Sangharákshita
En
el primer capítulo hablamos de algo muy sublime, nada menos que del Ideal de la
Iluminación Humana. En el segundo capítulo hablamos de experiencias bastante
avanzadas, bastante elevadas, experiencias a las que tal vez no tienen acceso
todos, por lo menos no por el momento. Pero en este tercer capítulo, hablaremos
de algo muy práctico, algo que puede ser relevante para cualquier persona. En
esta parte hablaremos del significado de la comunidad espiritual y esto lo
haremos simplemente a través de las siguientes preguntas: ¿Quiénes son los
miembros de la comunidad espiritual? ¿Dónde podemos encontrar la comunidad
espiritual? Y ¿qué es lo que hacen los miembros de la comunidad espiritual
para sí mismos y para el mundo?
Antes
de responder estas preguntas quisiera aclarar un posible malentendido acerca de
la palabra espiritual. Hablamos de la comunidad "espiritual", la vida
espiritual y la práctica espiritual, pero surge la pregunta ¿qué queremos
decir con la palabra espiritual? Esta palabra se usa muy a menudo y tal
vez con significados diferentes; algunas veces se usa en un sentido poco preciso
y hasta vago, para disfrazar una pobreza general del pensamiento, o para
expresar un sentimiento de inspiración muy vago. Por esta razón es necesario
que aclaremos el sentido auténtico del término.
El
uso que yo le doy al término, se puede contrastar tanto con lo psicológico
como con lo mundano. Lo psicológico, dentro de este contexto, señala aquello
que pertenece a estados mentales en general, incluyendo procesos y funciones
mentales. Lo espiritual, más específicamente, habla de lo que se conoce como
estados mentales diestros.
Ahora
bien, esto nos lleva a preguntar ¿qué se quiere decir con el término diestro?
Después de todo este término es bastante común en la literatura budista; de
hecho la palabra diestro con su opuesto, torpe, conforman un área
muy importante en todo el campo de la psicología y la ética budistas. El término
torpe aquí está asociado con la ignorancia, el odio y la avaricia;
mientras que el término diestro denota la ausencia de la ignorancia, el
odio y la avaricia. Si lo expresamos de una forma más positiva, podemos decir
que los estados mentales diestros son aquellos que se encuentran
asociados con la tranquilidad y la satisfacción mental, la amistad, el amor y
la sabiduría.
Se
puede notar que en la literatura budista no se habla de "bueno" y
"malo"; no se usan palabras como "pecado" o
"vicio" como en el cristianismo. Cuando habla con precisión, usando
sus propios conceptos filosóficos, lo hace en términos de lo que es diestro y
de lo que es torpe. Este enfoque sugiere varios aspectos importantes; por
ejemplo, que las buenas intenciones no bastan, que la "buena vida"
debe incluir sabiduría y claridad mental. Por lo tanto, en el budismo no
encontramos la figura del "Santo Tonto"; en el budismo esto sería una
contradicción. El uso de la palabra perspicacia, también sugiere que si caemos
en su opuesto, en la torpeza, nos enfrentamos con dificultades e incluso con
sufrimiento; de la misma forma que cuando no sabemos usar un cuchillo,
terminamos cortándonos.
Los
tres vocablos: avaricia, odio e ignorancia, son traducciones de los términos
originales en pali y sánscrito, las lenguas originales de la India, sin
embargo, no nos dan una idea clara del significado real de los términos
originales. Una fuente tibetana puede darnos una descripción más extensa y
detallada. Según esta fuente, la avaricia es el deseo vehemente de poseer
objetos sensuales agradables, tratando de incluirlos en nuestra identidad del
yo, con la esperanza de obtener una sensación de seguridad al formar parte de
nuestro yo. El odio se define como el rechazo basado en el temor y la cólera
que nos conduce a separarnos de objetos que nos resultan desagradables, tratando
de excluirlos de nuestro ego, con la esperanza de obtener una sensación de
seguridad. Finalmente, la ignorancia se define como la insistencia en no
entender cualquier cosa que parece amenazar nuestra identidad, ya que representa
un peligro para nuestra seguridad; creemos que al permanecer ignorantes
preservaremos cierta sensación de seguridad. Estas tres definiciones, aunque
han sido resumidas, son bastante importantes y tienen un gran alcance.
