De El Campeón de los Obreros
De 15 al 28 de Febrero del 1990

La Brutal Explotación de los Obreros Inmigrantes Mexicanos en
los EE.UU.

Por Jim Rosenbaum

Para tan solo sobrevivir, enteras familias de trabajadores agrícolas mexicanos y mexicanos-americanos, inclusive niños, tienen que trabajar. En el foto, la familia Castañon se detiene en Hope, Arkansas, en rumbo hacia Standish, Michigan para cosechar.

En números anteriores de El Campeón de los Obreros hemos visto como México ha venido a depender cada vez más y más en el imperialismo estadounidense. Programas de austeridad han sujetado al pueblo obrero de México a un desempleo y una pobreza devastadora. Mientras tanto, los bancos norteamericano quienes han impuesto aquellos programas, han adquirido billones de dólares en superganancias del peonaje de deuda a que México es sujeto.

Debido a una empeorando condición de vida, crecientes millones de obreros Mexicanos han sido obligados a dejar su patria y a cruzar la frontera con los EE.UU. para ganarse la vida cotidiana. Pero allá encuentran una forma nueva de superexplotación que sirve sólo para asegurar los intereses de los mismos capitalistas monopolistas quienes mantienen su patria en un estado de dependencia. La situación de estos inmigrantes es el tema de este artículo.

Los Obreros Agrícolas

El área de trabajo tradicional de los inmigrantes mexicanos en los EE.UU. ha sido el trabajo agrícola. Obreros chicanos y mexicanos forman la mayor parte de los migrantes campesinos nacionalmente. Estos proceden hacia al norte en los estados del oeste, desde los campos de lechuga y uvas en California hasta Oregon y Washington. Trabajan en el fértil valle del Río Grande y en otras partes de Tejas. También recogen tomates y otras frutas y vegetales en Ohio y Michigan. Inmigrantes de Jamaica y Afro-Americanos han sido los obreros principales en los campos de cítricos de Florida y los cañaverales de Louisiana, y Afro-Americanos han sido los obreros principales en los huertos de manzana en el norte de Nueva York y en Vermont. Pero campesinos nacidos en México con más frecuencia se encuentran en esos terrenos así como también en las cosechas de tabaco y batatas en Carolina del Norte y en otras cosechas a lo largo de la costa este.

A estos obreros se les paga a un rédito por pieza y aunque esto debe ser implementado de tal manera que los obreros han de ganar cuando menos el salario mínimo de $3.35 por hora, esto no siempre sucede. Los migrantes deben trabajar rápido para ganar incluso este mínimo. El trabajo es irregular y con frecuencia produce un ingreso de menos de 5 días en la semana. Además es trabajo de temporada ya que los tiempos de plantar y cosechar solo duran unos cuantos meses al año.

Familias enteras incluyendo niños escolares de los migrantes a menudo tienen que trabajar duras horas para ganar lo necesario para sólo sobrevivir. El ingreso medio de una familia de cuatro migrantes se calcula entre $7,000 y $9,000 al año, muy debajo del nivel de pobreza. Mas durante la sequía que afectó gran parte de los EE.UU. en 1988, muchos obreros ganaron sólo la mitad de eso. Desde luego, la mayoría de los dueños de los ranchos llevaban seguro contra la sequía - los obreros recibieron nada.

Los campesinos migrantes aún son sujetos al peonaje de deuda. La comida, que por lo regular tiene que ser consumida en el campo mismo, es de precios elevados y es descontado del salario. Con frecuencia los mayordomos facilitan por adelantado tabaco, vino o hasta drogas a los obreros para luego cobrárselos en el día de pago.

