De El Campeón de los Obreros
Del 1 a 15 de Agosto del 1989

Los Orígenes de la Minoría Nacional Dominicana en los EE.UU.

El Saqueo Imperialista Norteamericano Obliga a los Obreros Dominicanos a Dejar su Patria

Contribuido por un obrero dominicano en Nueva York

Estibadores dominicanos cargan azúcar en el puerto de San Pedro de Macorís.

La inmigración masiva de dominicanos hacia los Estados Unidos se inició en 1965. En abril de ese mismo año la ciudad de Santo Domingo fue escenario de una revuelta popular que perseguía la derrota del gobierno pro-norteamericano. Con el fin de aplastar la lucha del pueblo, los Estados Unidos enviaron 42,000 marinas, y en el siguiente año, instalaron la dictadura de Joaquín Balaguer, quien gobierna nuevamente en el país. Aplastada la revuelta popular, prosiguió un régimen de terror. Cientos de activistas políticos y revolucionarios eran arrestados en las calles y en muchas ocasiones asesinadas o desaparecidas.

Al mismo tiempo se abrían las puertas de los Estados Unidos para recibir a miles de dominicanos. El gobierno estadounidense otorgaba "visas de turistas" a quienes la solicitaban. (Actualmente, para obtener una "visa de turista" hay que mostrar título de propiedad o ganar bastante dinero, o sea que tiene que ser un burgués o alto pequeña burgués.). Para aliviar las tensiones políticas en el país, se otorgaron visas para los Estados Unidos a ex-combatientes cuya opción era ir a la cárcel o abandonar el país. Como resultado, muchos ex-combatientes y dirigentes políticos y otros participantes en la revuelta vinieron a los EE.UU. como exiliados políticos. Asimismo lo hicieron grupos de simpatizantes del movimiento popular.

Mucha gente salía del país debido a las condiciones económicas; el éxodo se convierte así en la única alternativa para su sobrevivencia. Después de 1965, gran cantidad de tierra que antes se utilizaba para cultivar alimentos, pasó a ser usado para la ganadería. Los grandes terratenientes se dieron cuenta que la ganadería, para la exportación de carnes, les dejaría mayores ganancias que el cultivo de alimentos para consumo local. Esto ha generado una carencia de comida en todo el territorio dominicano.

Las mejores tierras pasaban a ser propiedad de altos jerarcas militares y de grandes corporaciones monopolios de los Estados Unidos. Las leyes que restringían la propiedad de tierra por gente o corporación extranjera, fueron abolidas. La Gulf & Western compró barato una gran cantidad de tierra al estado dominicano, que dejó de ser usada para el cultivo de alimentos y fue convertida en una gran plantación de azúcar. La Gulf & Western prácticamente se apropió de gran parte de la región Este, incluyendo el Central Romana, en 1967, que es la refinería de azúcar más grande en el país.

La misma conducta de saqueo ha sido llevado a cabo por compañías extranjeras mineras, en su mayoría de capitalistas de los Estados Unidos, las cuales han despojado a la gente campesina de sus tierras para emprender actividades de exploración y obtención de minerales. La Falconbridge, de la cual son propietarios capitalistas Suizos, Canadienses y el gobierno dominicano, es dueña de las minas de níquel y hierro, que se encuentran en el norte del país. Aunque con más tiempo en el país, la ALCOA realmente expande sus inversiones en la explotación de bauxita, a partir de 1965. Desde luego, las ganancias de estas operaciones no benefician a la población dominicana, y siempre terminan en bancos de monopolistas en los Estados Unidos y otros países.

Ese proceso de concentración de tierras, en los manos de unos pocos terratenientes grandes y capitalistas extranjeros, trae como resultado el desplazamiento del campesinado. Se produce entonces la migración en escale; del campo a la ciudad y de ahí a los Estados Unidos. En la actualidad la mayor parte de la población dominicana reside en las zonas urbanas. Tanto el desempleo, el subempleo, como el número de semi-proletarios y 'chiriperos' se encuentran en un nivel alarmante. Sencillamente la gente no gana lo suficiente con que vivir, particularmente cuando se trata de una familia extendida y sólo hay una persona que trabaja para sostener a los demás. Esta situación se agrava en la República Dominicana debido a que no existen beneficios de seguro social, compensación por desempleo ni un sistema de asistencia pública. Un obrero calificado puede ganar un promedio de $100 de dólares al mes, o sea $4 de dólares al día; y este salario es uno de los más altos en el país. En cambio, un cortador de caña que realiza una tarea sumamente ardua, gana un promedio de cincuenta centavos del dólar al día.