Con
la ayuda de estas tres definiciones, podemos comenzar a entender lo que es la
comunidad espiritual. Una comunidad espiritual es aquella que fomenta en sus
miembros el desarrollo de estados mentales positivos, diestros, considerados el
mejor ideal posible para todo ser humano, en lugar de estados mentales
negativos, torpes.
Asimismo,
la vida espiritual es una vida dedicada al desarrollo de estados mentales
diestros en el sentido más sublime; es una vida enteramente basada en el
desarrollo y la expresión de estados mentales diestros, de paz y satisfacción
mental, amistad y sabiduría. La práctica espiritual constituye así, cualquier
método o ejercicio, cualquier observancia que conduce a erradicar estados
mentales torpes y a desarrollar estados mentales diestros.
Esta
distinción entre estados mentales diestros y torpes puede servirnos de base
para diferenciar varios niveles de experiencia. En primer lugar, existe un nivel
de conciencia en donde solo encontramos estados mentales torpes; en segundo
lugar, existe un nivel de conciencia en donde solo encontramos estados mentales
diestros; y tercero, existe un nivel de conciencia en donde encontramos una
mezcla de ambos. Además puede verse que estos tres niveles de conciencia
corresponden con los tres planos de la existencia. Así, en orden ascendente,
tenemos primero lo que podemos llamar el plano mundano; este es el plano de la
existencia donde los seres están motivados total o parcialmente, por
pensamientos de avaricia, odio e ignorancia. Es un estado en el que los seres
actúan con torpeza, es decir, causan daño a otros seres, toman lo que no les
pertenece, dan expresión a deseos sexuales de explotación, hablan falsedades,
con malicia y crueldad, van creando discordia entre la gente, hablando sin
sentido y estableciendo diálogos frívolos e inútiles. Este es pues, el plano
de la vida mundana.
El
plano donde encontramos una mezcla de estados mentales diestros y torpes es el
plano de conflicto, de lucha y de esfuerzo. Es el plano donde los estados
diestros y torpes están más o menos en equilibrio. En este encontramos a las
personas que se han embarcado en la vida espiritual, aquellos que han empezado a
tratar de evolucionar. De la misma forma que un anfibio es una criatura que vive
parte del tiempo en el agua y parte en la tierra, las personas que se encuentran
en este plano mixto, son anfibios en un sentido espiritual. Estas personas a
veces se comportan de una forma bastante mundana y a veces de una manera
bastante espiritual.
En
tercer lugar está el plano espiritual. En este plano los seres están motivados
exclusivamente por pensamientos diestros: motivados por la fe, la energía y la
compasión, por la felicidad y la lucidez de conciencia. En este plano las
acciones son generosas y puras, se dice la verdad de una forma afectuosa y
amable, se promueve la armonía y la concordia, y todo aquel que escucha se
beneficia.
Como
puede haberse notado a lo largo de este libro, el budismo habla de cuatro
niveles de conciencia: la conciencia asociada con el plano de la experiencia
sensual, la conciencia asociada con el plano de las formas mentales y
espirituales, la conciencia asociada con el plano de la no forma y, finalmente,
la conciencia asociada con el camino trascendental y con el Nirvana. Lo que aquí
hemos llamado el "mundo", corresponde entonces al plano de la
experiencia sensual, y lo que hemos llamado el plano espiritual corresponde al
plano de la forma mental y espiritual, junto con el plano de la no-forma. A
veces la palabra espiritual se usa de tal manera que incluye en su significado
el plano Trascendental, pero yo prefiero mantener una distinción clara entre lo
espiritual y lo Trascendental.
