta ciudad, ¿podría decirme cómo son sus habitantes?

El anciano le respondió de nuevo con la misma pregunta:

-¿Cómo eran los habitantes de la ciudad de donde vienes?

-Eran buenos y generosos, hospitalarios, honestos y trabajadores. Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos.

-Pues también los habitantes de esta ciudad son así -respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a beber agua al rio y que había escuchado ambas conversaciones, en cuanto el segundo joven se alejó le preguntó al anciano:

-¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente diferentes a la misma pregunta realizada por dos personas?

-Mira -respondió el anciano-, es muy sencillo. Cada persona lleva el Universo en su corazón. Quien no ha encontrado nada bueno en su pasado, tampoco lo encontrará aquí. En cambio, aquel que tenía amigos en su ciudad, también aquí encontrará amigos fieles y leales. Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas. Uno siempre encuentra lo que espera encontrar.

Tomás es un chico de siete años que vive con su mamá, una pobre costurera, en un solo cuarto, en una pequeña ciudad del norte de Escocia. La víspera de Navidad, en su cama, el chico espera, ansioso, la venida de Papá Noel. Según la costumbre de su país, ha colocado en la chimenea una gran media de lana, esperando encontrarla, a la mañana siguiente, llena de regalos.

Pero su mamá sabe que no habrá regalos de Navidad para Tomás por su falta de dinero. Para evitar su desilusión, le explica que hay bienes visibles, que se compran con dinero, y bienes invisibles, que no se compran, ni se venden, ni se ven, pero que lo hacen a uno muy feliz: como el cariño de la mamá, por ejemplo.

Al día siguiente, Tomás despierta, corre a la chimenea y ve su media vacía. La recoge con emoción y alegría y se la muestra su mamá: "¡Está llena de bienes invisibles!", le dice, y se le ve feliz.

Por la tarde va Tomás al salón parroquial donde se reúnen los chicos, cada cual mostrando orgulloso su regalo. "¿Y a ti, Tomás, qué te ha traído Papá Noel?", le preguntan.

Tomás muestra feliz su media vacía: "¡A mí me ha traído bienes invisibles!", contesta. Los chicos se ríen de él. Entre ellos Federico un niño consentido quien tiene el mejor regalo pero no es feliz. Por envidia sus compañeros le hacen burla porque su lindo auto a pedal no tiene marcha atrás, y enfurecido destruye el valioso juguete.

El papá de Federico se aflige, y se pregunta como podría darle gusto a su hijo. En eso ve a Tomás sentado en un rincón, feliz con su media vacía. Le pregunta: "¿Que te ha traído Papá Noel?"

"A mí bienes invisibles", contesta Tomás ante la sorpresa del papá de Federico, y le explica que no se ven, ni se compran, ni se venden, como el cariño de una mamá.

El papá de Federico comprendió. Los muchos regalos visibles y vistosos no habían logrado la felicidad de su hijo. Tomás había descubierto, gracias a su mamá, el camino a la felicidad.

Bernardino Piñera Carvallo

Erase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos:

La alegría, la tristeza y muchos más, incluyendo el amor.

Un día, se les fue avisando a los moradores, que la isla se iba a hundir.

Todos los sentimientos se apresuraron a salir de la isla, se metieron en sus barcos y se preparaban a partir, pero el amor se quedó, porque se quería quedar un rato más con la isla que tanto amaba, antes de que se hundiese.

Cuando por fin, estaba ya casi ahogado, el Amor comenzó a pedir ayuda.

En éso venía la riqueza y el amor dijo: Riqueza, llévame contigo!, -No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti dijo la riqueza.

El le pidió ayuda a la vanidad, que también venía pasando... Vanidad, por favor ayúdame!, -No te puedo ayudar, amor, tú estás todo mojado y vas a arruinar mi barco nuevo!

Entonces, el amor le pidió ayuda a la tristeza: Tristeza, me dejas ir contigo? Ay amor! Estoy tan triste que prefiero ir sola...

También pasó la alegría, pero ella estaba tan alegre que ni oyó al amor llamar.

Desesperado, el amor comenzó a llorar, ahí fue cuando una voz le llamó: Ven, amor, yo te llevo. Era un viejito, y el amor estaba tan feliz que se le olvidó preguntarle su nombre.