La mayor parte del dinero que consigue la gente se utiliza para cubrir los gastos de la comida que diariamente se encarece. Esto es particularmente cierto debido a que una gran cantidad de comida es importada. Lo que se produce es principalmente para exportación como café, cacao, leche, etc. La República Dominicana importa de los EE.UU. productos como Nescafe y leche Carnación. Es muy difícil obtener leche fresca, la que además resulta muy cara. Somos explotados por los monopolios extranjeros en ambos casos: lo que producimos es para exportar y lo que consumimos es importado. Esto es una regla general de los países capitalistas dependientes y desde luego esto no sólo se aplica a los productos alimenticios. Por ejemplo, la bauxita, que es explotada por la ALCOA en la República Dominicana, se nos vende en forma de aluminio por los EE.UU.

Estas condiciones económicas siguen forzando a muchos dominicanos a dejar el país, en búsqueda de trabajo. En los últimos años han habido muchos casos de gente que han perdido sus vidas tratando de llegar a los EE.UU. clandestinamente. Esto se produce debido a la desesperación causada por la falta de empleo y carencia de comidas. Hace dos años 28 personas que viajaban murieron sofocadas dentro de la bodega de un barco que salía para los EE.UU. En otra ocasión un bote que salía de la República Dominicana a Puerto Rico fue destrozado por una gigantesca ola. Alrededor de 30 personas se ahogaron. La gente es encerrada en barcos de fletes por varios días, llevando consigo pastillas de sal, hasta llegar a los EE.UU. Mucha gente ha muerto de esta manera. Esto sucede a diario aunque usted no lo lea en la prensa capitalista, a menos que sea un caso donde haya muchos muertos.


De El Campeón de los Obreros
Del 1 a 15 de Septiembre del 1989

Superexplotación y Discriminación

Condición de la Minoría Nacional Dominicana En Los Estados Unidos

Contribuido por un obrero dominicano en Nueva York

La situación política y económica de la República Dominicana ha forzado a muchos dominicanos a venir a los Estados Unidos para ganarse la vida. Muchos vinieron a finales de la década de los 60 y principios de los 70 y todavía siguen llegando. De seis millones de habitantes que tiene la República Dominicana, cerca de un millón vive en los Estados Unidos. La mayoría vive en Nueva York y sus zonas aledañas, aunque algunos viven en Boston, Providencia y la Florida. La mayoría viene con la idea de trabajar unos cuantos años, ahorrar algún dinero, comprarse una casa en la República Dominicana y regresar.

Pero para la gran mayoría esto es un sueño inalcanzable, como lo es para cualquier otra nacionalidad oprimida, pues, es muy difícil ahorrar dinero cuando se vive sufriendo bajo condiciones de superexplotación. La mayoría de los dominicanos aquí consiguen empleos en fábricas en los cuales el sueldo es muy bajo. Si son indocumentados tienen que irse a trabajar a los peores lugares donde se les paga salarios por debajo de lo establecido por la ley y bajo pésimas condiciones de trabajo. Estos no tienen ningunos derechos y tienen que aceptar lo que los capitalistas les ofrezcan. Encima de esto, viven con el temor constante de que aparezcan las autoridades de migración y los deporten.

La industria del vestido en Nueva York es una industria agonizante. La mayoría de los que trabajan en ésta son latinoamericanos, muchos de la República Dominicana. Son numerosas las personas que tienen que obtener un segundo trabajo en la noche para poder pagar los altos alquileres y costos del transporte. Sumado a estos gastos está el del dinero que los dominicanos envían a sus familiares en la República Dominicana, haciéndose aún más difícil el que se pueda ahorrar dinero para el anhelado regreso. Y los que regresan, se vuelven a enfrentar a las mismas condiciones que los hicieron salir antes y, muchas veces, tienen que retornar a los Estados Unidos.

La mayoría de los dominicanos en los Estados Unidos vive en una condición social de mucha pobreza. La mayor parte de los que viven en Nueva York viven en la sección de Washington Heights en el Alto Manhattan donde, como en muchas partes de la ciudad, se están elevando los alquileres (rentas) al cielo, a pesar de los límites legales sobre los aumentos del alquiler. Los intereses de los bienes raíces y los bancos están empujando a la gente pobre a dejar sus apartamentos para luego convertirlos en edificios cooperativos. A menudo, ellos usan a los vendedores de drogas para ayudar que la gente se vaya y cuando lo logran, llaman a la policía para sacar a los vendedores de drogas.