Si
vivir en el mundo significa estar motivados por pensamientos torpes, hablar
palabras torpes y actuar torpemente; y si la vida espiritual consiste en la
erradicación progresiva de estados mentales torpes, el desarrollo de estados
mentales diestros, y finalmente en sentirnos completamente motivados por tales
estados, entonces está claro, que cuanto más nos dediquemos a la vida
espiritual, menos viviremos en el mundo. Esta separación, este abandono del
mundo, puede ser solo mental, sin embargo también puede estar acompañado de la
separación física. La gente a veces pregona que disociarse de algo a un nivel
mental, y que el disociarse física y verbalmente no es importante, sin embargo,
muy a menudo no sabemos si nos hemos disociado realmente de algo hasta que nos
hemos separado materialmente de ello. En el budismo esta separación material
del mundo se conoce tradicionalmente como "Ir hacia Delante"; la
renuncia de la vida hogareña a cambio de la vida errante. Esta consiste
esencialmente en abandonar las actitudes mundanas, los estados mentales torpes.
Pero esta no es una tarea fácil, sobre todo si la gente que nos rodea está
inmersa y da rienda suelta a tales estados mentales, dándole expresión a través
de palabras y acciones torpes, y aún más, esperando que uno lo haga también.
Así que surgen tensiones y conflictos, en tanto que nosotros estamos tratando
de cultivar y desarrollar pensamientos diestros, otros están dejándose llevar
por pensamientos torpes, hasta que un día, o una noche, decidimos que no
podemos tolerar más dicha tensión. Decidimos liberarnos de esa tensión, de
ese conflicto, queremos ser libres para valernos por nuestros propios medios,
libres para desarrollarnos a nuestra manera, diestramente, así que dejamos
todo, nos marchamos, vamos hacia delante.
En
la tradición budista tenemos un ejemplo clásico de este Ir a solas hacia
Delante. Esto es lo que se conoce como el acto de Ir hacia Delante del Buda
mismo. Si conocemos, por lo menos a grandes rasgos la historia del Buda,
sabremos que Sidarta, como él se llamaba entonces, nació dentro de la
orgullosa tribu guerrera de los Shakyas. Al provenir de una familia rica y
aristocrática, se encontraba en la privilegiada posición de satisfacer
cualquier deseo que pudiera tener. Tenía todo cuanto pudiera desear y que el
mundo pudiera ofrecer: salud, juventud, fuerza, riquezas, posición social o
educación. Contaba con muchas diversiones, amigos y un extenso círculo social;
también contaba con una esposa y un hijo. Pero a pesar de que tenía todo, su
familia no le podía dar lo que el más anhelaba. Y aunque él quizás no lo sabía
a esas alturas, lo que realmente quería era algo espiritual, algo
Trascendental; por consecuencia sentía que la vida mundana le oprimía cada vez
más, y así un día, decidió dejarlo todo.
Esperó
que llegara la noche, cuando todos se encontraban dormidos montó su caballo
favorito y se marchó, dejando atrás su palacio, su hogar. Se dice que estaba
acompañado de un sirviente fiel que iba corriendo al lado del caballo. Sidarta
cabalgó hasta que amaneció y llego a la orilla de un río, que marcaba la
frontera del territorio de su padre. Entonces desmontó, se corto el cabello y
se afeitó con su espada, intercambiando su atuendo con un pordiosero que pasaba
por allí. Finalmente mandó a su caballo y al sirviente de regreso a casa y
continuó su camino a solas. Y esto es lo que se conoce como el "Ir Hacia
Delante", en este caso de Sidarta, que posteriormente se convirtió en el
Buda. También se le conoce como la "Gran Renunciación", y para los
budistas este es el clásico ejemplo de acto de Ir hacia Delante, no solamente
de una forma mental, sino también en un sentido textual, con el cuerpo, el
habla y la mente. Incluso se podría decir que el acto de Ir hacia Delante
del Buda es el arquetipo del Ir hacia Delante. Después de todo, Sidarta no es
el único que ha Ido hacia Delante, sino que mucha gente lo hizo en los tiempos
del Buda y en todos los períodos de la historia; no solo en el pasado, sino
también en el presente. Quizás por el simple hecho de estar leyendo este libro
también estamos Yendo hacia Delante -no en un sentido literal, sino
mentalmente: Ir hacia Delante dejando atrás algunas de nuestras actitudes
mundanas, algunas de nuestras formas convencionales de pensar, y dejando atrás
ciertas actitudes colectivas.
