Semblanza de
Luis Arturo Ramos
Photo By Eduardo Zappa
Algunas opiniones sobre la obra ramosiana se pueden leer en:
La p�gina de Luis Arturo Ramos
           Narrador y ensayista naci� en Minatitl�n, Veracruz. Estudi� Letras Espa�olas en la Universidad Veracruzana e imparti� clases en la Universidad Nacional Aut�noma de M�xico. Ha sido tambi�n Profesor invitado por la Universidad de Missouri. Para la Universidad Veracruzana ha trabajado como profesor, jefe de publicaciones y director de la revista La Palabra y el Hombre medio donde fue creciendo bajo el apoyo y las ense�anzas de Sergio Galindo. Fue coordinador del taller literario del INBA en Orizaba y colaborador de los suplementos culturales de los diarios veracruzanos La Naci�n y El Dictamen. Ha recibido los premios: Narrativa Colima-INBA en dos ocasiones, y le fue otorgado el Premio Nacional de Ensayo Literario Jos� Revueltas en 1989 por Meloman�as: la ritualizaci�n del universo, una lectura de la obra de Juan Vicente Melo, y tambi�n le fue otorgada la beca del Centro Mexicano de Escritores.  Adem�s de ser finalista del Premio Mortiz Planeta colabora en peri�dicos y revistas de circulaci�n nacional. Es codirector y cofundador de la Revista de Literatura M�xicana Contempor�nea �desde 1995�, as� como del Congreso anual de Literatura Mexicana Contempor�nea.  En Ficticia fungi� como juez finalista para el taller de cuento breve de La Marina durante febrero de 2003. Su m�s reciente novela es Ricochet o los derechos de autor, publicada por Cal y Arena, M�xico D. F. 2007.

            En la actualidad coordina la Maestr�a en Creaci�n literaria de la Universidad de Texas en El Paso. Ha publicado, entre otros:
Violeta Per�, 1979; Intramuros, 1983, publicada en Espa�a bajo el t�tulo La ciudad de arena (1999); Este era un gato, 1988; La casa del ahorcado, 1993 y La mujer que quiso ser Dios, 2000. Cuatro libros de cuentos: Del tiempo y otros lugares, 1979; Los viejos asesinos, 1981; Domingo junto al paisaje, 1987 y  La se�ora de la fuente, 1996.  Cinco libros para ni�os: Zili el unicornio, 1980; La voz de Coatl, 1983; La noche que desapareci� la luna, 1985; Cuentiario, 1986; Blanca Pluma, 1993, y un libro de cr�nicas: Cr�nicas desde el pa�s vecino. En 2005 apareci� su magn�fica noveleta Los argentinos no existen, relato de delito que manifiesta rasgos geneal�gicos con la generaci�n de la Onda, aunados al suspenso de Rafael Bernal y Rodolfo Usigli.

            Dentro de la cultura en M�xico Luis Arturo Ramos es piedra angular como promotor de los escritores/escritoras mexicanos/mexicanas surgidos despu�s de 1968. Carlos Fuentes fue un magn�fico impulsor de sus contempor�neos durante los a�os cincuenta a setenta: puso en contacto a los autores hispanoamericanos con las editoras transnacionales, y adem�s llev� a cabo varios proyectos �entre otros, la realizaci�n de algunas novelas universales sobre la dictadura, en el cual intervino con
Terra Nostra (1975), novela que en su grandiosidad se le escapar�a del tema inicial�. Ramos ha venido a heredar esta misma funci�n al promover a sus coet�neos, heredando el humanismo de Sergio Galindo, Juan Jos� Arreola y Huberto Batis. 