En Washington Heights sólo hay un hospital, cuyas regulaciones prohíben que se empleen traductores. No le permiten a los obreros que hablan español hablarles en español a los pacientes. Así, muchos dominicanos se ven obligados a ir a clínicas privadas o a hospitales fuera de su comunidad.

La educación en el área es terrible. Es el distrito escolar más superpoblado de la ciudad. En los años recientes, los recortes a los fondos para la educación bilingüe ha hecho que los salones de clases estén amontonados de estudiantes. Aunque se han hecho promesas de construir otra escuela primaria, sin embargo, en tres años nada se ha hecho.

Durante la última década el gobierno de los Estados Unidos ha hecho mucho más difícil que los dominicanos puedan conseguir los papeles legales para vivir aquí. Esto es parte de la campaña chauvinista de culpar a los obreros nacidos en el extranjero, en especial los de las neo-colonias y los países dependientes, por el alto porcentaje de desempleo en este país. Mas, son los monopolios de los EE.UU. que controlan las economías de estos países y empujan a la gente a venir a los Estados Unidos a buscar trabajo. Es el sistema capitalista que causa desempleo, no los obreros extranjeros.

La nueva ley de inmigración ha hecho aún más difícil la situación para los obreros indocumentados quienes sobreviven en un estado de constante zozobra. Como viven con el temor de ser deportados y los capitalistas que necesitan su mano de obra barata, les dicen: "Acepta este trabajo y coge lo que te paguemos o te regresa a tu país." Sus derechos no se respetan. Los obreros indocumentados son acosados por una caterva de parásitos: personas que le buscan ciudadanos norteamericanos para casarlos por negocios, y abogados para que le "legalicen" su estado, desde luego, por una cuantiosa suma de dinero.

Los obreros inmigrantes son forzados por los capitalistas a recibir el pago más bajo dentro de los estratos de la clase obrera. Así como lo hacen con otros obreros de nacionalidades oprimidas (Afro-Americanos, Chicanos, Nativos Americanos, etc.). Esto es un recurso de superganancias para los capitalistas. Los ataques escalonados contra los obreros inmigrantes es el resultado de la intensificada crisis económica de a mediados de la década de los 70.

Todos los países imperialistas están haciendo lo mismo. Así, Francia incrementa sus ataques contra los inmigrantes de África del Norte, Alemania Occidental contra los obreros turcos, Bretaña contra los obreros de las Indias Occidentales, de la India y Pakistán. Por lo general, los inmigrantes provienen de las antiguas colonias y neo-colonias de los países imperialistas.

Todos los obreros debemos luchar contra los esfuerzos de los capitalistas de separar los obreros estadounidenses de los obreros inmigrantes. Debemos luchar contra los intentos chauvinistas de culpar a los obreros inmigrantes por la falta de empleos. Al mismo tiempo los obreros inmigrantes debemos oponernos al exclusivismo nacionalista, es decir, a la tendencia de velar solamente por los sucesos que acontecen en nuestros países y de mantenernos ajenos a las luchas de los obreros de este país. Ya que sólo a través de la unidad revolucionaria de la clase obrera de todas las nacionalidades podremos finalmente vencer al imperialismo estadounidense.


De El Campeón de los Obreros
Del 1 a 15 de Octubre del 1990

Crisis en la República Dominicana

Contribuido por un obrero dominicano en Nueva York

Santo Domingo - El transito interrumpido por la colocación de obstáculos.

Recientemente dos huelgas generales han estremecido la República Dominicana. La primera en agosto organizada por sindicatos y organizaciones populares. La segunda no obtuvo el apoyo de varios sindicatos y organizaciones populares, pero aún así se hizo sentir en el seno del pueblo. Estas huelgas son producto de la inmensa crisis existente.

Las fraudulentas elecciones, certificado como legítimo por el ex-presidente de los EE.UU. Jimmy Carter, fueron realizados en mayo. El presidente, Joaquín Balaguer, en su segundo termino consecutivo se enfrenta hoy a una legisladora diversa donde su partido, el Partido Reformista, es una minoría. Hoy por primera vez en la historia de la República Dominicana, el partido de gobierno no controla la legislatura.