¿Pero
qué sucede cuando Vamos hacia Delante? Muy a menudo, por supuesto, no pasa
nada. Muy a menudo simplemente continuamos Yendo hacia Delante de una forma
indefinida, permaneciendo a solas. Sin embargo si somos "afortunados",
algo pasa: empezamos a conocer a otros que han Ido hacia Delante, en la forma en
que nosotros lo hemos hecho. Más aún, la gente que empezamos a conocer no es
solo gente que ha dejado cosas atrás, sino que al Ir hacia Delante se ha
comprometido a seguir un camino espiritual, e incluso comprometido con lo
Trascendental. En otras palabras hemos encontrado en este momento la Comunidad
Espiritual.
Podemos
estar pensando ahora que nos ha llevado mucho tiempo llegar al punto de la
Comunidad Espiritual; sin embargo esto es lo que generalmente sucede en la práctica.
Sidarta mismo, nunca se encontró con la comunidad espiritual; por lo menos no
durante su período de Ir hacia Delante. Tuvo que formar una después de
alcanzar la Iluminación. Sin embargo nosotros somos mucho más afortunados, ya
que contamos con la oportunidad de encontrar una Comunidad Espiritual; ¿pero qué
es la Comunidad Espiritual?
¿Quiénes
son los miembros de la Comunidad Espiritual?
Brevemente
podemos decir que los miembros de la Comunidad Espiritual son individuos que han
Ido al Refugio. Son individuos que se han comprometido a lo que se conoce como
"Las Tres Joyas". Antes de decir más acerca de las Tres Joyas, me
gustaría explorar el término "individuo". Los individuos en la
Comunidad Espiritual son personas que han tomado una decisión de una forma
individual e independiente. Han aceptado la responsabilidad de su propia vida y
han decidido que quieren desarrollarse y crecer como seres humanos. Por lo
tanto, la Comunidad Espiritual no es un grupo en el sentido común y corriente;
no es algo colectivo con una mente o alma colectiva. No posee una identidad
colectiva en la que uno pierde su identidad propia o en la que se sumerge. La
comunidad Espiritual es una asociación voluntaria de individuos libres, que están
vinculadas por su compromiso a un ideal, el ideal de las Tres Joyas.
Las
Tres Joyas son, en primer lugar, el Ideal a la Iluminación Humana; en segundo
lugar el Sendero a la Evolución Superior, que está constituido por el Sendero
de niveles de conciencia sucesivamente más altos, desde la auto-conciencia
hasta la Conciencia Absoluta; y la tercera de las Joyas es la Comunidad
Espiritual misma. La Comunidad Espiritual está formado, por lo tanto, por todos
aquellos que, con el objeto de alcanzar la Iluminación, se han dedicado al
desarrollo de estados mentales diestros. En el sentido más elevado, la tercera
Joya es lo que llamamos la Comunidad Trascendental: es la parte de la Comunidad
Espiritual que no sólo ha Ido al Refugio, que no sólo ha desarrollado estados
mentales diestros, sino que también ha alcanzado el nivel de la Visión
Clara: que ha visto por lo menos por un momento la Realidad cara a cara. Los
miembros de esta comunidad han roto las tres barreras primeras, como se les
llama a éstas, y que atan al ser humano a la existencia condicionada. Los
miembros de esta comunidad están dispuestos a morir con el objeto de renacer
espiritualmente. Su práctica del Sendero es una entrega total, sin ningún tipo
de reservas.
En
términos budistas más tradicionales, a las Tres Joyas se les conoce como la
Joya del Buda, la Joya del Dharma y la Joya de la Sangha. Se les denomina Joyas
debido a que, hasta tiempos recientes, las joyas han representado lo más
valioso entre los objetos materiales. De esta forma las Tres Joyas representan
lo más valioso en un sentido espiritual; representan los más altos valores de
la existencia humana.