Al llegar a tierra firme, le preguntó a la sabiduría: Sabiduría, quién era el viejito que me trajo aquí?

La sabiduría respondio: Era el tiempo.

El tiempo? Pero por qué sólo el tiempo me quiso traer?

La sabiduría respondió: Porque sólo el tiempo es capaz de ayudar y entender al amor...


Autor desconocido

Una estrella en el horizonte


Existían millones de estrellas en el cielo, estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, verdes, doradas, rojas, azules. Un día, inquietas, ellas se acercaron a Dios y le propusieron: - Señor, nos gustaría vivir en la Tierra, convivir con las personas.


- Así será hecho, respondió el Señor. Las conservaré a todas ustedes pequeñitas, tal como se ven de lejos, para que puedan bajar a la Tierra.


Se cuenta que en aquella noche hubo una fantástica lluvia de estrellas. Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a jugar y a correr junto con las luciérnagas por los campos, otras se mezclaron con los juguetes de los niños. La Tierra quedó, entonces, maravillosamente iluminada.

Pero con el correr del tiempo, las estrellas decidieron abandonar a los hombres y volver al cielo, dejando a la tierra oscura y triste.

- ¿Por qué volvieron? - preguntó Dios, a medida que ellas iban llegando al cielo.

- Señor, nos fue imposible permanecer en la Tierra, existe allí mucha miseria, mucha violencia, hay demasiadas injusticias.

El Señor les contestó: - ¡Claro ! Ustedes pertenecen aquí, al Cielo. La tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere. Nada es perfecto. El Cielo es el lugar de lo inmutable, de lo eterno, de la perfección.

Después de que habían llegado gran cantidad de estrellas, Dios verificó la cantidad y habló de nuevo:

- Nos está faltando una estrella, ¿dónde estará?

Un ángel que estaba cerca replicó:

- Hay una estrella que resolvió quedarse entre los hombres. Ella descubrió que su lugar es exactamente donde existe la imperfección, donde hay límites, donde las cosas no van bien, donde hay dolor.

- ¿Qué estrella es esa? - volvió a preguntar.

- Es la Esperanza, Señor, la estrella verde. La única estrella de ese color.

Y cuando miraron para la tierra, la estrella no estaba sola: la Tierra estaba nuevamente iluminada porque había una estrella verde en el corazón de cada persona. Porque el único sentimiento que el hombre tiene y Dios no necesita retener es la Esperanza. Dios ya conoce el futuro y la Esperanza es propia de la persona humana, propia de aquel que yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel que no sabe cómo puede conocer el porvenir.

Recibe en este momento esta Estrellita Verde en tu corazón, la Esperanza.

No dejes que ella huya y no permitas que se aparte. Ten certeza que ella iluminará tu camino, sé siempre positivo. Se siempre feliz y contagia a otras personas tu felicidad.

"A veces, miramos y solo vemos el muro de delante. Hay que mirar más allá para ver un camino infinito.Pero para eso hay que mirar."

Goya Toledo

 

"Un viejo indio explicaba a su nieto que en cada ser humano conviven dos lobos que luchan sin piedad.

Uno representa la ira, la envidia, el orgullo, el miedo y la vergüenza;

El otro es la calma, la bondad, la gratitud, la esperanza, la sonrisa y el amor.

Preocupado, el pequeño preguntó.: ¿Y qué lobo es el más fuerte, abuelo?.

Y el viejo indio respondió.:el que tú alimentes.

 

A veces es tan duro todo, que crees que no llegará nunca, que no te lo mereces, que no es tu destino y en mi caso estoy todavía al principio, es decir sólo ha pasado un año y medio mas o menos (casi nada).

Cuando empiezas este proceso, lo haces con mucha ilusión.

Cuando decides ser “madre biológica” nadie tiene que pasar ni tests, ni entrevistas, ni estudios o reconocimientos del tipo que sea (psicológico, económico, social, físico) y todos lo vemos normal y digno, muy digno, ya que es un derecho inherente al ser humano: reproducirse, educar a esos hijos y crear unos vínculos afectivos basados en el amor, respeto.

