7

¿Alguien ha pensado que es una suerte haber nacido?
Pues yo le digo que morir es igual de afortunado, y sé a qué me refiero.
Agonizo con los que mueren y nazo con los recién nacidos,
y mi yo no es sólo lo que hay entre mis botas y mi sombrero;
examino la inmensa variedad de todo lo que existe, y no hay nada
igual y todo es bueno;
es buena la tierra, buenas las estrellas y cuanto ellas contienen.


Yo no soy sólo la tierra, ni lo que hay en la tierra:
soy el esposo y el compañero de todo ser humano, inmortal e
insondable como yo,
(ellos ignoran que son inmortales, pero yo lo sé).


Cada especie para sí y para lo suyo, para mí todos los hombres y
todas las mujeres,
para mí los adolescentes que acabarán amando a las mujeres,
para mí el hombre orgulloso que siente lo que duele el ser
despreciado,
para mí la novia y la solterona, para mí la madre y las madres de
las madres,
para mí los labios que saben sonreír y los ojos que han derramado
lágrimas,
para mí los niños y quienes los engendraron.
¡Desnúdate! Ante mí no eres culpable, ni viejo, ni inservible;
además puedo ver a través de tus ropas aunque no lo quieras,
y estoy ahí constante, codicioso e incansable,
y no puedes librarte de mí.




Regresar

Hosted by www.Geocities.ws

1