En
términos más concretos, los miembros de la Comunidad Espiritual son todos
aquellos que han recibido la ordenación, usando esta palabra de una forma
provisional. Sus miembros se han comprometido a las Tres Joyas, por medio de la
mente, el habla y el cuerpo, de una manera completa, con todo su ser. Incluso
este compromiso ha sido reconocido por los miembros de la Comunidad Espiritual,
especialmente por un miembro experimentado. Se han comprometido a la observación
de ciertos preceptos morales. Los miembros de la Comunidad Espiritual, en este
sentido, pueden ser de cualquier edad, jóvenes o mayores, hombres o mujeres,
con estudios avanzados o sin ellos. Pueden ser personas que estén viviendo en
casa con su familia, o puede que hayan Ido hacia Delante en un sentido literal.
Pueden ser personas laicas o estar siguiendo un estilo de vida monástico. Y
pueden encontrarse en diferentes niveles de desarrollo espiritual, sin embargo,
todos ellos habrán Ido al Refugio comprometiéndose a las Tres Joyas, pasando a
ser así todos, de igual manera, miembros de la Comunidad Espiritual.
¿Dónde
se puede encontrar a la Comunidad Espiritual?
Podemos
encontrarla dondequiera que haya individuos que estén Yendo al Refugio; en
especial se encontrará dondequiera que dichos individuos estén en contacto
personal y se estén reuniendo con regularidad. Obviamente, este contacto no es
simplemente algo social, sino espiritual e incluso, podríamos decir,
existencial. Donde haya miembros de la Comunidad Espiritual viviendo bajo el
mismo techo estarán formando una Comunidad Espiritual residencial. Las
comunidades espirituales residenciales pueden ser de varios tipos, por ejemplo,
pueden ser monásticas o semi-monásticas (en lo personal no me gusta el término
monástico, ya que no es una expresión budista, pero es difícil encontrar un término
adecuado). La comunidad espiritual residencial, ya sea monástica o semi-monástica,
puede ser una comunidad de hombres o mujeres; en cualquier caso, los miembros de
la comunidad viven juntos bajo condiciones relativamente ideales: con frecuencia
en un sitio tranquilo y algo apartado, dedicándose principalmente al estudio,
la meditación y el desempeño de un trabajo, que generalmente toma la forma de
una cooperativa.
En
algunas partes del mundo budista se ha identificado a la Comunidad Espiritual
con la comunidad monástica de una forma exclusiva, e incluso con la comunidad
monástica en un sentido estricto. Sin embargo esto constituye un gran error; la
Comunidad Espiritual está formada de todos aquellos que están Yendo al
Refugio.
¿Qué
hacen los miembros de la Comunidad Espiritual para sí mismos, para cada cual y
para el mundo?
Para
sí mismos, se puede decir que, ante todo, ellos llevan a cabo su práctica
espiritual de forma individual. Continúan estudiando, meditando, haciendo un
trabajo ético, observando los preceptos, por mencionar algunos ejemplos. Más
específicamente, sin embargo, es más difícil explicar lo que los miembros de
la Comunidad Espiritual hacen como miembros de dicha comunidad, debido a que no
es algo que hacen sino algo que son. No obstante es posible decir una cosa: un
miembro de la Comunidad Espiritual se ha puesto en una posición que le permite
relacionarse con otros con bases puramente espirituales, o por lo menos
predominantemente de este tipo; es decir, basándose en un ideal espiritual común
o un compromiso espiritual común.
¿Qué
significa esto? Nos encontramos con gente todo el tiempo, ya sea en nuestra
casa, en un club, en un bar o donde sea; y nos relacionamos con estas personas
de muchas formas diferentes. Generalmente, nos relacionamos con ellos basados en
nuestras necesidades, a pesar de que éstas pueden ser mutuas. Algunas veces
estas necesidades son sexuales, económicas o sociales, pero a fin de cuentas éstas
siguen siendo necesidades; por lo que la relación con frecuencia es interesada,
incluso mutuamente interesada. Claro está que muchas veces nos cuesta trabajo
admitir esto, o admitir lo que realmente queremos de las otras personas. En
ocasiones ni siquiera somos conscientes de lo que realmente estamos buscando.
