Algunos psiquiatras y psicólogos
occidentales realizan una especie de exorcismo
en el tratamiento de pacientes que manifiestan
estar poseídos por seres extraños y
personalidades ajenas. La palabra "exorcismo" se
deriva del griego exousia, que significa
"juramento°, y se refiere a "poner al espíritu o
demonio bajo juramento" o invocar una autoridad
más alta para obligar a la entidad a actuar de
manera contraria a sus deseos.
Los ritos varían desde simples
invitaciones a retirarse hasta ceremonias
elaboradas, algunas de las cuales incluyen
bailes y trance donde se le pide a los dioses
que ayuden a expulsar al ente ofensivo. Dichas
ceremonias incluyen la oración, la producción de
malos olores, quemar incienso, pronunciar
vituperios y el uso de sustancias sagradas como
hierbas, agua bendita o sal.
El cristianismo asocia el
exorcismo con la posesión demoníaca ‑que se cree
es causada por Satán‑ y es considerado como una
batalla por el alma de la víctima. Sólo los
católicos romanos ofrecen un rito formal de
exorcismo, el Rituale Romanum, que data de 1614.
Antes de que el rito pueda llevarse a cabo,
deben manifestarse ciertos síntomas como la
levitación, la manifestación de una fuerza
sobrehumana, la clarividencia, el perjuro de
palabras o frases religiosas o "hablar en
lenguas". El rito se caracteriza por la
violencia: la víctima sufre dolores,
contorsiones extraordinarias, desagradables
ruidos corporales, diarrea, escupitajos, vómitos
y pronuncia malas palabras. La temperatura del
cuarto puede variar alternadamente de fría a
caliente y los objetos pueden volar en derredor.
Algunos protestantes también
realizan exorcismos. Los pentecostalcs y otros
carismáticos practican el "ministerio de la
entrega", en el cual las personas dotadas
arrojan demonios y curan mediante la imposición
de las manos.
En el judaísmo, la
literatura rabínica del siglo I se refiere a
rituales de exorcismo. Quizás el rito más
conocido concierne al dybbuk, un espíritu
maligno o alma errante que toma posesión del
alma de la víctima y le causa enfermedades
mentales y un cambio de la personalidad. El
dybbuk es expulsado a través del dedo meñique
del pie de la víctima y puede ser redimido o
bien enviado al infierno.
En el hinduismo,
budismo, islamismo, shintoísmo y muchas otras
religiones, se culpa constantemente a los
espíritus y fantasmas por toda suerte de males y
se les arroja fuera de lugares y personas. La
mayoría de tales aflicciones no son consideradas
batallas campales por las almas. Las técnicas
usuales de exorcismo hindú, por ejemplo,
incluyen soplar humo de estiércol de vaca,
apretar una piedra de sal entre los dedos,
quemar estiércol de cerdos, golpear a la víctima
o jalarle del cabello, usar monedas de cobre
como ofrenda, recitar oraciones o mantras y
ofrecer regalos de dulces u otros presentes.
En algunas tradiciones
shamánicas se cree que los demonios o espíritus
causan enfermedades y desgracias robándose las
almas. El shamán entra entonces en un trance
extático para buscar y recuperar el alma y
expulsar al demonio.