Aún así, todos entendemos que no existan estas revisiones para los padres biológicos, sería un escándalo, sería anticonstitucional, si unos padres biológicos no tienen que someterse a estudio alguno, ¿por qué las madres adoptivas que se supone somos iguales, somos miradas con lupa, hasta tal punto en muchas ocasiones, de buscar lo que no hay, o de encontrarlo aunque no lo haya?. Pero claro, todo el mundo opina y opina y opina es que le van a dar un niño, no un juguete, no un perro, desde luego que no es un juguete y mucho menos un perro pero es mi hijo y para estar con él nos desnudan en algunos casos hasta límites inmorales, o te encuentras él o la de turno: familiar, amigo, funcionario, que te dice que te tienes que aguantar, que si quieres tu hijo tendrás que entrar por lo que sea, y claro, pues entras.

En el proceso de evaluación, ya te vas haciendo una idea de hasta dónde va a cambiar tu vida por ser madre no biológica, sino adoptiva; durante todo el proceso que dure la adopción sabes que tienes que mantener un nivel económico alto, una talla y un peso acorde al índice de masa corporal, tener un nivel educativo preuniversitario como mínimo en algunos países (aunque creo que se convertirá en moda), ser simpático, tolerante, pero no permisivo, antiviolencia, feliz aunque no lo estés, heterosexual, buena vecina.............

Por supuesto, poseer experiencias al cuidado de otros niños, experiencia en la resolución de conflictos con otros niños, realizar elucubraciones múltiples sobre resolución de problemas que tendrás con tus hijos, y todo ello mirado con suspicacia, desconfianza o esperando que mires a ¿dónde es, a la izquierda y arriba si mentimos?.. Sin duda, y como se puede observar, es todo exactamente igual que para una madre biológica.

Pero aún así, tragas y entras dispuesta a colaborar, a demostrar que eres todo eso y más y todo lo que ellos quieren que seas. Sales de las entrevistas recriminándote, que hayas hablado mucho, o poco, o que has sido demasiado simpático, o quizás demasiado seco, que no tendrías que haber dicho eso y sí aquello Después de más o menos seis meses analizando, a tu familia, amigos, trabajo y a tí mismo como ni siquiera tú sabias que podías, te dicen que no estás loco, y tú ¡bien! aunque habéis estado a punto de volverme.

Y ahora paciencia, paciencia ... PUTA PACIENCIA (Uy, perdón que las madres adoptivas tampoco dicen tacos).

¿Cuánto dinero daría un madre para que su hijo no pasara frío, no estuviera mal alimentado, maltratado, o simplemente porque alguien le dedicara una sonrisa, le diera un beso, una mirada, un abrazo?

Pero aún así PACIENCIA.

Ahora imagínense que nuestros hijos nos están esperando en un país a + - 10.000 KM de su hogar, que no saben cómo están y que no pueden recogerlo hasta que algún o muchos burócratas lo decidan ¿qué sentirían? pues ahora imaginen que es real y que no es imaginación, ¿dirian que es cuestion de PACIENCIA?.

- No, papá, ¿estás diciéndome que lo que nos espera es la muerte?...
No puedo creerte...

- Esta es nuestra vida, Remy, no puedes cambiar la Naturaleza

- ¡Papá, el cambio lo dará la Naturaleza! Y para ello tenemos
que ayudarla. ¡El cambio está en nosotros!

Remy comienza a alejarse de su padre y éste le pregunta
que a dónde va...

- Con suerte... hacia adelante...

Había un hombre que tenía cuatro hijos. El buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces los envió a cada uno por turnos a visitar un peral que estaba a una gran distancia.


El primer hijo fue en el Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el hijo más joven en el Otoño.

Cuando todos ellos habían ido y regresado; él los llamó y juntos les pidió que describieran lo que habían visto.

El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido.

El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.

El tercer hijo no estuvo de acuerdo, el dijo que estaba cargado de flores, que tenia aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto.

El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, el dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.


Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían la razón, porque ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol.

El les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a una persona, por solo ver una de sus temporadas, y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser solo medida al final, cuando todas las estaciones han pasado.

Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano, y la satisfacción del otoño.

No dejes que el dolor de una estación destruya la dicha del resto.

No juzgues la vida por solo una estación difícil.