Los motivos por el mal pago del trabajo agrícola no tienen que ver con la naturaleza de ese trabajo. Otros trabajos, tales como aquellos de obreros en construcción, exigen un nivel de destreza similar y son arduos de igual manera pero son remunerados mucho mejor. Los rancheros capitalistas y el gobierno conscientemente superexplotan a los obreros. Hasta tiempos recientes los obreros agrícolas fueron exentos del salario mínimo federal y de los estatutos regularizando horas de trabajo extra. Hoy están formalmente cubiertos, pero en la realidad estos provisiones por lo regular son ignorados por los dueños y por el gobierno. Además, el estado de indocumentación de innumerables obreros agrícolas inmigrantes los hace susceptibles a ser despedidos y a la deportación si se quejan contra sus condiciones. Esto ha hecho la formación de sindicatos de estos obreros mucho más difícil. Los rancheros capitalistas también han podido siempre contar con el renovado abastecimiento de obreros inmigrantes.

Pero el trabajo desvalorizado de los obreros agrícolas inmigrantes no sirve de beneficio sólo para los dueños agricultores. Muchos rancheros en la realidad operan bajo contrato a los gigantescos negocios agrícolas. Por ejemplo, los cultivadores de tomate en el oeste medio de los EE.UU., a menudo se encuentran bajo contrato con empresas tales como Libby's y Campbell's, quienes determinan la proporción de la cosecha, fijan los precios del tomate ya recogido, etc. Se calcula que del valor total de los tomates, los obreros del campo y de las fábricas de conservas, cada uno recibe el 4%, los rancheros reciben el 9%, mientras que las grandes fábricas de conservas como Libby's y Campbell's reciben el 83%. De igual manera, en otras empresas que dependen de la labor de las inmigrantes, los capitalistas pequeños que en hecho emplean grandes números de obreros a sueldos bajos son contratados por los grandes monopolios para evitar el pago de más altos salarios a sus obreros sindicalizados por medios de esta estrategia - llamándose ésta, trabajo extra-contratado. Por lo tanto, no son los rancheros de limitadas extensiones los que realizan las superganancias del labor de los obreros inmigrantes sino los grandes monopolios agrícolas.

Los inmigrantes viven en los campos, muchas veces durmiendo en cuartos sin calefacción y en traileres repletos de gente. Frecuentemente no hay acceso a agua caliente, o ni siquiera a agua potable y ni a servicios higiénicos. La obra siempre es ardua, requiriendo al trabajar agachado, de rodillas y en ciertas tareas de excavar con las manos mismas. Muchos obreros del campo sufren serios impedimentos físicos de tal trabajo, tal como dolores de la espalda, dislocamientos del disco dorsal y de la bursitis.

El trabajo del campo es una de las ocupaciones mas peligrosas en los EE.UU. Cerca de 300,000 obreros agrícolas se enferman anualmente a causa de las químicas tóxicas en las pesticidas y herbicidas utilizadas en los campos. Se sabe que muchas de estas químicas causan el cáncer. En McFarland California, una pequeña comunidad de 6,000 habitantes, once niños de campesinos fueron diagnosticados con cáncer entre 1981 y 1986, y cuatro de estos murieron. Otros padecimientos resultantes de estas químicas incluyen irritaciones crónicas de la piel, anormalidades en los riñones y en el hígado y problemas en los centros respiratorios. Las mujeres campesinas llevan siete veces la probabilidad de malparir en comparación al resto de las mujeres en los EE.UU.

Todo esto resulta en el hecho que los obreros del campo llevan una expectativa de vida de sólo 49 años, en contraste a más de 70 años del resto de los habitantes en los Estados Unidos. Esta es una de las indicaciones más evidentes de la vida brutal de la explotación que es enfrentada por los obreros del campo hoy en los EE.UU.

Que algunos pequeños mejoramientos se han realizado en las condiciones de vida de los obreros agrícolas en recientes años ha sido sólo a consecuencia de las acciones militantes de los obreros mismos, ambos inmigrantes y estadounidenses. Los sindicatos agrícolas han crecido, no sólo en California, sino en el oeste medio estadounidense y a lo largo de la costa del este. Los obreros han crecido, no sólo en California, sino en el oeste medio estadounidense y a lo largo de la costa del este. Los obreros han luchado por sus sindicatos, contratos y mejoramientos en condiciones de la salud, no sólo con el boicot sino con las huelgas, manifestaciones y otras acciones masivas.

