El hechizo es aquella
acción que se caracteriza por el envío de
energía positiva o negativa de alguien hacia
alguien, operación que exige la
colaboración, mejor dicho, la dirección de
un operador, de un hechicero.
El hechicero es el que se
encarga de llevar a efecto los deseos del
atacante o del que ayuda hacia su víctima o
persona querida. De todos modos, hay que
saber que existen muy pocos hechiceros, y sí
muchos exhibicionistas, muchas personas que
se hacen pasar por hechiceros por el hecho
de que son conocedores de algunas nociones
de magia.
Para realizar un hechizo
son necesarias una serie de condiciones
indispensables. Los cuatro principios
fundamentales de la magia son los
siguientes:
- Saber: el saber en la
magia es imprescindible puesto que la
enseñanza de tales prácticas y la
transmisión de tales experiencias se produce
oralmente, de generación en generación.
- Poder: Al hechicero le
es necesario tener una enorme fuerza de
voluntad y de carácter. El poder del
hechicero se define como la capacidad de
este para poder afrontar perfectamente
cualquier situación que se produzca durante
el proceso de hechicería, por lo que lo
esencial es creer en lo que se está haciendo
y ejecutarlo con una total seguridad y
convicción de forma que ningún agente
exterior a los propios sea capaz de turbar
la buena marcha del hechizo.
- Atreverse: El atreverse
del hechicero es la puesta en acción de la
audacia del mismo. Si se es audaz al
efectuar un hechizo, se puede decir que se
es eficaz; en hechicería eficacia y audacia
son palabras sinónimas. Por lo tanto no vale
ser cobarde, y decir esto engloba cualquier
tipo de cobardía. El operador no puede temer
los efectos de un hechizo, de forma que "hay
que tirarse a las piscina con total
seguridad de que se sabe nadar".
- Callar: El hechicero
tiene que saber mantener en secreto las
prácticas. Ese secreto tiene que se
selectivo, puesto que se puede transmitir la
experiencia mágica a aquel que lo merezca, a
aquel que pueda ser un buen hechicero en el
futuro, en tal caso no hay necesidad de
esconderse; como ya hemos dicho en el primer
principio, el saber mágico se transmite de
generación en generación y por transmisión
oral.
Tipos de hechizos:
- Hechizo directo: En
este tipo de hechizo, se establece un
contacto directo con la víctima. Se trata de
hacer ingerir a la víctima las pócimas y
filtros necesarios para que reciba los
efectos deseados por el atacante.
En estos filtros se
hallan ingredientes tales como uñas,
cabellos u otros similares. Cuando se hacen
beber estos ingredientes suele haber una
intención sexual detrás, suele haber un
deseo de alimentar la atracción sexual hacia
alguien. Otros ingredientes suministrados
son las hierbas que se recolectan la noche
del 23 de junio ya que, según la tradición,
son muy efectivas amorosamente. A las
pócimas que llevan estos ingredientes suelen
añadirse muchas veces partes específicas de
algunos animales. También se trata de
filtros suministrados directamente a la
víctima.
Este tipo de hechizos es
de poca carga, a pesar de que los efectos
suelen ser tan efectivos como los de otro
tipo de hechizo; lo que ocurre es que son
menos duraderos y no llevan tanta energía
como otros.
- Hechizo indirecto: Este
tipo de hechizos son los mas corrientes por
su comodidad que es la distancia entre el
solicitante y la víctima, de modo que esta
ni sospecha lo que se está tramando.
El medio de comunicación
entre ambas partes es el hechicero que con
simulacros une las dos energías y facilita
el paso de energía positiva o negativa; su
instrumento de trabajo es el simulacro que
en este caso se trata de una imagen irreal
que tiene como función la de representar una
energía que vive y actúa sobre un plano más
etéreo que físico y que abre paso a las
energías.
El simulacro más
utilizado es la muñequita de cera que
simboliza la víctima como persona. También
suelen utilizarse fotos, ropas, restos de
animales y frutos (el limón es el más
utilizado). El animal vivo encadenado más
utilizado es el sapo y los elementos más
utilizados son los alambres, los huesos, las
ramas secas en forma de cruz, nidos de
pájaros, velas, etc.