De la acedia no se suele hablar. No se la enumera habitualmente en la lista de los pecados capitales. Difícilmente se encontrará su nombre fuera de los manuales y diccionarios de moral. Muchos son los fieles, religiosos y catequistas incluidos, que nunca o rarísima vez oyeron nombrar la acedia y pocos sabrán ni podrán explicar en qué consista.

        Sin embargo la acedia existe y abunda por ahí, aunque pocos sepan cómo se llama. Se la puede encontrar en todas sus formas: tentación, pecado actual, hábito extendido como una epidemia, y hasta en forma de cultura con comportamientos y teorías propias que se trasmiten por imitación o desde sus cátedras, populares o académicas. Si bien se mira, puede describirse una verdadera y propia civilización de la acedia por lo cual parece conveniente ocuparse de ella..

DEFINICIONES

 La acedia es propiamente una especie o una forma particular de la envidia O sea que es una especie de tristeza

 Santo Tomás de Aquino, la define como: "tristeza por el bien divino del que goza la caridad". O sea, envidia a Dios; tristeza por los bienes espirituales.

El Catecismo de la Iglesia Católica (=CIC) la define así: "La acedia o pereza espiritual llega a rechazar el gozo que viene de Dios y a sentir horror por el bien divino" (CIC 2094).

El Catecismo de la Iglesia Católica (=CIC) ubica la acedia entre los pecados contra la Caridad: 1º) indiferencia, 2º) ingratitud, 3º) tibieza, 4º) acedia y 5º) odio a Dios. La acedia se manifiesta en forma de indiferencia, ingratitud y tibieza. Su culminación es el odio a Dios.

 La acedia es, pues, tristeza por un bien y por lo tanto es una especie de envidia. ¿Qué la distingue de la envidia en general? Que mientras la envidia es tristeza por cualquier bien terreno y genérico de la creatura, la acedia es tristeza por el bien divino, ya sea en Dios mismo ya en sus creaturas.

 En otro lugar, el CIC, tratando de la oración, enumera la acedia entre las tentaciones del orante: "otra tentación a la que abre la puerta la presunción, es la acedia. Los Padres espirituales entienden por ella una forma de aspereza o desabrimiento debidos a la pereza, al relajamiento de la ascesis, al descuido de la vigilancia, a la negligencia del corazón. `El espíritu está pronto pero la carne es débil' (Mateo 26,41)" (CIC 2733).

La acedia es el pecado que se opone directamente a la caridad o amor a Dios. Se entristece de las cosas que alegran a los que aman a Dios, y se entristece de que haya alguien que lo ame.

El nombre de la acedia es figurado. Acedia viene de Acidez. Es la acidez que resulta del avinagramiento de lo dulce. La dulzura misma de la caridad, agriada, da lugar a la acedia. La acedia se opone al gozo de la caridad como por fermentación, por descomposición y transformación en lo opuesto. El espíritu de acedia es avinagrado, agriado, para lo religioso.

 La acedia es igualmente enfriamiento o entibiamiento del fervor de la caridad. Como se dice en el Apocalipsis: "tengo contra ti que has perdido tu amor de antes" (Apoc. 2,4); "puesto que no eres frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca" (Apoc. 3,16).

Tomado de: "Pecados y Virtudes. El lazo se rompió y volamos". Horacio Bojorge

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