En agosto de 1978, 2,000 huelguistas llevó a cabo un paro contra los rancheros contratados a Libby's y Campbell's, y organizaron un boicot de estas empresas agrícolas el siguiente año. El paro, que duró más de cinco años, fue el paro laboral agrícola más grande en la historia del este medio de los EE.UU. Obligó a los rancheros y a las empresas agrícolas a firmar un acuerdo de tres partes que facilitara mejor pago y mejores condiciones de trabajo. En estas acciones los obreros tienen que enfrentar el riesgo de ser despedidos, arrestados y hasta deportados. Pero su militancia ha verificado su determinación de llevar la lucha hacia adelante.

El Estado Canaliza el Trabajo de los Inmigrantes por los Capitalistas

El gobierno, que sirve como junta de directores de la clase capitalista, juega un papel importante de canalizar los obreros inmigrantes de México y de otros países en varios sectores de la economía. El "Programa Bracero," que duró desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1964, era establecido para proveer los monopolios agrícolas con una fuente abundante de trabajo desvalorizado.

Siguió el programa H-2, que también era designado para proveer obreros contratado, no sólo de México pero también de Jamaica y de otros países. En el sistema de obreros contratados, el gobierno y los rancheros capitalistas determinan el salario - los obreros no tienen ni voz ni voto. Más recientemente, el gobierno de los EE.UU. pasó el Acto de Reforma y Control de la Inmigración. Uno de las metas principales de este acto era de aumentar ataques chauvinistas contra los obreros inmigrantes.

Los "necesidades" de los rancheros de una fuente suficiente de obreros inmigrantes han sido proveídos por el gobierno a través de los programas de "Special Agricultural Worker" (SAW) y "Replenishment Agricultural Worker" (RAW). El programa de SAW "legalizó" unos 1.3 millones de obreros, más de 80% de México. Ellos solamente tuvieron que mostrar que han hecho una cantidad especifica de trabajo en la agricultura perecedera en los EE.UU. Mientras tanto, muchos de esos obreros utilizaron su estatus nuevo para obtener trabajos que pagaban relativamente mejor en las industrias y servicios.

Los rancheros capitalistas han dado quejas de que así tienen una escasez de obreros. Claro está, ellos rehusaron aumentar los salarios, que atraería más obreros agrícolas.

El programa de RAW es designado proveer unos 50,000 más inmigrantes cada año por los próximos cuatro años para trabajar solamente como obreros agrícolas. Este programa obliga a los inmigrantes a trabajar un mínimo de 90 días en la agricultura cada año por tres años. Este es otra forma de peonaje, o trabajo forzado, porque los obreros no tienen el derecho de buscar trabajos en otros sectores. Así están ligados a los rancheros. El programa de RAW es designado a proveer las necesidades de los rancheros por obreros adicionales cuando muchos de los obreros de SAW pasaron a formar una fuente de trabajo desvalorizado en otras industrias.

Los obreros de los EE.UU. deben unirse con los obreros inmigrantes para combatir esta superexplotación. La división de la clase obrera baja el nivel de vida de todos los obreros. Debemos formar un frente unido militante de todos los obreros en contra de la clase dominante. Debemos luchar por todos los derechos iguales para obreros inmigrantes. Y también debemos apoyar las luchas del pueblo obrero de México y de otros países contra las condiciones de dependencia capitalista que los obligan a inmigrar a los Estados Unidos en primer lugar.

En la segunda sección del artículo examinaremos las condiciones de los obreros inmigrantes de México en otras industrias, y como el gobierno de los EE.UU. y el camarilla de sindicalistas vendidos aúnan fuerzas para mantener la situación casi-esclava de estos obreros.

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