Desde El Campeón de los Obreros
Del 15 al 30 de Noviembre del 1989

El Imperialismo Saquea Los Recursos Del Petróleo De México

Por Jim Rosenbaum

Los acontecimientos en México, especialmente en lo referente a las condiciones de vida enfrentadas por el pueblo obrera mexicano y su lucha de clase, son de gran pertenencia para los obreros estadounidenses. Información, contacto y acciones conjuntas entre los obreros de México y de los Estados Unidos son indispensables para el avance de la lucha revolucionaria de ambos países. Esta es la tercera parte de una serie de artículos sobre la situación en México.

A fines de 1976, el gobierno mexicano anunció el encuentro de gigantescos depósitos nuevos de petróleo, a lo largo de la costa caribeña así como en el estado sureño de Chiapas. La capacidad estimada de estos depósitos de petróleo se calcula en 250 billones de toneles, que se aproxima a lo de la Arabia Saudita, que posee los depósitos mas extensivos del mundo. También se verificaron depósitos de 200 trillones en pies cúbicos de gas natural, con una posibilidad de ser cuatro veces de esto en capacidad estimada.

La burguesía mexicana declaró que por vía de estos hallazgos México se independizaría monetariamente de los países imperialistas. Pero debido a que México es un país capitalista dependiente, estos nuevos hallazgos solo podían aumentar su dependencia. Esto sucedió como anticipado. El gobierno mexicano prometió que no exportaría su petróleo en su mayoría a un solo país, pero ya por el año 1981 los EE.UU. recibía el 80% del total en exportaciones de gas natural y petróleo mexicano, seguido a larga distancia por Israel, el Japón, España y Francia. El petróleo se ha tornado en una de las mayores materias primas de exportación para México, con la exportación del petróleo constituyendo el 75% del total. El petróleo beneficia primeramente a los monopolios extranjeros, ya que las exportaciones indican más del 50% de las ventas de petróleo mexicano, y el 90% de las exportaciones de petróleo son en la forma de petróleo crudo. México fue el primer país que firmara un contrato para vender petróleo no refinado por la Reserva Estratégica de Petróleo de los EE.UU. y accediera en aceptar $3 menos por tonel que el precio de la OPEP.

Hubieron planes para construir un oleoducto que condujera el gas natural desde los depósitos en Chiapas hasta Tejas. La Bechtel Corporation, uno de los monopolios norteamericanos más grandes en construcción e ingeniería, fue uno de los competidores principales para construir el oleoducto. Pero enormes manifestaciones populares en 1977 y 1978 obligaron al gobierno mexicano a descontinuar la extensión del oleoducto hacia Tejas, para así evitar la venta total de ese recurso natural nacional.

Los nuevos hallazgos de petróleo han impulsado un creciente control por parte de los capitalistas monopolistas extranjeros en áreas relacionadas de la economía. El gobierno mexicano asuavizó aún más las restricciones sobre las importaciones de maquinaria e inversiones extranjeras, de modo que hoy toda la industria petroquímica es controlada por las compañías imperialistas. Ya por el año 1978, 30% de las inversiones industriales de los EE.UU. en México era en la industria química.

Mientras que las industrias en México pagan sólo una tercera parte del precio internacional por los productos del gas y del petróleo, el pueblo mexicano ha visto repetidas alzas en el precio de estos productos. La riqueza que el petróleo de México representa, se ha tornado en otro terreno más para la explotación por parte de los EE.UU. y otros monopolistas. En vez de que esta riqueza beneficiase al pueblo mexicano, ha contribuido a su creciente empobrecimiento.

El Petróleo, la Burguesía de los EE.UU. y las Amenazas Militares

Trabajadores petroleros marchan en la Ciudad de México en enero de este año, protestando la represión política.

El petróleo en México es producido por PEMEX, una empresa estatal mexicana. Pero como ya se ha expuesto, gran parte de su producción es hipotecada a los monopolios norteamericanos. Círculos de las cabecillas de la burguesía estadounidense, en particular la familia Rockefeller, han presionado a México ha que exporte su petróleo y utilice ese ingreso para aumentar la importaciones de bienes ya manufacturados y maquinaria de los Estados Unidos. David Rockefeller es el ex-presidente del Chase Manhattan Bank y el principal organizador de la Comisión Trilateral, una organización de representantes de la burguesía monopolista de los EE.UU., de Europa Occidental y del Japón. En 1981, éste formó un grupo nuevo, la Sociedad de las Américas, integrada por los grandes capitalistas monopolistas norteamericanos con inversiones en México y otros países latinoamericanos, para operar con los oficiales del gobierno de los EE.UU. y así coordinar la política requerida. Rodman Rockefeller, sobrino de David Rockefeller, preside sobre la sección norteamericana de la Comité México-EE.UU. de Negocios, que también se une monopolistas norteamericanos con inversiones en México. Este grupo se ha mostrado particularmente activo en su afán por la continua y enérgica explotación de los recursos petrolíferos de México.