Esto significa que con demasiada frecuencia nuestras relaciones con otros son
deshonestas, o por lo menos confusas. Significa que dan lugar a malentendidos
mutuos y justificaciones.
Por
otra parte, dentro de la Comunidad Espiritual no nos relacionamos con los demás
de este modo. Dentro de la Comunidad Espiritual se propicia una situación en la
que todos queremos desarrollarnos espiritualmente, ya que todos estamos Yendo al
Refugio. Por lo tanto nos relacionamos basándonos en nuestro compromiso e ideal
comunes; nos relacionamos basándonos en nuestro interés común más elevado.
Si nos relacionamos con otros de esta manera entonces los experimentamos de una
manera diferente: los percibimos como seres espirituales. Debido a que
vivenciamos a otros como seres espirituales, nos experimentamos a nosotros
mismos como seres espirituales también. De esta forma se acelera el paso del
desarrollo espiritual y nos experimentamos a nosotros mismos de una manera más
auténtica y más intensa.
En
términos más coloquiales, dentro de la Comunidad Espiritual podemos
manifestarnos como somos en nuestro estado más positivo y virtuoso. Con
frecuencia, cuando se habla de "ser uno mismo", se está haciendo
referencia a ello en el sentido de ser uno mismo en sus peores aspectos; se
refiere a mostrar el lado nuestro que no queremos reconocer. Sin embargo el ser
uno mismo puede significar mostrar lo mejor de sí. Dentro de la Comunidad
Espiritual podemos mostrar este lado, y si es necesario nuestro peor lado también,
pero podemos ser nosotros mismos por completo y de una manera perfecta.
En
el contexto de la vida común y corriente esto ocurre en pocas ocasiones, como
todos sabemos. E incluso ni siquiera llega a suceder con las personas más
cercanas a nosotros y con los que queremos más: con nuestro padre y madre, con
nuestro esposo y esposa, con nuestros amigos. En ocasiones no podemos realmente
ser nosotros mismos con relación a ciertos temas. Mucha gente pasa su vida sin
poder ser ella misma con nadie, de una manera continua y completa, por lo que
halla difícil experimentarse tal y como es.
Dentro
de la Comunidad Espiritual podemos ser nosotros mismos con muchas personas.
Podemos estar con cinco, seis, diez o doce personas, siendo nosotros mismos -y
quizás con hasta cuarenta, cincuenta o sesenta personas presentes-. Para la
mayoría de la gente esto es inaudito, sin embargo sucede dentro de la comunidad
espiritual, ya que en ella nos relacionamos con los demás partiendo de lo mejor
de nosotros mismos.
Por
lo tanto, dentro de la comunidad espiritual experimentamos un gran alivio y un
gran gozo; sin tener que ocultarnos. Podemos ser nosotros mismos con otros que
están siendo ellos mismos también; hay una claridad completa entre la gente
sin tener que preocuparnos de malentendidos. En una situación como ésta, es
natural que nos desarrollamos más rápidamente de lo que sería posible de otra
manera. Entonces, por el simple hecho de ser miembros de la Comunidad Espiritual
logramos hacer bastante por nosotros mismos; podemos hacer esto al ser miembros
activos de ella, ya que no hay miembros de ningún otro tipo.
¿Qué
hacen los miembros para cada cual? Se ayudan unos a otros en todas las formas
posibles; se ayudan unos a otros en un nivel espiritual, en un sentido psicológico,
económico e incluso en asuntos relacionados con la vida diaria. Voy a mencionar
dos formas en las que se ayudan entre sí los miembros de la comunidad
espiritual que son de particular relevancia.