            Los tres cuentos que aparecen aqu� tienen en com�n �a pesar de ser tan distintos en el espacio: el recinto universitario y el arrabal�, la observaci�n aguda del escenario y el humorismo hormonal de un �ondero� maduro. Luis Arturo Ramos parece suceder al desparpajo de Jos� Agust�n, Parm�nides Garc�a Salda�a, Ren� Avil�s Fabila y Gustavo S�inz, quienes al llegar a la edad adulta se han tornado adustos. Por fortuna para las letras mexicanas la estafeta del chascarrillo narrativo se prolong� con Ramos �cuyos vestigios son rastreados en vocablos coloquiales como: �p�rate�, �vastar�, �vaber��, Luis Zapata, Oscar de la Borbolla y Enrique Serna.  Si alguna vez Jos� Agust�n se mostr� resentido porque lo acusaran de escribir �burronadas� �lo cual fue un halago ya que su estilo formar�a una corriente, pues aunque Margo Glantz compil� una antolog�a llamada Onda y escritura (1973), donde supuestamente la antologista separaba a los escritores aut�nticos de los �onderos�, en realidad hac�a un reconocimiento p�blico a los j�venes�, lo cierto es que a ellos se debi� el rescate �no del Lazarillo de Tormes�, sino de Mark Twain, y de las espl�ndidas tiras c�micas mexicanas como
La Familia Burr�n, y Los Supermachos, de Gabriel Vargas, y Mem�n Pingu�n de Yolanda Vargas Dulch� v�anse las siguientes descripciones exactas y festivas de la poblaci�n de sotavento: ��un negro peque�ito abr�a y acomodaba estuches, preparaba bocinas, distribu�a micr�fonos. Ense�aba el culito de hormiga��, �la cara de mamey a punto de reventar de tan sonriente�, �el mel�n carnoso de su cara���.  Fernando del Paso rendir�a m�s tarde un tributo a la �Onda� precisamente con Palinuro de M�xico (1979). 

            Una constante en la narrativa de Luis Arturo Ramos es la focalizaci�n dilatada y profunda del narrador. La cr�tica ha llamado la atenci�n sobre esta cualidad, sobre todo la cr�tica femenina. En �A t� Lolita�, despu�s de la larga observaci�n a la protagonista irrumpe el climax a un ritmo sorpresivo y a la vez deleituoso cuando dice:

          
Degust� en su dedo lo que mi lengua infantil hab�a saboreado en el m�o propio en los
           lejanos y lentos atardeceres de mi pueblo: aquella salobre viscosidad nacida en mi
           propio ser, la consistencia terrosa, e1 sabor desemejante a todo lo que no fuera yo
           mismo. Asi sab�a, lo supe despu�s, mi propio cuerpo. Asi habr�a de saber, lo sabr�a
           m�s tarde, e1 cuerpo femenino. Entend� que regresaba a los tiempos del placer
           oralizado y que �ste no se significaba por el amor a la palabra.


Las caracter�sticas m�s profundas de la po�tica Ramosiana se manifiestan de un tir�n con la certeza de un francotirador manifiesto: el voyeurismo, la importancia del panorama que rodea al narrador, el redescubrimiento de la infancia, la sensualidad discreta remontada a los primeros a�os, y el canibalismo infantil que en la etapa oral reconoce en la madre el propio cuerpo, el narcisismo primario. Pero en este caso espec�fico rozando sutilmente el feminismo adolescente y agresivo de la joven que termina haci�ndole al narrador una se�al gesticular f�lica con los dedos �muy de la cultura anglosajona�, coronando la narraci�n con lo grotesco, otra de las caracter�sticas de la escritura ramosiana �recordemos si no,
La Casa del Ahorcado, cuya portada de su edici�n para Mortiz est� ilustrada por un cuadro impresionista de Otto Dix. S�lo hasta llegado el cl�max nos damos cuenta del desacierto de un Peter Sellers recobrado, en los torpes arrebatos de arrogancia varonil frustrada hasta arrancar ante el espectador de la pel�cula de letras una franca y amable sonrisa al protagonista narratario de las descriptivas im�genes seductoras de la adolescente.

           Por otra parte en "Lo mejor de Acerina" un narrador omnisciente describe lo que focaliza el protagonista: a un sicario cuya historia se diluye al final, de un tir�n, como en un juego de espejos que arrancar� en el lector las preguntas: �No muere el protagonista al final? �Por qu� recuerda, si est� muerto? �Es el mismo que est� focalizando casi todo el relato cuando dice: �Todo mundo anda con un cacho de muerte encima y el pobre cuate este no sabe que lo trae en el sombrero�?

Hay en la �ltima cita una reverencia a
El complot Mongol de Rafael Bernal cuyo detective  se expresa de manera semejante acerca del oficio de matar. 
LINKS:
Enlaces:
Jos� T. Espinosa-J�come
[email protected]
Join Yahoo! GeoCities
Powered by Yahoo! Web Hosting
Copyright ©  2008  Yahoo! Inc. All rights reserved. 
Hosted by www.Geocities.ws

1