La riqueza del petróleo en México se ha tomado por los EE.UU. como pretexto para amenazar a México con la posibilidad de una intervención militar. James Schlesinger, Secretario de la Energía bajo el antes Presidente Jimmy Carter, exponía de que el adquirir recursos petroleros era para los EE.UU. una responsabilidad militar. Otros burgueses norteamericanos, incluso el ex-presidente Ronald Reagan, han declarado que el levantamiento revolucionario en Centro América muestra una disque amenaza para México.

Claramente, esos constituyen peligros a la dominación continua y explotación del pueblo obrero mexicano por monopolios norteamericanos. Los obreros estadounidenses deben apoyar firmemente a sus hermanos y hermanas de clase en México, con una oposición activa a cualquier amenaza de intervención, así como deben apoyar todas las posiciones tomadas por el pueblo mexicano contra su continua opresión.

El Petróleo y la Deuda Externa de México

Los recursos de petróleo de México, además de irse directamente al beneficio de los monopolios de petróleo imperialistas, también han servido para aumentar y no para disminuir la enorme deuda de México a los bancos y las agencias de préstamos del imperialismo. Gran parte de las nuevas inversiones de Pemex ha sido financiada por préstamos extranjeros.

Tan sólo en el año 1981, PEMEX gastó $2 billones a las empresas de equipo petrolero norteamericanas, tal como Occidental Petroleum y Dresser Industries, que han ganado millones y millones de dólares con las ventas relacionadas al petróleo anualmente.

Otros monopolios relacionados con el petróleo, tal como la Hercules y Dupont (cual incorporó a la compañía Conoco Oil en 1981) de los EE.UU. y Mitsubishi, el monopolio más grande del Japón, han establecido inversiones conjuntamente con empresas mexicanas.

A principios de los años 1980, PEMEX gastaba lo doble de su ingreso. En 1982, se le registraba una deuda de $25 billones, constituyendo la tercera parte de la deuda externa de México. La empresa estatal de electricidad, CFE, registraba un adicional 15%.

En 1981, PEMEX obtuvo un préstamo a corto plazo de $4 billones a través del Bank of America. Los bancos norteamericanos contribuyeron el 40% del préstamo y bancos japoneses contribuyeron un 30%. Éste fue también el año en que los precios de petróleo se vieran en declinación mundialmente, haciendo evidente que el petróleo no representaba solución alguna a la dependencia de México. El país se vio obligada a reducir los precios de exportación del petróleo por los menos $8 por tonel. Esto le costó a México $10 billones en ingreso de exportaciones durante los primeros 6 meses de 1982.

Se puede observar el efecto total del petróleo sobre la economía de México. Antes de los tremendos hallazgos de petróleo a fines de 1976, una desvalorización del peso mexicano por casi el 100% causó el redoble de la deuda externa a casi $50 billones. Después del inicio de las exportaciones de petróleo en escalas mayores, la deuda de México aumentó a $80 billones en 1982.

El programa de austeridad impuesto por los bancos de los Estados Unidos y agencias internacionales de préstamos causaron aún más desvalorizaciones del peso 1982. Este programa trajo la disminución del valor del peso por 10 veces en comparación al dólar desde 1976. Los imperialistas norteamericanos también negociaron acuerdos por los cuales México había de vender la mayor parte de su petróleo y gas natural a los EE.UU. a precios más reducidos que aquellos del mercado internacional. México se convirtió en la primera fuente de petróleo extranjero para los EE.UU.

En recompensa por hipotecar aún más su economía a los monopolistas norteamericanos, la burguesía mexicana obtuvo nuevos préstamos y créditos de $10 billones. Pero estos préstamos sólo conducen al aumento de crisis más adelante. Además ya hemos visto los resultados de los programas de austeridad sobre el pueblo obrero mexicano, quien sufre desde 1982 una declinación del 50% en salarios reales a menos de $3 por día.

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