He
dicho que dentro de la comunidad espiritual nos relacionamos sobre la base de
nuestro compromiso e ideal comunes; pero esto no siempre es fácil. Mucha gente
se une a la comunidad espiritual; gente que cuenta con antecedentes históricos
muy diferentes, con distintas personalidades y formas de ver la vida. Hallamos
que es fácil llevarnos bien con algunos de ellos mientras que con otros no es
tan fácil. Incluso llegamos a descubrir, con horror, que hay ciertas personas
en la comunidad espiritual que nos disgustan. ¿Qué hacemos en tales
circunstancias? No queremos irnos de la comunidad espiritual ni tampoco podemos
pedirles a estas personas que se vayan; lo único que podemos hacer es trabajar
unidos en nuestras dificultades. Tenemos que reconocer que lo que tenemos en común
es mucho más importante que lo que tenemos en contra; y tenemos que aprender,
algunas veces en forma dolorosa a relacionarnos con ellos basándose en lo que
tenemos en común. De esta manera, los miembros de la comunidad espiritual se
ayudan entre sí para resolver las antipatías puramente subjetivas, así como
sus limitaciones ayudándose unos a otros a relacionarse basándose en lo que
tienen en común y que se encuentra en un plano más elevado.
La
vida espiritual no es algo fácil; no es muy sencillo erradicar pensamientos
torpes y desarrollar pensamientos diestros. Algunas veces nos apetece darnos por
vencidos y dejar todo. Incluso llegamos a sentir que es demasiado para nosotros,
que es ir demasiado cuesta arriba, que hay demasiadas dificultades. Puede que
sintamos ganas de irnos de la comunidad espiritual, y en ocasiones como éstas,
los miembros de la comunidad se ayudan entre sí, se dan ánimos y se inspiran
mutuamente. Quizás esto es lo más importante: animarse unos a otros cuando se
atraviesa por dificultades y tropiezos, incluso cuando alguien se siente
deprimido, como a veces sucede. Cuando pasamos por una crisis de este tipo es
agradable tener cerca a miembros de la comunidad espiritual, los que de una
manera sincera desean nuestro bienestar espiritual.
Finalmente
¿qué es lo que hacen los miembros de la Comunidad Espiritual por el mundo? En
primer lugar me gustaría aclarar una cuestión: los miembros de la Comunidad
Espiritual no están obligados a hacer nada por el mundo. Aquí la palabra
operativa es "obligados". Cualquier cosa que hagan, la harán de
manera libre y voluntaria; la harán incluso como parte del proceso de su
desarrollo espiritual. Dicho de otro modo, la comunidad espiritual no tiene que
justificar su existencia en el mundo; no tiene que demostrar que produce mejoras
sociales, económicas, que es de ayuda al gobierno de un país, o que produce
beneficios en un sentido material.
En
general los miembros de la Comunidad Espiritual hacen dos cosas por el mundo.
Podríamos decir que es algo positivo para el mundo que la Comunidad Espiritual
esté simplemente allí, que haya gente dedicada a la vida espiritual y que esté
tratando de desarrollar estados mentales diestros. Es bueno porque ayuda a
desarrollar una atmósfera más sana.
En
segundo lugar, los miembros de la Comunidad Espiritual ayudan al mundo
construyendo un puente entre el mundo y la Comunidad Espiritual o por lo menos
edificando los escalones. Un equipo de cinco o más miembros de la Comunidad
Espiritual se unen para conducir diversas actividades que favorecen el
desarrollo de estados mentales diestros y que ayudan a la gente a evolucionar y
trasladarse de un plano terrenal al plano mixto y quizás hasta del plano mixto
al plano espiritual. Conducen clases de meditación, retiros, conferencias,
clases de yoga, cursos de comunicación humana. Todas éstas están abiertas
para todo aquel que quiere aprovecharlas.
De
esta manera los miembros de la Comunidad Espiritual, aquellos individuos que se
han comprometido al ideal de la Iluminación Humana, a alcanzar de niveles de
conciencia más elevados y a la penetración de la verdad; ayudan al mundo a
desarrollar pensamientos cada vez más diestros, emociones de amor, alegría y
comprensión, conociendo por sí mismos el significado de la Comunidad
Espiritual.