Aguanta con valor las dificultades y malas rachas porque luego disfrutarás de los buenos tiempos.

Sólo el que persevera

encuentra un mañana mejor.

La 'cigüeña' aterriza en Barajas


Era sábado, sobre el mediodía, yo me encontraba en la Terminal 2 del aeropuerto para encontrarme con una amiga, que venía de paso desde su tierra para coger otro vuelo en busca de sus merecidas vacaciones, y como la mayoría de la gente que nos encontrábamos por allí, estaba pendiente de pantallas donde se avisa de la llegada de los distintos vuelos y de los anuncios de megafonía, atendiendo a lo que era mi interés en ese momento, que era encontrarme con mi amiga, y algo me llamó la atención.

Me fije en un grupo de unas veinte personas que estaban colocadas frente a la cinta que hace a modo de pasillo para los pasajeros que vienen de recoger sus equipajes, justo enfrente de las puertas automáticas que permiten una rápida visión cuando se abren, de la sala donde se encuentran las cintas transportadoras de equipajes, cuando un vuelo termina. Era un grupo extraño, portaban globos de colores, cámaras de foto y videos, que utilizaban en todo momento a modo de prueba, creo, era un grupo heterogéneo gente mayor, aproximadamente de unos 70 u 80, años y gente joven entre veinte y treinta, pero todos alborotaban de forma contenida, parecía que esperaban a alguien importante, ¡y tanto!.

Me encontraba yo justo situado al final del pasillo formado por la pared y la cinta que refiero antes, justo donde se apostan las personas esas con los cartelitos con tu nombre cuando te van a buscar al aeropuerto, si eres de fuera y de cultura e idiomas distintos, con lo cual yo no tenía la visión esporádica del interior de la sala 6 de llegadas que proporciona la posición del grupo que esperaban ansiosos cuando se abren automáticamente para dar salida a los pasajeros.
Pero ellos sí, y ahí fue cuando comenzó su alboroto y estruendo, habiendo pasado hasta entonces por un grupo de esos que a uno le da por pensar, que están "dando la nota", casi molestando. Al momento una mujer joven ataviada de manera informal, con vaqueros y un anorak, portaba un carro con maletas, pero estaba claro que no era una diva del mundo de la farándula, la diva venía detrás. En ese momento el grupo estaba exultante, gritaban y aplaudían, gritaban y lloraban, todo al tiempo, para entonces, ya habían captado la atención de todos los presentes y cercanos viajeros y demás. Justo detrás de la mujer joven que no era la diva, apareció un hombre joven también normal como la mujer que le precedía y que ya abrazaba a varios miembros del grupo y se besaban y lloraban, como digo el hombre con un porte decidido llevaba en sus brazos a una niña de un año de edad de raza negra, y a fe mía que es la niña de esa raza más bonita que he visto en mi vida.

En ese instante creo que todos los presentes ajenos a ese grupo numeroso que seguían gritando su alegría, llorando por la emoción y aplaudiendo y gritándoles a la pareja que llegaba enhorabuenas, entendimos la situación que nos era ajena hasta entonces, porque nadie tiene el corazón tan duro como para no emocionarse con esa escena.

Vi a la mujer joven recién llegada abrazarse a su padre entre sollozos diciéndole ¡Papaaaa! Y el hombre también lloraba cuando se fundía en el abrazo, una joven del grupo grababa la escena, sosteniendo a duras penas la cámara, y llorando casi con espasmos por la emoción, llevándose la otra mano a la boca, y su cara cubierta por lágrimas abundantes.

La abuela de la niña, andaba de un lado a otro, dándole gracias a Dios, agarrándose la cara envuelta en lágrimas, mientras era abrazada por varios miembros del feliz grupo, todos estaban emocionados, contentos, exultantes de felicidad.

Se trataba de una joven pareja, que venían felizmente de culminar su adopción internacional de su linda hija Sophie, es lo único que se de ese grupo, el nombre lo oí en varias ocasiones allí, pero por lo demás no quise preguntar, no tenia porque hacerlo, era un momento íntimo y familiar, solo me limité a observar, lo que pude, porque tuve que contenerme para no llorar también, lo que no conseguí con mis lagrimas que rebeldes y desobedientes me decían que estaban muy contentas de lo que observaban mis ojos.