Las huelgas son y han sido siempre un instrumento de lucha de los sectores populares. Pero en este país caribeño son también instrumento por los partidos medir sus fuerzas. Estas huelgas fueron una forma de mensaje, donde tanto el pueblo como los partidos de oposición resonaron sus campañas para demostrarle a Balaguer que no contaba con el apoyo de ningún sector en la República Dominicana. La primera paró toda actividad cotidiana por dos días consecutivo. El pueblo se fue a las calles. Hubieron actos de violencia, mayormente provocada por las fuerzas militares donde alrededor de 20 personas murieron. Cientos de trabajadores y estudiantes fueron arrestados y golpeados. La segunda tuvo similares consecuencias.

La crisis que hoy impera en la República Dominicana es la peor en la historia de este país. En la República Dominicana escasean hasta los productos tradicionales propios de nuestra economía. La República Dominicana por primera vez en su historia está importando azúcar, su producto principal. Su producción ha llegado a un nivel tan bajo, que lo poco que se produce, tiene que venderse en el extranjero por dólares para así poder pagar los intereses de la deuda externa y los productos importados. En este país escasea de todo: electricidad, agua, leche, aceite, gas, gasolina, harina, habichuelas, arroz, azúcar, etc., etc. En fin, todo lo que una persona necesita para poder subsistir.

Con un 70% de inflación, Balaguer ha mantenido de plan de austeridad a plan de austeridad, diseñado mayormente por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Aún con este nivel de inflación los salarios se han mantenido frisado por décadas. El presidente y este instituciones bancarios siguen diciéndole al pueblo que debe apretarse más el cinturón para así sanear la economía "para un futuro mejor." Pero como dice el dicho "si los dominicanos se aprietan más el cinturón se van a partir en dos."

Costos de Canasta de Alimentación
A Precios de Mayo 1986 y Julio 1990

 

Mayo 1986

Julio 1990
Productos Cantidad Precios
(RD$)
Valores
(RD$)
Precios
(RD$)
Valores
(RD$)

Arroz

 50 libras

0.55

27.50

 2.80

140.00

Habichuelas

 20 libras

2.00

40.00

 6.50

130.00

Carne de Res

 30 libras

3.00

90.00

12.00

360.00

Carne de Pollo

 30 libras

1.75

52.50

 7.00

210.00

Bacalao

 20 libras

3.60

72.00

24.00

480.00

Pastas alimenticias

 40 libras

0.56

22.40

 4.00

160.00

Leche

 50 litros

0.95

47.50

 4.50

225.00

Pica-pica

 20 unidades

0.60

12.00

 3.00

 60.00

Huevos

100 unidades

0.22

22.00

 0.60

 60.00

Pan

200 unidades

0.10

20.00

 0.20

 40.00

Chocolate

 50 unidades

0.15

 7.50

 0.40

 20.00

Sal en Grano

 25 libras

0.14

 3.50

 0.40

 10.00

Aceite

 30 libras

1.70

51.00

 5.50

165.00

Papas

 20 libras

0.52

10.40

 1.60

 32.00

Plátanos

125 unidades

0.17

21.25

 0.75

 93.75

Cebolla

 10 libras

1.30

13.00

 3.00

 30.00

Totales

512.55

 

2,215.75

Fuente: Centro de Datos Económicos y Sociales (CEDAES)

A todo esto la repuesta del pueblo ha sido un rechazo rotundo a Joaquín Balaguer y su gobierno, tanto en las elecciones pasadas como en las recientes huelgas generales. Lamentablemente esta lucha no tiene una dirección política que la encause por el camino de la liberación y de un nuevo orden político-económico. Los mal llamados partidos progresistas (izquierdas y liberales) están siguiendo al pueblo en lugar de dirigirlos. Se mantienen en discusiones sin fin en competencia por un liderazgo que ningunos tienen. Aún teniendo la mayoría en la legislatura no han sido capaces, ni van a serlo, de formar un bloque de oposición en contra de un gobierno ilegal, representante de una burguesía aniquiladora del pueblo.

El irónico del caso es que sí han sido capaces de formar bloque para aumentarse sus propios salarios, los cuales están gestado en estos momentos. El salario actual de un legislador es de casi tres mil pesos mensuales (cerca de 300 dólares), mientras que el salario de un obrero capacitado oscila entre 240 pesos (23 dólares) a los 500 pesos (50 dólares) mensuales. Esto es sin mencionar que un tercio de la población reciben ingresos por debajo de los 200 pesos.

Santiago - Soldados trataban de arrestar a un joven durante los incidentes relacionados con la huelga

Después de la huelga general de agosto los centrales sindicatos y organizaciones populares y el gobierno firman un acuerdo para aumentar el salario mínimo a los 700 pesos mensuales. Lo cual Balaguer decreta pero no se materializa.

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