LA OBSERVACION

En primer lugar, se comenzará por observar el comportamiento del pez, siendo datos útiles los siguientes:

  1. ¿Está decaído, triste?
  2. ¿Trata de esconderse?
  3. ¿Abandona su cardumen?
  4. ¿Nada en forma normal?
  5. ¿Existen alteraciones del equilibrio?
  6. ¿Permanece cerca de la superficie, en el caso de no ser ese su sitio normal?
  7. ¿Tiene dificultades para respirar?
  8. ¿Cuántos movimientos branquiales realiza por minuto?
  9. ¿Come bien?
  10. ¿Se ha tornado agresivo?
  11. ¿Se rasca contra el fondo o las piedras?

Si el comportamiento no es normal, habrá que pasar al estudio del pez mediante la observación externa,

Esto nos suministrará signos como los siguientes:

      1. Alteración del color total o parcial;
      2. Manchas anormales;
      3. Puntos blancos, negros o rojos en la piel y los músculos;
      4. Recubrimiento de la piel con un exudado;
      5. Enrojecimiento o empalidecimiento de las branquias;
      6. Enrojecimiento del ano;
      7. Manchas en los ojos;
      8. Aletas deshilachadas;
      9. Podredumbre de la cola;
      10. Manchas rojas en las aletas;
      11. Erizamiento de las escamas;
      12. Heridas junto a la boca, en los ojos, etc.
      13. Deformaciones de la columna dorsal;
      14. Perforación de los opérculos;
      15. Vientre hinchado ó por el contrario, flácido.

EL DIAGNOSTICO

Tal como lo hemos dicho en la introducción, sólo nos referiremos a las enfermedades más comunes de los peces de acuario, partiendo del síntoma o signo anormal más evidente, de acuerdo con los datos suministrados por la observación externa y del comportamiento.

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