CUERPO CUBIERTO DE PUNTOS BLANCOS

Como su nombre ya lo da a entender, se trata de puntos blancos de 0,5 a 1 mm de diámetro, que cubren todo el cuerpo del pez. La intensa picazón que experimenta el animal, lo obliga a frotarse contra las paredes y piedras del acuario.
Esta enfermedad es producida por Ichthyophthyríus multififis, protozoario ciliado, que puede llegar a tener 1 mm de largo, por lo que puede verse sin necesidad de utilizar lentes de aumento. El cuerpo es redondeado, con las cilias distribuidas uniformemente sobre toda la superficie. El núcleo posee un gran tamaño y tiene forma de herradura. Ataca a todo tipo de pez.

La causa más frecuente del ataque de este microorganismo, es un enfriamiento súbito del agua, provocando la cesación del funcionamiento de las glándulas que segregan el mucus protector de la piel. En estas condiciones el parásito ataca al pez y penetra en la piel, produciendo úlceras debajo de ella, que a simple vista parecen pequeños puntos blancos, pero que en realidad son vesículas que contienen uno o más parásitos, muy dinámicos.

Después de unos días, el parásito abandona el pez y cae al fondo de la pecera, donde se cubre con una sustancia gelatinosa, que él mismo segrega, formando un quiste, en cuyo interior comienza a reproducirse por división. A las 36 horas ya se habrán formado un gran número de parásitos hijos (hasta 2.000), que salen para volver a atacar a los peces.

Esta enfermedad progresa con la temperatura, pero debe tenerse en cuente que el parásito posee muy poca vitalidad en el acuario muere en unos tres días si no hay peces donde fijarse o si falta oxígeno.

Un pez puede ser portador del parásito y no presentar síntoma alguno de la enfermedad, pero a la menor debilidad de su organismo se infectará. Más aun, puede quedar sano y transmitir la enfermedad a otros peces.

El tratamiento sólo tiene efecto positivo cuando se produce la ruptura de los quistes, pues no actuará mientras éstos están en el fondo del acuario, intactos, o bien cuando los parásitos están en las vesículas de la piel. De esto se deduce que el tratamiento térmico, para apresurar la apertura de los quistes, sin el tratamiento químico, es ilógico, pues lo único que hace es acelerar la reinfección y debilitar al pez.

Además, se deduce la importancia que tiene determinar exactamente el instante del ciclo en que puede operar el tratamiento químico. Pues bien, de acuerdo con el doctor Gofiffied Schubert, a 25ºC el parásito recién introducido en la piel necesitará seis días, o poco menos, para abandonar el pez (3-4 días después que aparecen los puntos blancos). Para producir la etapa infecciosa, se requiere un día más. Agreguemos otro día más como margen de seguridad. Por lo tanto a los ocho días es cuando el tratamiento químico es efectivo, acortándose el plazo en 24 horas con una temperatura de 27'C. Cada 4-5º C más de elevación de la temperatura, produce un día menos de duración del ciclo.

No es recomendable aumentar mucho la temperatura, especialmente si el pez está debilitado y tiene las branquias algo destruidas. Recuérdese que cuanto mayor es la temperatura del agua, menos oxígeno puede disolverse y el pez puede comenzar a experimentar dificultades respiratorias. Lo correcto está entre 21 y 26ºC para los peces tropicales y 15-20ºC para los peces de agua fría.

Teóricamente, es posible que los parásitos puedan localizarse en la piel del pez antes de que el medicamento comience a actuar, y el proceso se repetirá. Cuanto más pequeño y sobre poblado es el acuario, más fácil es que los parásitos encuentren un huésped donde localizarse.

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