Para entonces todos decían, "es preciosa", "que bonita es!", y estoy de acuerdo con ellos, todos le hacían carantoñas, le prodigaban besos y Sophie, solo miraba, con sus grandes, con los labios característicos de su genética, ¡Dios!, si que era bonita!, uno la imagina de modelo para los angelitos negros de Machín.

Pero no pregunté, no debía, mi cámara estaba en mi bolsillo y allí se quedó, no quise romper el momento familiar que allí se vivía. El padre comentaba a la niña, a su hija, "¿Qué te dicen, mi niña, que te dicen todos estos?", creo que el idioma español le era extraño o no muy conocido.
Y fue cuando ya no pude menos, soy humano, y casi con lágrimas en los ojos llamé la atención de la madre tocándole el brazo y le dije "enhorabuena", contestándome ella con un "gracias", emocionado.
Sophie, "vino al mundo", al "primer mundo", el sábado día 22 de noviembre, en un "parto sin nada de dolor", pero con mucho amor y ternura, estoy seguro que como el que le espera en su vida, el que le van a dar esos valientes padres cuyo honor y entrega a su paternidad está ya más que demostrada, durante el proceso que les supongo que han pasado.

En este caso, la niña vino por vía aérea, como siempre, y aterrizando en Barajas, pero en un vuelo internacional, desde algún lugar lejano.

Sophie, enhorabuena y felicidades, para ti y para tus papás, y gracias por habernos regalado uno de los momentos más emotivos que se puedan imaginar, que es la capacidad de llorar sin control por los buenos momentos de la raza humana.

 

La Inocencia de los niños ....

Hugo 4 años.:

Hugo preguntó a su madre: 'Mamá, ¿cómo salí de tu barriga?'. Y su madre le respondió: 'Pues primero salió la cabeza, después los hombros, luego el cuerpo y al final las piernas'. Y dijo Hugo, asustado: 'Mamá, ¿pero es que salí destrozado?'

Marta 4 años.:

Marta había oído hablar a su hermano mayor de que el hombre venía del mono, así que le preguntó a su madre: 'Tú, mamá, cuando eras mono.. ¿ya llevabas gafas?'

Tomás 6 años.:

Un día Tomás le preguntó a su madre: 'Si quieres ser torero, ¿el toro hay que llevarlo o te lo dan allí?'

Nacho 6 años.:

Una mañana, cuando su madre lo despertó para ir al cole, le dijo Nacho: 'No quiero ir más al colegio. Bórrame'. La madre le contestó: 'Pero si ya no te puedo borrar, tienes que ir todos los días'. Nacho, con cara de asombro, preguntó: '¿Es que me habéis apuntado con boli?'

Manuel 3 años.:

En la escuela infantil a la que va Manuel también hay bebés. Un día estaba mirando cómo uno de 10 meses pasaba las páginas de un cuento mientras balbuceaba sin parar, y le dijo a su profesora: 'No me gusta nada cuando lee en inglés'

Marta 3 años.:

Una noche, mientras todos dormían, Marta se acercó a la cama de su madre y le dijo: 'Mamá, mamá he hecho pipi, pero no he tirado de la cadena para no despertarte, ¿vale?'

Claudia 4 años.:

El padre de Claudia se agachó para atarle los zapatos, y la niña, al verle la coronilla sin pelo, exclamó alucinada: '¡Papá, tienes carne en la cabeza!'

Isaac 4 años.:

Isaac iba corriendo, tropezó con su hermana y la tiró al suelo. Su madre le dijo: 'Isaac, ¿qué le tienes que decir a tu hermana?'. E Isaac respondió: 'Que se aparte'

David 5 años.:

Un día les dijo a sus padres: 'Y vosotros, cuando yo tenga novia, ¿dónde vais a vivir?'

Pedro 4 años.:

Hace un par de meses decidieron hacerle el carné de identidad, que le llegó hace un par de semanas. Cuando su madre se lo enseñó a Pedro y le dijo que era su carné, él dijo: 'Ay, qué bien, ahora ya puedo conducir'

Julia 3 años.:

Cuando a Julia le dijeron sus padres que iba a tener un hermanito, ella dijo: ''Qué bien, pero ¿quienes van a ser sus papás?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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